Son muchos los proyectos empresariales que no cumplen las expectativas de sus promotores, pero bastante más raro es que el incumplimiento se produzca ya desde la marca. Un caso notable es el del fabricante de estaciones de trabajo y servidores informáticos SUN Microsystems, donde la palabra que se traduce como sol procedía de las siglas de Stanford University Network. Esta denominación fue adoptada porque sus fundadores pensaban equipar con sus productos a esa prestigiosa institución educativa, lo que a la postre solo hicieron en muy pequeña medida. Ello no fue un impedimento para el éxito de la empresa que fue adquirida por Oracle en 2010 por 7.400 millones de dólares (el gasto de año y medio del Gobierno del Principado de Asturias).
En la capital del Principado tenemos un curioso caso de incumplimiento de una marca gráfica en el "Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo" que con su extenso nombre ha propiciado la implantación del más amigable sobrenombre de "el Calatrava" por más que la empresa que explota el centro comercial se empeñe en que llamemos a esa parte del complejo con el nombre de "Modoo".
La primera imagen de marca, que aún podemos ver en la señalización urbana que conduce hacia la creatura de D. Santiago, muestra una visión global del conjunto que una vez desgajado en oficinas del Principado, hotel, centro comercial y palacio de congresos, dio paso a una nueva marca propia para este último. Como símbolo de la misma se adoptó una imagen restringida ya a la parte del edificio explotada con ese fin, pero siempre con la cubierta móvil en la posición elevada que parece que nunca llegaremos a ver.
En mayo de 2010 se introduce la marca Modoo, al parecer inspirada en la palabra moda levemente hibridada con Oviedo que, nuevamente, fue dotada de un símbolo ajeno a las referencias arquitectónicas. No deja de ser curioso, sin embargo, que la página web www.modoo.es muestre en su cabecera una imagen de la cubierta izada. Donde hay vida hay esperanza, dicen.
De forma paralela, la gestora del Palacio de Congresos también decidió rendirse a la evidencia y adoptar una nueva imagen inspirada en el aspecto interior de la gran sala principal que, sin embargo, todavía no ha sido incorporada a la señalización exterior del recinto. Por ello hoy podemos ver en las calles de Oviedo tres logomarcas distintas del discutido equipamiento que en su día parecía destinado a tomar el nombre de Princesa Letizia.
Una vez conocidos los problemas técnicos que impiden la prevista movilidad de la cubierta, resulta llamativo comprobar que la unión temporal de empresas responsable del montaje era la única que utilizaba como imagen la representación de un ala del edificio sin que el conflictivo elemento apareciera por ningún sitio. ¿Qué habrían visto en el diseño?
El primer responsable de la explotación del centro comercial se desmarcó del edificio para crear su marca y recurrió a una imagen ocular. Posteriormente esta fue brevemente reemplazada por un nuevo gestor por una vista frontal del complejo, ya con la cubierta abajo, una vez conocido que ese sería su único aspecto (se agradecería la aportación de alguna imagen de mayor calidad de estas marcas).
Después de pasar por tantos avatares en tan corta vida, no deja de ser divertido que la imagen de marca del equipamiento estrella de Oviedo (al menos por su coste) acabe emparentanda formalmente con la de un modesto negocio hotelero de la ciudad.
Adenda 11/2013: Un entusiasta lector nos aporta otro miembro de la familia de marcas formadas por arcos, la adoptada en 2011 por el Mora Banc de Andorra. Ahí queda.
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