La mala conciencia que nos ha dejado la incursión de este aparentemente serio cuaderno en territorio tan frívolo como el que nos ha marcado un peculiar tubérculo nos impele a cumplir sin más dilación el compromiso adquirido en una reciente entrada de realizar una breve panorámica sobre la estructura directiva de la ONU. A ver si somos capaces de hacerlo de manera sencilla. Imagínese que tras una de las llamadas "crisis de gobierno" nuestro D. Mariano
nos presentara un nuevo gabinete formado por 53 Ministros y 79 Secretarios de
Estado. Pues más o menos eso es el gobierno de la ONU con sus 53 Under-Secretary General (USG)
y 79 Assistant Secretary General (ASG). Organíceme vd. eso. Por cierto que de
esos 133 personajes (1 Secretario General + 53 USG + 79 ASG) actualmente sólo uno es de nacionalidad española, se trata de Joan Clos, quien fuera alcalde socialista
de Barcelona entre 1997 y 2006, posterior Ministro de Industria durante un bienio y desde 2010 Director Ejecutivo de ONU-HABITAT, organización de la que
probablemente nuestros lectores nunca hayan oído hablar. Esta agencia de la ONU con sede en Nairobi (Kenya)
cuyo nombre completo es Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos
Humanos tiene el objetivo de, en sus propias palabras, "promover ciudades y pueblos social y
ecológicamente sostenibles".
Puede que lo de las sede en Nairobi les haya incitado a pensar en una actividad
enfocada a paliar los desastrosos desarrollos urbanos que se están produciendo
en el Tercer Mundo. No decimos que no sea así, pero una de los primeros actos
públicos protagonizados en España por Clos tras la asunción de sus responsabilidades en Naciones Unidas fue entregar al
entonces vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Política Territorial
y Administración Pública, su conmilitón socialista Manuel Chaves, una mención especial de los Premios de Honor (Scrolls of Honour) ONU-Habitat concedida al Fondo Estatal de
Inversión Local (FEIL) de 2009, más conocido como Plan E. Pasteleo ONU en estado puro. Miren que aspecto tan satisfecho lucían con su juguete.
Les recuerdo que una de las virtualidades de aquel famoso Plan fue conseguir que algunos de los carteles anunciadores costaran más que la propia actuación publicitada. Sirva como ejemplo el adjunto caso de Estepa de San Juan en la que el coste de los 12 m² de propaganda excedió en más de un 50% el importe de la obra presupuestada en 973,00€. No fue el único caso de laureado despropósito. Todo muy zapateriano, las mejores intenciones pésimamente implementadas.
Así que, de vuelta a las United Nations (UN), la cruel composición que mostramos a continuación quizá no sea tan injusta.
Como remate a esta pincelada sobre la gran gigantesca organización multilateral les refresco una noticia de la semana pasada que no ha sido particularmente destacada por la prensa. Más ONU en estado puro.
Y no olvidamos que hoy es 11-M con una curiosa polisemia de los símbolos monetarios.
Adenda 13/1: se ha desvelado en un informe del Tribunal de cuentas que el
Ministerio de Asuntos Exteriores aportó un total de 11,5 millones de euros de
los 20 que costó la decoración de la Sala XX del Palacio de la ONU de Ginebra que posteriormente sería
bautizada como Sala de los Derechos
Humanos y de la Alianza de Civilizaciones. Una curiosidad que ya sabíamos desde 2008 es
que una de las partidas presupuestarias que se aplicó fueron 500.000€ de Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD). "No
es cuestionable que se haya utilizado una partida de FAD, pues todo lo que está
relacionado con derechos humanos es ayuda al desarrollo…” declaró en su momento
el entonces embajador de España ante la sede europea de Naciones Unidas, Javier
Garrigues. Así gasta la misma ONU que pide con voz trémula aportaciones económicas en un lacrimógeno anuncio de tv y así de larga era la España de la Alianza de Civilizaciones.Ya saben, pagar casi 9 millones de euros a Miquel Barceló es "Ayuda al Desarrollo".
Algún duro adicional nos habrá costado a los ciudadanos del
Principado esta broma porque nuestra máxima institución figura como
colaboradora de la Fundación Onuart creada para esta historia. Echen un vistazo a la visita del nutrido patronato a la sala a ver si les suena alguna cara. Por cierto, sepan que
la sala de marras que acoge las reuniones del Consejo de los Derechos Humanos
tiene un aforo para 742 delegados. Menudos saraos a cuenta de los Derechos
Humanos.
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