jueves, 18 de abril de 2013

Incoherencias


Anda hoy revuelto el Congreso de los Diputados porque parece que el PP está empeñado en que le sigan haciendo escraches los miembros de la Plataforma de Afectados  por la Hipoteca y no parece estar por la labor de que pasen el testigo a los "tenedores y tenedoras" de cédulas hipotecarias, que tampoco deben ser pocos, para unirlos así a los numerosos preferentistas cabreados. Y es que, en pocas palabras, eso es lo que se está decidiendo entre tanto alboroto, quien paga las compras mal hechas.

Dentro de la Cámara es Dª Soraya Rodriguez quien abandera una causa que la portavoz de un partido que ha gobernado con ella como Secretaria de Estado debería saber que no dura un asalto en el Constitucional (aunque en esa troncocónica casa la duración de los asaltos se mida en lustros) y, entretanto, aun con suspensión cautelar mediante, puede causar estragos en el crédito de este país. Si no sabe para que sirve eso, seguro que D. Jordi Sevilla estará dispuesto a dedicarle una tarde como aquella en la que el anterior Presidente del Gobierno adquirió sus, tememos que muy insuficientes, conocimientos económicos.

Y es que una de las incoherencias más inaceptables es defender cuando se es oposición lo que es notorio que no podría defenderse sentado en los escaños situados tan solo una fila más abajo. Reconocemos que tenemos un prejuicio hacia la portavoz socialista por culpa del recomendable blogero Santiago González que hace tiempo ya nos puso en la pista de la impostura que se gasta esta señora. Como no encontramos el vínculo, les transcribimos el meollo de aquel astuto comentario.

“La secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez fue entrevistada el viernes 27 (de febrero de 2009), en El Periódico. El entrevistador pregunta, que es lo suyo: "¿Por qué Soraya?"

Ella pudo responder: "hace 45 años, la princesa Soraya era portada de la revista Hola al menos una vez al mes y Hola siempre ha sido una fuente de inspiración para la clase media baja. Pues no. En su lugar, dijo: "Mi madre tenía simpatía por la princesa Soraya, repudiada por el sha por no poder tener hijos. Solidaridad con una mujer discriminada”.

A los más jóvenes quizá les cueste ponerse en situación sobre la conciencia que podía haber en 1963, añada de la entrevistada, sobre la sensibilidad hacia el repudio real por infertilidad. Les ponemos en situación con una estadística que les aproximará a las preocupaciones de las amas de casa de la época y un anuncio no particularmente marginal que, desde luego, no era objeto de contestación alguna en aquel entonces (y ello en países con mayor libertad de expresión que aquella España), que eran años en los que en numerosos lugares de Estados Unidos aún estaban vigentes normas locales de segregación racial.



Una pequeña colección de anuncios sexistas con su traducción al español se encuentra en este enlace. Pero no queremos cebarnos con la Soraya opositora y vamos a comprobar si se les ha pasado por alto otra gran incoherencia, el tema de hoy, vivida en el Congreso Confederal del sindicato UGT celebrado la semana pasada. Resulta que dicho órgano ha encontrado juicioso limitar a tres mandatos (de cuatro años) la permanencia de un mismo Secretario General el mismo día que aprobó que el  barbado ocupante actual del cargo desempeñe el sexto. Por lo menos podían haber disimulado y haber condicionado la modificación a que los afectados carecieran de barba, gafas y colección de relojes.

Aquí en Asturias el Gaspar por antonomasia no es el Rey Mago sino el político de IU. Y por esto de las incoherencias nos intriga que ocurriría si la filial local de General Dynamics, que no fabrica precisamente cacerolas, a cuyos regulados de empleo  trabajadores con tanta vehemencia apoya, recibiera un contrato de algún país como Marruecos a los que con igual vehemencia propugna no exportar armas. Antes lo llamaban estar en misa y repicando.

Así que luego llegamos a las cositas locales para complacer a los Vetustídicos más ortodoxos que nos exigen una referencia a nuestra provinciana ciudad y no encontramos mas que pequeñeces. No por ello vamos a callarnos que sigue desaforado el responsable municipal de prohibiciones que por un lado ha forrado numerosas calles, incluída parte de la ronda interior de la ciudad, de limitaciones a 30 km/h, justificadas en el fomento del tránsito de ciclistas, y por otra les prohíbe circular, por ejemplo, por el apacible vial que recorre la coronación del talud que limita por el sur el campo de fútbol Carlos Tartiere. Fíjense la señal que se marcado, cuando, además, ya existe una bien sencillita que engloba esas cuatro prohibiciones.


No vaya a interpretarse que nos parece mal lo de fomentar el pedaleo, pero no hay que perder de vista que nuestro Oviedo es un poco más empinado que Amsterdam y, el otro día, estuvimos un buen rato delante del radar que lleva tiempo emplazado en la esquina de la calle Independencia preparándonos este post. Y el caso fue que ciclistas no vimos pasar ninguno, pero si que pudimos contemplar como el flash disparaba unas cuantas veces. ¿A ver si este repentino afán por el ejercicio va a tener truco?




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