Da la impresión de que nos hemos convertido en un país de
buscadores de agravios. Abandonado el principio del interés colectivo parece que el esfuerzo
político (dicho en sentido amplio, no sólo el esfuerzo de los políticos) se
centra en identificar qué puedan tener nuestros vecinos que no tengamos
nosotros. En definitiva, contra qué nos unimos. Y así es como algunos dirigentes populistas llegaron al famoso “AVE
para todos”. Qué mas da el número de viajeros. ¡Sería por dinero!
Al final resultó que no éramos tan ricos como creíamos y empezaron
los líos. Pero estábamos con lo de los agravios. No cabe duda de que venden, basta ver cómo crece el llamado “sentimiento”
nacionalista en Cataluña, mientras
que en otros pequeños rincones patrios diríase que no hay mas nacionalistas
porque no hay dinero ni para eso. Con todo, ya se encarga la prensa de calentar
los ánimos, suponemos que porque han llegado a la conclusión de que eso vende mas
periódicos.
Ya les anunciábamos la pasada semana (en el apunte "Un túnel sin tren y un tren sin túnel") que íbamos a abstenernos de acercarnos a la manifestación ferroviaria de León
porque nuestro principal medio informativo local nos contaba que allí se iba a rechazar
el invento de los trenes directos a Asturias con los que Renfe trata de paliar
la demora que supone entrar en León con el actual fondo de saco inaugurado por el
Ministro José Blanco (les recordamos que el Psoe es uno de los convocantes de la protesta). Así no decían el pasado martes primero de mes:
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Ahora resulta que cuando la protesta leonesa ya no ha podido contar con nuestra modesta presencia descubrimos que no había tal petición. Así ve a posteriori el asunto
La Nueva España sin desaprovechar un
bastante tópico juego de palabras (una norma del periodismo actual a la que
tendremos que dedicar espacio otro día):
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Para mejorar nuestro conocimiento de lo reclamado hemos
buscado el texto completo del manifiesto, que no estaría de mas hubiera facilitado en alguna de sus reseñas previas nuestro diario local, para descubrir que en este país que se ha olvidado
de pedir y ya solo sabe exigir, lo que tal hacían los leoneses y leonesas (con esto
sí que nos expulsaron de la manifestación) allí concentrados era lo siguiente:
1. La llegada urgente de la Alta Velocidad a
León en vía doble y sin merma alguna
en sus sistemas de seguridad.
2. Su coexistencia con el transporte ferroviario
convencional, que da servicio a numerosas localidades de la provincia
3. El mantenimiento de
la centralidad de las estaciones
ferroviarias de la ciudad, tanto de Renfe como de Feve, y la adecuada
integración de ambas redes en el entorno urbano y peri-urbano.
4. La garantía del empleo en el sector
ferroviario, es decir, el irrenunciable desarrollo del polígono logística
ferroviario de Torneros y el cumplimiento del compromiso de instalación en León
del Centro de Regulación y Control de las líneas de Alta Velocidad ferroviaria
del Norte y Noroeste peninsular.
Vaya. Vaya. Claro que también nos llama la atención qué
clase de master exprés en ingeniería ferroviaria se impartirá en León para que
los casi 20.000 asistentes que se calcula acudieron a la protesta tengan
fundada opinión sobre la necesidad de que la vía tenga que ser doble. Para
tantos que no distinguen alta velocidad de velocidad alta, ya estarán al corriente de que el concepto no
es conmutativo pero la duda se resuelve con un póngame la mas cara, el gran argumento debe ser que así es el ferrocarril de los
vecinos. Intolerable agravio.
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