El título de hoy da cuenta del plazo transcurrido desde que
este blog inició su andadura allá por el mes de enero del año pasado. Hemos querido significar tan singular período de
tiempo porque coincide con el que José
Antonio Ortega Lara estuvo enterrado en vida en un zulo. ¡Qué tiempos aquellos
en los que las palabras que nos prestaba el euskera eran cocochas (de kokotxas) o angulas!
Asumimos que es imposible tratar de “comprender” lo que pasó
el secuestrado durante ese período de inhumana reclusión, pero no es mal
ejercicio tratar de aproximarse a través de las cosas que pueden ocurrir durante
un plazo semejante en una vida libre (entiéndase
como metáfora porque en su literalidad, con nuestro BOE de por medio, eso ya no
cabe). En nuestro caso nos ha dado para publicar 392 entradas cuyo texto
estimamos en una primera aproximación ya nos ha llevado a poner blanco sobre
negro un número de palabras próximo al del Quijote (que nos dicen tiene 381.104). Quede claro que se trata de una
comparación méramente cuantitativa. Como la de nuestros 532 días y los de
Ortega Lara.
Curiosamente, este ejercicio con el que intentamos
aproximarnos a lo que representa tan brutal plazo de enterramiento en vida vence
la víspera del decimoséptimo aniversario de la liberación del secuestrado. El
fruto de una brillantísima operación policial nacida de tan escueta pista como
era la anotación «Ortega 5K, BOL» que fue encontrada en la agenda del dirigente etarra “Pototo”.
Desde ese enigmático BOL se consiguió llegar hasta José Manuel Uribetxeberria Bolinaga, que resultó ser un miembro de ETA no fichado en aquel entonces (“legal” se dice en la un punto absurda jerga al uso). Un etarra cuya peripecia penal está pidiendo una redefinición urgente del concepto “enfermo terminal”, no confundir con incurable puesto que, a fin de cuentas, todos somos “enfermos incurables” de esa dolencia llamada vida.
Les recordamos que Bolinaga fue puesto en libertad, por razones humanitarias, en un auto fechado el 30 de agosto de 2012 en el que se le daba un máximo de nueve meses de vida. Cuanto miedo y cuanta mentira en los médicos donostiarras que informaron el asunto, porque con no ser el tratamiento del cáncer ciencia exacta, pocas veces se equivoca tanto la medicina. Crónica de un error anunciado, nos escupen a la cara los 669 días de libertad que hoy suma este asesino (no hay exceso en el término, además de por el secuestro, también está condenado por el asesinato de tres guardias civiles, a un total de 178 años de cárcel).
Desde ese enigmático BOL se consiguió llegar hasta José Manuel Uribetxeberria Bolinaga, que resultó ser un miembro de ETA no fichado en aquel entonces (“legal” se dice en la un punto absurda jerga al uso). Un etarra cuya peripecia penal está pidiendo una redefinición urgente del concepto “enfermo terminal”, no confundir con incurable puesto que, a fin de cuentas, todos somos “enfermos incurables” de esa dolencia llamada vida.
Les recordamos que Bolinaga fue puesto en libertad, por razones humanitarias, en un auto fechado el 30 de agosto de 2012 en el que se le daba un máximo de nueve meses de vida. Cuanto miedo y cuanta mentira en los médicos donostiarras que informaron el asunto, porque con no ser el tratamiento del cáncer ciencia exacta, pocas veces se equivoca tanto la medicina. Crónica de un error anunciado, nos escupen a la cara los 669 días de libertad que hoy suma este asesino (no hay exceso en el término, además de por el secuestro, también está condenado por el asesinato de tres guardias civiles, a un total de 178 años de cárcel).
Como las imágenes son inestimable ayuda en la fijación de
los recuerdos, acompañamos la de una maqueta de aquel ciertamente bien
disimulado zulo oculto bajo una máquina de tres toneladas que sólo fue
descubierto por la perspicacia y perseverancia de la Guardia Civil. No
olvidemos que quien luego ha recibido tan generoso trato, se negó en todo
momento a revelar la existencia del escondite, un hecho que habría llevado a la
inevitable muerte por hambre y sed del secuestrado.
¿Por qué hay que asumir
que la hiriente presencia de Bolinaga en los bares de Mondragón no conculca ningún
derecho de Ortega Lara? Amén de la dignidad de bastantes otros ciudadanos.
Puestos a recordar, tampoco está de mas traer a la memoria
esa esperpéntica pieza de humor negro con la que el diario Egin dio cuenta de la liberación de Ortega Lara (el que aparece en
la foto de la izquierad es Cosme
Delclaux cuya liberación, previo pago de 1.000 millones de pesetas,
permitió lanzar sin riesgo para la vida de este otro secuestrado la operación de rescate del culpable de ser funcionario de
prisiones). Sepan quienes no estén al corriente que el redactor-jefe del
periódico proetarra era en aquel entonces Martín
Garitano, el ocupante del cargo de Diputado General de Guipúzcoa desde 2011.
Y todavía hay quien se empeña en sostener que ETA no ha conseguido nada. Véase a través de sus fieles servidores, ya que no tenemos respuestas para preguntas como ¿habría habido concierto económico sin terrorismo? Desde luego no era esa la confesa voluntad del Ministro Francisco Fernández Ordóñez que fue doblegada por Adolfo Suárez.
La parte triste de la crónica de aquellos días es que poco
más tarde, el 10 de julio, la banda secuestraba al joven concejal del PP en
Ermua Miguel Ángel Blanco, que era asesinado
tras un breve ultimátum para el acercamiento de presos etarras a cárceles del
País Vasco (la misma reivindicación que con Ortega Lara). ¿Cuántos se acuerdan
del significado de aquellos lazos azules?
Por ello, quizá lo más hiriente es que estos episodios tan
importantes para comprender la reciente historia de España cada vez son mas
desconocidos, especialmente por el segmento mas joven de la población. Y esto
es así porque el buenismo imperante, que es característico pero no privativo de
la izquierda, impide que tales informaciones salten a los textos de la
enseñanza obligatoria, empeñados como siguen tantos en que la memoria
histórica se acaba en el franquismo.
Inevitable recordar en este punto que Eduardo Madina ha puesto a Zapatero
como el modelo a seguir (mientras Pedro
Sánchez da muestras de creer que el camino es la compra de las voluntades
separatistas). ¡Qué miedo!