Museo de Anclas de Salinas (Asturias) |
La erección de monumentos públicos suele ser terreno abonado para toda suerte de localismos por lo que son numerosos los homenajeados en múltiples rincones del mundo que son unos perfectos desconocidos para los visitantes foráneos. Pero es curioso constatar como en algunas ocasiones también topamos con el fenómeno inverso, los reconocimientos públicos que suscitan directamente la pregunta ¿y qué pinta un monumento a este caballero o dama aquí?
Esto es lo que nos ocurre a nosotros con el monumento a Philippe Cousteau que preside el Museo de Anclas de Salinas. Dicen las crónicas que fue el fallecido periodista Agustín Menéndez Prendes, más conocido por Agustín Santarúa, quien tuvo la ocurrencia de dedicar al hijo del famoso Jacques-Yves Cousteau prematuramente fallecido a los 39 años en un accidente sufrido por el hidroavión que pilotaba tras amerizar en el Tajo cerca de Lisboa. No es que pretendamos negar la aportación del segundo hijo del famoso investigador francés a la oceanografía, pero lo cierto es que, hasta donde nosotros sabemos, el municipio asturiano de Castrillón es el único del mundo que ha considerado oportuno dedicarle un monumento que no tiene parangón ni en la muy chovinista Francia.
Y no se trata de cualquier cosita, nada menos que tres metros de busto realizado con una tonelada de bronce moldeado por Vicente Santarúa, a la sazón hermano del promotor de la idea que consiguió concitar el entusiasta apoyo de la “Cofradía de la Buena Mesa de la Mar” que actuó como promotora del museo que fue inaugurado en 1993 por el Rey Juan Carlos.
Y no se trata de cualquier cosita, nada menos que tres metros de busto realizado con una tonelada de bronce moldeado por Vicente Santarúa, a la sazón hermano del promotor de la idea que consiguió concitar el entusiasta apoyo de la “Cofradía de la Buena Mesa de la Mar” que actuó como promotora del museo que fue inaugurado en 1993 por el Rey Juan Carlos.
Busto de Philippe Cousteau en La Peñona y la imagen del escultor con su obra tomada de la web del museo de anclas |
El fraternal vínculo entre inspirador y ejecutor deja claro lo atenta que es nuestra querida Españaes con los familiares. Quede claro que el escultor avilesino que cuenta con cuatro obras en las calles de Oviedo, alguna de las cuales ya se ha asomado a este blog en un antiguo apunte, nos parece un excelente artista, pero no habría estado de mas cuidar un poquito mas las formas, que hay muchos y estupendos artistas por ahí. Sea como fuere, vean la lucida fantasía capilar que aplicó el citado escultor al oceanógrafo .
Ya puestos a manifestar tanta admiración no está de mas recordar que el bueno de Philippe no tiene ni siquiera artículo en español en la Wikipedia (ver el inglés). Así que a ver si esos cofrades tan rendidos a su personalidad tienen entre pitanza y pitanza un detalle con su homenajeado y promueven la publicación de una semblanza de su trayectoria vital en castellano.
Nosotros les dejamos con una secuencia de vistas de su busto tomada desde la pluralidad de puntos de vista que recorre el visitante al museo ubicado en la localidad de Salinas. Una precaución que adoptamos por si el escultor lleva a cabo su amenaza de tapar la obra si no se arreglan los líos relacionados con el patronato del Museo (ver noticia). Y es que a las inauguraciones se apunta todo el mundo, pero trabajar en silencio en la conservación de las cosas es labor mucho mas ingrata.