sábado, 5 de mayo de 2018
Cosas de la lengua 18/2018
Comenzamos con el Martes neológico que dedicó su artículo de esta semana al amigo invisible. Laia Vidal expone en su texto las diversas teorías sobre el origen de esta forma de hacer regalos cada vez más difundida. La que en muchos países de Hispanoamérica prefieren llamar amigo secreto.
Nuestros neologistas de cabecera quizá deberían prestar mayor atención a ciertas palabras de moda. De una ahora ciertamente abusada, influencer, hemos encontrado la curiosa variante petfleuncer en una breve 'apunte gráfico' publicado en El Mundo por Ricardo F. Colmenero.
En el propio Centro Virtual Cervantes también hemos leído, esta vez en la sección Rinconete, un artículo de Dídac Cerezo Moya titulado Criollos de base española (1). Papiamento y chabacano. Un ilustrativo recordatorio de la lengua cuyo nombre ahora tan solo usamos como adjetivo que significa 'grosero o de mal gusto' y de la, aún menos recordada, habla criolla de base portuguesa llamada papiamento.
Arranca Alex Grijelmo su columna Los pantalones de Zidane con una anécdota atribuida al arzobispo de Canterbury. Le sirve de ejemplo para mostrar lo que sucede cuando se ofrece al público una contestación, silenciando la pregunta formulada. Y es que esa omisión puede alterar ante el lector el sentido de la respuesta, por mucho que luego se reflejen con total fidelidad las palabras pronunciadas.
Así ha ocurrido con la frase de Zidane“Nosotros no nos vamos a cagar en los pantalones” en la que reutilizaba la vulgar expresión introducida por un periodista en su pregunta. Dice el autor sobre esas descontextualizaciones que 'se trata de una técnica legítima si se aplica con talento y con respeto ético, pero en ciertas ocasiones favorece la manipulación, sea ésta inconsciente o voluntaria'. Sustituiríamos ese ciertas por un adjetivo más numeroso.
Para brutal manipulación por descontextualización, el tristemente famoso "jolgorio y regocijo". Quien se haya molestado en leer una mínima parte de las 237 páginas del voto particular del magistrado Ricardo González, encontrará que dice "explícitos actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo en todos ellos, y, ciertamente, menor actividad y expresividad en la denunciante". Cláusula, esta final, que hace obvio que ese "ellos" haca referencia exclusivamente a los miembros de 'La Manada'. Puestos a crucificarle, que sea por lo que dijo y no por lo que no dijo.
Si tienen un ratito, harían bien en leer las casi seis mil palabras del magnífico artículo del Manuel Conthe titulado Kurosawa en Pamplona: la sentencia de La Manada. A nosotros nos ha salvado de un ataque de misantropía tras constatar que ayer pasaban de 1.352.000 los 'ignorantes atrevidos' que osaban pedir la inhabilitación de los magistrados. ¡Gracias por su lucidez y valentía, D. Manuel! Y también por la sensatez de sus constructivas propuestas (1). En cuanto a quienes no les guste el elevado garantismo de nuestro sistema penal, que le vayan con la copla a los sus políticos favoritos que son quienes lo han configurado. Aunque les toquen gentes tan miserables como Catalá o, la además repelente, Robles.
Lo que no tenemos muy claro es si lo del adjunto titular del diario independentista escocés The National es distorsión o, realmente, el abogado de Ponsatí dijo semejante barbaridad (Ponsati afronta 'pena de muerte' si es extraditada). Hay expresiones inaceptables incluso como metáfora. Y no faltará quien lo haya entendido en sentido literal. En todo caso, sirve para comprobar como el Matrix indepe tiene una uniformidad internacional no menor que la de las franquicias de McDonalds.
Vamos con cuestiones más amables. La aproximación de la edición lisboeta de Eurovisión suscita artículos como Las cosas que confunden a los españoles cuando llegan a Portugal que firma Javier Martín Del Barrio. Y unos cuantos palos se lleva en los comentarios (el lector Rui Sousa apunta, por ejemplo, 'Este artigo está cheio de incorrecções e mostra que quem o escreveu não conhece Portugal').
Nos centramos en los aspectos lingüísticos como el detalle de que en el vecino país abunda el tratamiento de doutor y doutora. Un uso tan extensivo que se dice que ha provocado que el Colegio de Médicos se plantee que sus asociados sean llamados simplemente médicos.
También se reseñan algunos falsos amigos como espantoso, que nos dice que en portugués es maravilloso (aunque nuestro diccionario prefiere asombroso), o puto que, según el autor, se aplica a los jóvenes, bien que solo en masculino, sin que medie ninguna connotación peyorativa. Un lector matiza, sin embargo, que solo es aplicable a los niños.
Otro comentario recuerda que también en España se usó espanto como sinónimo de asombro. Y a modo de ejemplo aporta el comienzo del poema de Cervantes "Al túmulo de Felipe II": ¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla!
Nos traemos una captura del muy útil "mapa de diccionarios" de la Academia para que vean la tercera acepción de espanto en el Drae de 1780: Admiracion y asombro, no causado de miedo, sino de reparo y consideracion de alguna novedad y singularidad. Admiratio, stupor. [adviértase la falta de acentuación]
‘Frankenstein’ (1818) es el título del artículo publicado el pasado domingo por Fernando A. Navarro en el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico. Con el mismo conmemora el reciente bicentenario de la publicación de la famosa obra de Mary Shelley, 'Frankenstein o el moderno Prometeo'. La que la entonces jovencísima segunda esposa del poeta Percy B. Shelley comenzó a escribir a partir del reto planteado en una velada celebrada en una desapacible tarde de junio de 1816 en Villa Diodati, la residencia estival de lord Byron a orillas del lago de Ginebra.
Aprovecha el autor para recomendar una edición anotada que han preparado tres profesores de la Universidad de Arizona. Una obra publicada en español por la editorial Ariel que da libre acceso en su web al primer capítulo. Nosotros lo que aprovechamos es para recordar la viñeta basada en esa reunión publicada por Idígoras y Pachi el pasado 1 de marzo (confundiendo el bicentenario de la publicación del libro con la de la fructífera velada).
En el artículo Inaugurar, José Ignacio de Arana recuerda el significado etimológico de esa palabra nacida de la costumbre de invocar supersticiosas adivinaciones sobre el éxito de las empresas que se ponían en marcha. Buen recordatorio cuando tanto se lleva prescindir de la bendición del cura.
Fundéu recordó el lunes que Primero de Mayo se escribe en mayúscula, pero no así 'puente de mayo'. Y curiosa la elección realizada para la fiesta del trabajo: explicar que tanto los nadie como los nadies son plurales adecuados para hacer referencia a las personas que parecen invisibles para la sociedad. Sabido es que hay mucho empleo precario, pero se nos hace excesiva semejante, esperamos que inconsciente, asociación.
Los urgentes aclararon el miércoles que es incorrecto transformar la expresión latina in extremis en el híbrido 'en extremis'. Tocaba lección para los zotes de la clase. Al día siguiente se ocuparon de la ambigüedad de la expresión violencia infantil que puede interpretarse en el sentido de que los niños actúan con violencia o que, por el contrario, son víctimas de esta. Así que para referirse a los que sufren algún tipo de maltrato, aconsejan reforzar el sentido con fórmulas como la utilización de la preposición contra.
Y como colofón semanal, un recordatorio de la invariabilidad del adverbio en la construcción comparativa igual de: Rafael y Margarita fueron igual de miserables, no iguales de miserables.
Vamos ahora con un breve vistazo a dos titulares de prensa, posteriormente rectificados (véanse los enlaces que siguen), que nos han llamado la atención. Por un lado esos padres cuyo adoctrinamiento por las escuelas catalanas denunciaba El País y, por otro, la mujer desaparecida cuando, de acuerdo con La Nueva España, ya tenía signos de violencia ¡Ay!, esas prisas de las redacciones.
Interesante cuestión la planteada por Javier Marías en La vuelta de mi abuela Lola sobre algunos prejuiciosos posicionamientos. Pero como su comentario nos haría exceder la recomendable extensión de este apunte, nos limitaremos a recomendarles que lo lean. Y a coincidir en la calificación de imperdonable cursilería que aplica a la metáfora “visitar la imaginación de un director” que utiliza el criticado crítico Mark Cousins para hacer referencia a ir a ver una película.
Como rebuscadamente cursi es, también, la denominación de Comisión Técnica Provisional para Gestionar las Consecuencias de la Iniciativa Armada de ETA que la organización terrorista ha dado al poso de ese me disuelvo, pero no del todo. Adjuntamos como lo ha visto el dibujante Sansón (El Norte de Castilla).
Concluimos con las palabras finales del artículo Nunca cerrar los ojos del último Premio Cervantes, Sergio Ramírez, que están dedicadas al trabajo de escritor: Que nuestro oficio es levantar piedras, como decía José Saramago; y que si debajo lo que hallamos son monstruos, no es nuestra culpa.
(1) por si no se animan con el extenso texto:
Mi sugerencia sería que esa circunstancia objetiva -la actuación sexual conjunta de dos o más personas con una tercera, más débil, u otras circunstancias parecidas que, desde una perspectiva de política legislativa, convenga singularizar- no solo se configure como un agravante del delito, sino que entrañe además una presunción (no absoluta, sino relativa) de intimidación o falta de consentimiento de la víctima, de forma que se invierta la carga de la prueba y sea el acusado quien tenga que demostrar que medió consentimiento y no hubo abuso ni agresión.
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