Las estrategias del miedo tienen una eficacia contrastada. A ellas se ha encomendado, por ejemplo, la empresa de seguridad que nos "ha dado" la operación salida con sus machaconas cuñas radiofónicas destinadas a inculcarnos el temor de que alguien podía estar asaltando nuestra casa en ese mismo momento. Cabroncetes, pero al menos identifican con claridad la amenaza.
Pero lo peor vino una vez llegados a nuestro destino. Fue abrir el periódico y vernos amenazados por una sombría visión del futuro del planeta, cortesía del ecologismo más apocalíptico. En España ha sido la organización WWF la encargada del propalar la nueva fecha del que dado en llamar 'Día de la Sobrecapacidad' (‘Earth Overshoot Day’), un invento de la norteamericana Global Footprint Network.
Comenzaremos por decir que la traducción es bastante desafortunada, porque sobrecapacidad es justamente lo contrario, el exceso de capacidad. Por eso, con buen criterio, en América lo han llamado 'Día Mundial del Sobregiro'. Con todo, se nos hace demasiado financiero, porque ese último término alude al giro o libranza que excede de los créditos o fondos disponibles. Pero al menos es conceptualmente correcto. Nosotros traduciríamos ese gringo EOD como "Día de la Sobreexplotación de la Tierra".
El caso es que sus creadores concretan ese sobreuso en que "la humanidad consume los recursos que producirían 1,7 planetas". Un hecho que ha llevado la fecha al 1 de agosto, con un adelanto de un día respecto al año pasado. Unos "planetas consumidos" que, en el caso de España, serían 2,4 (fecha 11 de junio) y en Asturias, con todas esas centrales de carbón que han conseguido aunar a las fuerzas aparentemente vivas de la región, mejor que ni nos lo digan.
Pero por más que hemos buscado como miden esas ecologistas gentes tales excesos de uso, ninguna descripción medianamente detallada hemos encontrado. Tan solo pinceladas como que "la Global Footprint Network calcula esta fecha sumando las distintas demandas de recursos naturales de la humanidad: de alimentos, de madera, de fibras como algodón, o la construcción de infraestructuras. La mayor parte de la huella ecológica de la humanidad corresponde a la huella de carbono producida principalmente por la quema de combustibles fósiles".
O consejos del tipo "Hay cosas que todas las personas podemos hacer para retrasar la fecha: Por ejemplo, acabando con el 50% del desperdicio de alimentos en el mundo, la retrasaríamos 11 días. Y reduciendo a la mitad el uso del coche, la fecha se retrasaría 10 días más en el calendario".
Una vez que se dedican a meternos miedo, nos parece que lo mínimo sería que nos explicaran con detalle el por qué.
Empeñados en dar con alguna ulterior explicación, nos hemos ido a valorar nuestra huella ecológica personal con la calculadora que ofrecen al efecto. Y hemos descubierto, con cierto espanto, que el no especialmente aparatoso estilo de vida que seguimos sitúa nuestro personal "Día de la Sobreexplotación de la Tierra" en el 16 de mayo. Día de San Ubaldo, y también de San Abieso, aunque este sea con b, a más del cumpleaños de gentes como Megan Fox o del ya fallecido pelotari Marcelino Vergara. Y también tienen la gentileza de informarnos que eso significa que a final de año nos habremos zampado 2,7 veces nuestra alícuota parte del planeta Tierra. ¡Pues como será lo de Pedro con todo ese lío del Falcon!
Lo bueno es que nos han construido un personalizado gráfico que es la mejor aproximación que hemos encontrado sobre los ingredientes de la "fórmula magistral" utilizada.
Mira que de siempre nos hemos maliciado que entre aquellos tres enemigos del hombre sobre los que nos prevenía el catecismo, a saber, el mundo, el demonio y la carne, lo nuestro iba a cargar sobre el que cierra la tentadora tripleta. Y así ha debido de acabar por ser, a la vista de esa cantosa barra alimenticia para cuya determinación nos han preguntado con cierto detalle sobre la componente cárnica de nuestros hábitos nutricios.
Pues si esperan que dejemos de comer chuletones en Casa Arturo para que los dirigentes asturianos sigan quemado carbón para producir la electricidad con la que los prepara Rober, van dados. Las responsabilidades no son en estos asuntos, ni de lejos, equidistribuibles.
Finalizaremos por decir que nos parece muy bien que se conciencie sobre los desafíos ecológicos, pero el oscurantismo apocalíptico no es el camino. Las cuentas bien claritas sobre la mesa para que los ciudadanos puedan asignar correctamente las responsabilidades.
Y esa profesión periodística, a ver si aplica un poquito de espíritu crítico e investigador a las notas de prensa que recibe.
Pegote extemporáneo:
Llega el CIS, te planta un cuestionario en el que te piden que valores a un gobierno que lleva un mes en el cargo, y pocos se plantean si están en condiciones de hacerlo. Que haya sido Pedro Duque el mejor valorado del último "barómetro", retrata bastante bien cómo funciona la opinión pública. Qué útil sería que en este tipo de encuestas se incluyera una pregunta de contraste:
Sobre el ministro que vd. valora mejor, don fulano de tal, entre las medidas que ha anunciado ¿podría decirnos cual ha sido la que más le ha gustado?
En sondeo abierto, por supuesto. Y es que no hace falta ni tabular las respuestas, tan solo computar el porcentaje de encuestados que contestan algo.
Hay que ver cómo nos cuesta reconocer que hay muchos temas sobre los que en un momento dado no tenemos información suficiente para emitir una opinión. Así que lo que se acaba encuestando son sentimientos.
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