miércoles, 4 de diciembre de 2019

Sobre la encuesta del CIS catalán


La valoración de la simpatía o antipatía mutua ha centrado casi todas las reseñas realizadas en los medios de comunicación de la primera encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) que ha preguntado a ciudadanos de toda España. Y resulta llamativo que Álex Grijelmo haya dedicado su último comentario lingüístico en El PaísMejor o peor, cuestión de perspectivaa valorar los matices de esas periodísticas lecturas.

Pero estas son ocasiones en que los gráficos resultan especialmente útiles. Y ello por más que la escala de colores de los mapas de la simpatía/antipatía publicados por el organismo dependiente de la Generalitat no esté demasiado lograda: compárese el leve cambio en el primero de ellos de  Castilla-León a Asturias por +0,51, frente al de esta nuestra comunidad con el País Vasco por +0,44. Así que es justo añadir que los gradientes cromáticos aplicados por La Vanguardia están más conseguidos. Acompañamos ese primer mapa descriptivo de cómo caen los habitantes de cada comunidad en Cataluña con el que refleja el correlativo sentimiento del conjunto del resto de los españoles. Y debajo añadimos otra presentación de los mismos datos en formato de barras.

  

Veraz, en cuanto cierto es que ninguna comunidad "suspende", resulta el subtítulo de Grijelmo "Ninguna autonomía cae mal a las otras, pero la interpretación de un sondeo lo da a entender". Sin embargo, esa afirmación no refleja la existencia de una patente anomalía catalana. Una comunidad cuyos habitantes, cosas del narcisismo nacionalista, es bien visible que conceden peores notas de simpatía que el resto de españoles. Quienes, por cierto, puntúan particularmente bien a los asturianos. Adviértase que salimos retratados como gentes que caen a los no catalanes como los vascos lo hacen a los catalanes: idéntico 7,49. 

También resulta curioso que los, al menos en Twitter, más prototípicamente denostados por el nacionalismo catalán, como son los andaluces, no solo obtienen en la tierra a la que tantos emigraron mejor "nota" que todo tipo de castellanos, sino incluso que los valencianos. Así que no es de extrañar que últimamente se haga tan poco énfasis en ese imperialista concepto de los Països Catalans.

Esa bastante favorable percepción hace más llamativo que sea Andalucía la comunidad que, a ojos de los catalanes, disputa a Madrid el estatus de región más favorecida. Muy por delante del País Vasco, que es para el resto de españoles la que ostenta tal condición después de la propia Cataluña. Enorme discrepancia en la percepción de una realidad que es la que es. Así que la distribución geográfica de los sesgos cognitivos de los españoles parece que da para toda una interesante tesis doctoral.


Un ejemplo de ayer mismo del martilleo contra la Justicia:
Faro en el más bien moderado Diari de Tarragona
Como estos análisis suelen cansar bastante rápido a los no habituados, tan solo un gráfico más para poner de manifiesto la eficacia de la incansable labor nacionalista para demoler el prestigio de instituciones como la Justicia o la Monarquía (española, se añade, cuando no se estima necesario hacer lo propio con tribunales de justicia, universidades o sindicatos). Pero muy llamativa resulta, en cambio, la también escasa valoración que recibe la Iglesia Católica en una comunidad liderada por un nacionalismo eminentemente meapilas. 



Con todo, no perdamos de vista que las encuestas, encuestas son. Con su márgenes de error, que no se puede olvidar que las correspondientes fichas técnicas cifran para aquello que es valorado por toda la muestra, pero aumentan rápidamente cuando se analizan respuestas de partes de la misma. Y luego, sesgos cognitivos aparte, está la delicada cuestión de lo fundamentadas que puedan estar algunas percepciones. ¿Cuanto lo está, por ejemplo, la opinión media de un español sobre la confianza que le merece la Policía Foral Navarra? ¿Qué sabe, por ejemplo vd. lector, sobre ella?

Aunque dado el moderado tamaño de la muestra en Cataluña los márgenes de error quizá resultarían demasiado elevados, es una pena no contar con tablas como la anterior segmentadas por el modelo de estado propugnado (pregunta 17). Porque importante debería ser para el Govern conocer a fondo la disociación de valoraciones que con toda seguridad se produce entre los propios catalanes, porque todos ellos son sus administrados.



P.S.- Si algún lector que tenga a bien analizar más fondo la encuesta viera la forma de concertar las respuestas a las preguntas 17 y 18, ya le agradeceríamos que nos dejara un comentario. De momento nos quedamos con la impresión de que subyace bastante confusión sobre el federalismo (ese que algunos países practican con menor descentralización de la vigente en España).




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