Ya dábamos por concluida, con tan solo dos viñetas, la colección de humor sobre las últimas novedades del Diccionario de la lengua española (enlace a nuestro monográfico) cuando, el jueves, llegaba la aportación que JM Nieto tituló Palabras que entran en el diccionario (y palabras que no).
El propio dibujante de Abc se deleitaba ayer con un poco de neología humorística emparentada con el ahora omnipresente lawfare que tantos se empeñan en interpretar erróneamente como “judicialización de la política”, que es otra cosa bien distinta: lo que ocurre cuando los políticos delinquen. Bien harían tales extraviados, que incluyen al propio Pedro Sánchez, en leer el artículo de Álex Grijelmo ‘Lawfare’, palabra nueva para idea vieja que encontrarán íntegro en el anexo del apunte La lengua en la semana 46/2023 (1ª parte). Y sobre la presidencial tesis lawferística respecto al CGPJ, adviertan que no aguanta ni medio asalto contra María Peral (enlace vídeo). Aprovechamos para recordar nuestra modesta aportación a la familia lingüística tratada por Nieto: el "cartoonfare".
Pasamos al análisis neológico de corte académico con el artículo que Marcela Muñoz Sepúlveda dedicó el martes en el Centro Virtual Cervantes al ruido marrón o ruido browniano que, al igual que el más agudo ruido blanco tratado en agosto en esa sección tan alérgica a los hiperenlaces, se emplea como relajante y ayuda para concentrarse [los respectivos artículos de la Wikipedia incluyen muestras sonoras: blanco y marrón].
No olvida la autora explicar que el ruido marrón recibe su nombre del colorido significado del apellido del médico y botánico escocés Robert Brown, descubridor del movimiento aleatorio, conocido por ello como browniano, que se observa en las partículas sumergidas en un medio fluido. Un fenómeno que tiene un patrón estocástico similar al que genera el ruido que saltó a la fama en 2022 desde las redes sociales, particularmente de TikTok.
Volvemos al humor con una sección musical que cuenta con las dos canciones de cumpleaños más populares en las constitucionales viñetas del jueves de Pinto&Chinto (La Voz de Galicia) y Tris (La Rioja).
Hans Christian Andersen encabeza la sección literaria desde la viñeta de Idígoras del pasado domingo que le recurerda a imagen de la estatua de Hans de Málaga realizada en el año 2005 por José María Córdoba por encargo de la Casa Real Danesa para conmemoral la visita a la ciudad del escritor en octubre de 1862. Una estancia sobre la que escribió en su libro Viaje por España «en ninguna otra ciudad española he llegado a sentirme tan dichoso y tan a gusto como en Málaga».
Peridis invitó a Valle-Inclán a su viñeta del lunes y no cabe sino entender que a modo de gráfico calificativo del esperpento en que Pedro Sánchez ha convertido la política española.Miki y Duarte eligieron Sin noticias de Gurb (1991), un relato de Eduardo Mendoza que salió por entregas diarias en El País durante el verano de 1990, y Memorias de un amante sarnoso (Memoirs of a Mangy Lover, 1963) de Groucho Marx como lecturas de Puigdemont previas a la de la Constitución. Debajo mostramos la portada de la primera edición, ilustrada por Leo Hershfield, del libro americano que entendemos es bastante menos conocido en España que el de Mendoza. A su lado recordamos la ironía de JM Esteban en La Razón del pasado día 2 sobre el libro que Sánchez tiene la desvergüenza de firmar en solitario, a modo de prólogo del contraste de lecturas de la viñeta de Tomás Serrano del Día de la Constitución.
La viñeta de ayer de Andy Davey da pie a un recopilatorio de piezas inspiradas en 'Ozymandias', el soneto de Percy Shelley sobre la inexorable decadencia de los imperios publicado el 11 de enero de 1818, pero escrito el año anterior, que probablemente es la composición más famosa del poeta romántico inglés. El dibujo parodia los versos del segundo terceto que dan cuenta de la inscripción de la base de una estatua de Ramsés II [Ozymandias es un alias del faraón Ramsés el Grande derivado de una transliteración griega de su nombre User-maat-re Setep-en-re] transcrita por Diodoro Sículo en su Bibliotheca Historica ("Rey de reyes soy yo, Ozymandias. Si alguien quiere saber cuán grande soy y dónde yazgo, que supere alguna de mis obras").
Uno solo de esos versos transcribía Patrick Blower, pero en versión original, en la adjunta viñeta publicada en el Telegraph del 17/8/21. Sigue la parodia de Dave Brown del 12/1/19 que nos invita a señalar que Potus es el acrónimo de President of the United States y mardy arse es una adaptación de mardy boom, una expresión del norte de Inglaterra que significa quejica (y da título a una canción de la banda de Sheffield Arctic Monkeys).
Concluimos con un recordatorio de la completa pieza de Shelley:
I met a traveller from an antique land
Who said: Two vast and trunkless legs of stone
Stand in the desert. Near them, on the sand,
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown,
And wrinkled lip, and sneer of cold command,
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them and the heart that fed.
And on the pedestal these words appear:
"My name is Ozymandias, king of kings:
Look on my works, ye Mighty, and despair!"
Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away
La complementamos con una traducción bastante literal, sin versificadoras pretensiones que dificilmente consiguen emular el ritmo de original
PS - Un libro sufre en la viñeta de Tom Gauld de hoy en The Guardian lo que a todos nos hacen a diario con algunas noticias. Adicionalmente, Peter Schrank lleva hoy a su viñeta el espejo mágico popularizado por el cuento de Blancanieves.
Algunos expertos dijeron (con razón) que hablar de fallos y aciertos no es la mejor manera de juzgar un instrumento de medición bajo incertidumbre. Pero es más grave que eso: la afirmación es falsa. No estamos ante una cuestión opinable, me atrevo a decir, sino ante un hecho factual: las estimaciones del CIS con Tezanos han sido poco precisas y sesgadas.
1. El CIS no “acertó” el resultado del 23-J
Aunque fue más preciso que en el pasado, su estimación de escaños tenía como escenario central uno distinto del que luego se produjo: el CIS les daba a PSOE y Sumar alrededor 171 o 172 asientos, lo que les hubiese valido para gobernar sin el apoyo de Junts y ERC, pero en realidad se quedaron en 152 y hubo que negociar con esas fuerzas durante meses y meses. Nuestro promedio de encuestas se desvió en sentido contrario, pero menos: daba unos 177 escaños a la suma de PP y Vox, que se quedaron en 170 y sin opciones de gobernar. ¿Qué encuesta se acercó más? El sondeo de 40dB. que publicó este periódico, que colocaba a PP y Vox en 173 escaños y a la suma de PSOE y Sumar en 148.
2. Las estimaciones del CIS seguirían en entredicho aunque hubiese acertado el 23-J
El motivo es sencillo: el centro acumula errores en múltiples elecciones desde que Tezanos llegó al centro en 2018, de manera que no le bastaba un acierto para compensar ese histórico. Para medirlo, he preparado la siguiente tabla, que compara la desviación de media docena de encuestadoras en una decena de citas electorales desde 2018.
Los datos son elocuentes. El CIS con Tezanos se ha equivocado, en media, más que todas las otras encuestadoras. En cuatro ocasiones se desvió más que ninguna —tres veces entre 2018 y 2021, que fue su peor periodo—, y siempre erró más que nuestro promedio de sondeos.
Cálculo en tres pasos: (1) para cada elección y encuestadora, calculo el error medio por partido (para aquellos con 2% de voto o más); (2) para cada elección, calculo la media del error de las encuestadoras; y (3) para cada encuestadora y elección, calculo ahora su error relativo, restando al error de la encuestadora el error medio en esa elección. Así, un error positivo significa que la encuestadora se desvió más que la media de encuestadoras, y uno negativo, que se equivocó menos.
3. Lo más importante: el peor problema de las estimaciones del CIS no es la magnitud de sus errores, sino su dirección
Desde la llegada de Tezanos, el CIS ha sobrestimado el voto de la izquierda en 36 de 37 elecciones. También el 23-J. En julio la izquierda sorprendió con un resultado mejor del que anticipaban todas las encuestas privadas, pero incluso en esas circunstancias el CIS volvió a sobrestimarla. Se sorprendió al revés: su estimación decía que PSOE y Sumar se impondrían por 5 puntos sobre PP y Vox, pero en realidad se quedaron 1,4 puntos por debajo.
Ayer un editorial de EL PAÍS censuró la ratificación de José Félix Tezanos, con el argumento de que su discurso contamina la imagen de imparcialidad del centro, decían, “al margen del acierto o el error de sus pronósticos”.
Yendo más lejos: creo que esos errores son un indicio de parcialidad. Porque, es cierto que existen motivos técnicos para explicar que las encuestas del CIS se desviasen a la izquierda, una vez y varias veces, pero cuando esa desviación se vuelve sistemática, y se repite después de cuatro años y treinta elecciones, la pregunta es inevitable: ¿por qué no se corrige tal sesgo?
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