jueves, 21 de marzo de 2013

Buzones


Esta mañana he topado con el buzón en lucha que utilizan como símbolo de sus protestas  los empleados de Correos. Ahí lo tienen esgrimiendo cabreado una corneta de posta, también conocida como trompa de postillón, que es el símbolo de numerosos servicios postales del mundo. Debajo podemos ver otros buzones utilizados en manifestaciones de los servidores postales que parecen un punto menos irritados.



Está de moda el buzón como soporte reivindicativo, recordemos la epidemia de cianosis pantone 299C que han padecido algunos en Madrid, y no hace tantos años que otros sirvieron para crear un collage protagonizado por la Ortiz Princesa de Asturias.


A continuación mostramos un recordatorio de la imagen que tenían estos controvertidos contenedores antes de que José María Cruz Novillo propusiera el amarillo como color corporativo del servicio postal nacional.




La identificación de los buzones no es una cuestión baladí, máxime en una sociedad que se ha hecho añosa. Así se puso de manifiesto a raíz del caso del jubilado británico Alf Spencer que fue sorprendido por una ciudadana echando sus cartas en un contenedor para excrementos caninos. Advertido de su error, este veterano de la Guerra Mundial con problemas de visión cayó en la cuenta de que llevaba dos años depositando sus cartas en el lugar equivocado.

Y es que no anduvieron muy finos los diseñadores de los recipientes higiénicos, porque el color rojo de los buzones británicos tiene larga tradición. Tampoco puede decirse que los investigadores del Royal Mail encargados de resolver las quejas de este jubilado por la sistemática pérdida de su correo mostraran mucha creatividad en su pesquisa, porque parece que ya había antecedentes de cartas reenviadas al correo desde los servicios de limpieza.








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