“Centrales sindicales”, camino del olvido es el provocador equívoco utilizado por Álex Grijelmo para titular su reflexión del pasado domingo sobre lo mucho que ha tardado en ser desplazado del lenguaje, sobre todo periodístico, ese sintagma. Fórmula aplicada durante mucho tiempo para evitar la peyorativa connotación que arrastraba la palabra “sindicatos” por asociación con los verticales del franquismo.
Y llega la mojiganga tituló Lola Pons su columna del lunes en el propio diario El País. Porque, en la opinión de la catedrática sevillana que compartimos, la actividad preelectoral de los partidos se asemeja a la teatral farsa así denominada. Pero mucho nos tememos que no es que venga para quedarse, como apunta en su frase final, sino que lleva cómodamente instalada mucho tiempo.
Pasamos al Cervantes Virtual, donde Mònica Vidal Díez trató en el Martes Neológico sobre confrontacional. Un adjetivo con registros lexicográficos fechados ya en 1984 que compite con confrontativo. Y en 1975 documenta el Oxford English Dictionary (OED) su equivalente inglés. Vocabulario para la mojiganga.
De lo publicado en la sección Rinconete vamos a destacar Ad astra (12). Aquellos maravillosos cincuenta… y sesenta de Rodolfo Martínez. Acompañamos la mención con un recordatorio gráfico de «La Gioconda está triste», el relato de José Luis Garci citado en el texto que fue llevado a la pantalla por Antonio Mercero.
Una inquietante muestra de la degradación de la calidad de las instituciones es la que pone de manifiesto el artículo publicado en la Diario La Ley por el catedrático de Derecho Civil Ramón Durán Rivacoba y la profesora Verónica del Carpio sobre el garrafal error del nuevo artículo 914 bis del Código Civil donde se confunde «causante» con «causahabiente».
Un desatino que los autores ven equivalente a utilizar el término «empleado» en una ley laboral cuando se quiere aludir a «empleador», o «arrendatario» por «arrendador» en una norma sobre alquileres. O sea, el intercambio de términos jurídicos íntimamente relacionados, pero conceptualmente opuestos.
Si hubiera una figura retórica de la semana, la de esta seguramente sería la paralipsis: expresión que aparenta que se quiere omitir algo (DLE). La forma de tirar la piedra y esconder la mano tan mal teatralizada por un miserable concejal de Zaragoza apellidado Cubero (enlace vídeo).
Padylla proponía el pasado domingo una hiperbólica forma del coloquial "sujétame el cubata" que invita a recordar su versión de la expresión original del pasado mes de octubre.
El comentario de la volcánica versión nos llevaba en su día a recordar el "¡Sujétame el cubata!" de Guillermo en una portada de 2020 de la revista granadina El Batracio Amarillo.
Y hoy la complementamos con dos ejemplos de uso humorístico de la versión inglesa de la expresión, que es "hold my beer". No se puede decir que el estadounidense Branco no barruntara hace algo más de un año de lo que venía, mientras que la viñeta de los sudafricanos Dr Jack & Curtis del 1/3/20, ojo a la fecha, escogía la marca que tanto tuvo que soportar en los primeros compases de la pandemia.
Tricoteuse, que es tejedora en francés, tiene un significado histórico muy específico derivado de la denominación dada a las mujeres (primero conocidas como «enragées» o «furies de la guillotine») que se entretenían tejiendo junto a la guillotina mientras presenciaban las ejecuciones que tanto se prodigaron en la Revolución francesa. Peter Brookes dio humorístico uso al concepto colando en el grupo al ex asesor Dominic Cummings entregado a una práctica bien diferente. [2]
Andy Davey apoyó en la famosa obra de teatro Esperando a Godot de Samuel Beckett su viñeta sobre la impaciente espera del informe encargado a Sue Gray sobre las transgresiones de la normativa covid en Downing Street.
[1] La jerga política británica anda muy carnívora, porque uno de los movimientos dentro del Partido Conservador para sustituir a Boris Johnson es conocido como 'pork pie plot'. Y ello porque se fraguó en una reunión convocada por la diputada Alicia Kearns, que lo es por la circunscripción de Rutland & Melton, famosa por el Melton Mowbray pork pie (pastel de cerdo). A ello se suma que "pork pie" o "porkies" es la expresión de rhyming slang que significa mentiras. De ahí la viñeta de Christian Adams del pasado día 19. Y Morten Morland recordó en Twitter su viñeta del 27/8/19 que tachaba de mentiroso a Johnson con similar metáfora.
[2] Nos ha traído a la memoria el uso que JL Martín dio el pasado mes de octubre a esa práctica vudú.
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