Muy oportuna ha estado la sección El Trujamán del Centro Virtual Cervantes con 'La ciudad de los leones'. Un artículo en el que de Alicia Martorell recorre los nombres que a lo largo del tiempo ha recibido la ciudad que ha sido conocida como Leopolis (latín), Lemberg (alemán), Lemberik (yídis), Lwów (polaco), Lvov (ruso) y Lviv (ucraniano).
Esa pieza de humor, que es anterior al anuncio de redenominación realizado por algunas relevantes cadenas de supermercados británicas [Sainbury's ya lo ha confirmado], invita a recordar la campaña “KyivNotKiev” lanzada en 2018 por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania. Una acción desarrollada tras la anexión rusa de Crimea, destinada a potenciar la denominación oficial de la capital que, desde 1995 es Kyiv (del ucraniano Київ), y no Kiev (del ruso Киев).
Vamos con Lola Pons, que festejó el Día de Andalucia con una reflexión sobre las variedades lingüísticas titulada con un austeniano 'El acento andaluz. Orgullo y prejuicio'. Y Álex Grijelmo trataba ese mismo día en 'Ceda el paso, ceda sus datos' sobre el valor que han adquirido los datos personales y el consiguiente empeño de las empresas en conseguirlos.
La catedrática sevillana trató sobre el mudable léxico de la indumentaria en su radiofónica colaboración Cambiar de palabras-ropa. Territorio semántico muy dinámico, en buena parte debido al mercadotécnico prestigio de lo foráneo. El que hace ya más de un siglo suscitó la calificación de "galicismos frívolos" acuñada por Américo Castro.
La cita del organdí nos ha llevado a recordar que ese es uno de los tejidos tratados en el apunte de 2015 Ciudades que tienen tela (II), complementario de una más breve primera parte sobre los nombres de los tejidos. Algunas de las palabras que la lingüista fustiga con su radiofónico látigo son oversized, leggings (leotardos, mallas), streetstyle, chaqueta cropped (torera), blazer, boho style (desenfadado), pero duda con little black dress.
El habitual poético final es un fragmento de Todo cambia (1982) de Julio Numhauser, cofundador en 1965, junto a los hermanos Eduardo y Julio Carrasco, del mítico grupo chileno Quilapayún. Creemos que esta vez bien pudo sustituir el recitado por la incomparable versión de Mercedes Sosa.
Fundéu comenzó la semana con unas claves de redacción para el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona. Tan solo apuntar que no acabamos de ver tecnología ponible como alternativa a wearable technology, por más que tampoco nos guste esta expresión. Nos permitimos reclamar un esfuerzo creativo a los profesionales del marketing que otrora aportaron soluciones como walkman (proverbial ejemplo, por otra parte, de palabra llegada al diccionario cuando ya estaba en la fase aguda de su caída en desuso).
Los urgentes publicaron el miércoles Seis reglas para una escritura correcta de los prefijos, que es un asunto que tiene su enjundia (palabra que, por cierto, detiva del latín axungia, 'grasa de cerdo').
Oportuna ocasión de recordar que en Cosas de la lengua (17/2018) dábamos cuenta de que Tetris había sido la palabra elegida esa semana en el Martes Neológico. Un término derivado de "tetra", cuatro en griego, creado para dar nombre al videojuego ideado en 1984 por Alekséi Pázhitnov que reta al usuario a encajar piezas formadas con cuatro cuadros que tienen siete formas diferentes. Y Tetris ha encontrado uso, por analogía, para denominar situaciones en las que intervienen elementos que deben ser acoplados de forma muy ajustada o asuntos que requieren una compleja coordinación.
Pasamos a mostrar la marquista paronimia utilizada por Mortiner en La Nueva España para dar cuenta del "no me lo merezco" del discurso de Casado ante la plana mayor de su partido.
Ortifus aportó ayer una nueva delimitación de la antigua Carpetania, pero más ajustada a la ubicación de los órganos jurisdiccionales que acaban de dar sonoro carpetazo a un emérito asunto. Y fíjense en cómo se les puso de onomatopeyas su dibujo a Miki y Duarte, que eligieron ¡Pum! para la carpeta que se cierra.
El dibujante belga Sondron complementa la sección armamentística con una oportuna visión de cómo era esa luz al final del túnel que tanto se ha visto en el humor sobre la covid y, sobre todo, en el dedicado al incremento de los precios de la electricidad.En el apartado literario, Asier y Javier dieron una irónica visión de la evolución de la novela en la literatura rusa en su viñeta del lunes en Deia, mientras que Idígoras opta hoy por Dostoyevski.
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