Lola Pons publicó el pasado domingo en El País La ‘Spanish’ enseñanza. Un artículo que valora, poco favorablemente, la implantación del modelo AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras) que propugna la enseñanza en una segunda lengua, normalmente en inglés, de los contenidos de varias asignaturas de cada curso. Y bien apunta que el conocimiento de ese segundo idioma habitualmente es insuficiente para debatir y argumentar, pero echamos en falta algún tipo de apoyo de sus conclusiones en alguna información estadística de evaluación académica segmentada por metodología de enseñanza.
Álex Grijelmo publicó ese mismo día Los colores de las palabras que, como es habitual, adjuntamos como anexo. Reconocemos que no nos ha convencido la deriva del artículo hacia una mezcla de churras con merinas que sostiene una tesis que viene a postular algo así como que los delincuentes pierdan el derecho a denunciar delitos. Y eso sin entrar en la sentenciada inconstitucionalidad de la renovación por cuotas del CGPJ.
Bastante demorado ha llegado al Martes neológico el verbo gripalizar que ya fuera finalista para palabra del año de Fundéu tanto en 2022 como en 2023. Y hace ya algo más de dos años que Álex Grijelmo publicó Gripalizar la flurona. Enlazado queda, pero estamos fríos con esa sección en la que nos resulta desolador seguir viendo publicado pixelar con los errores que advertimos al CVC.
La palabra que esta semana se ha puesto de largo con motivo del uso realizado por Pedro Sánchez es fachosfera. Un neologismo que ya venía siendo promocionado desde El País cuyo origen poco se han molestado en rastrear quienes se ha lanzado a explicarlo. Isaías Lafuente, por ejemplo, afirmó en la Ser (entendemos que siguiendo la errónea explicación de Idafe Martín que lo viene utilizando en El País) que "lo crearon en 2016 dos ensayistas franceses para referirse a esa esfera de influyentes que contribuyeron al ascenso de los ultras Le Pen, padre e hija". Una referencia a Dominique Albertini y David Doucet, los periodistas que publicaron «La Fachosphère. Comment l’extrême droite remporte la bataille du Net» (Flammarion, 2016). Un libro cuyas primeras páginas están disponibles mismamente en Amazon, en las que un documentalista más riguroso no tendrá dificultad en dar con la referencia que se hace al antecedente del artículo La fachosphère accuse Frédéric Mitterrand de pédophilie publicado por Tefy Andriamanana en L'Exprés el 6/10/2009 que recoge su uso aunque sin identificar acuñador (enlazamos la información de El País sobre aquel escándalo aireado cuando el sobrino de François Mitterrand fue nombrado ministro de Cultura por Sarkozy).
El caso es que, de momento, tan solo hemos encontrado una viñeta que haga uso de esta palabra de moda, que es la de Ricardo del miércoles que mostramos a continuación.
Ramón llevaba a la suya del jueves el hiperónimo esferificaciones y tenemos que reconocer que en esta redacción ya hay usuarios de sanchosfera. Ya se verá la natalidad que muestra esta esférica familia léxica.
Padylla aporta un ejercicio de retroacronimia aplicado a mena que, por cierto, es una palabra que tampoco está recogida en el DLE con la acepción 'menores extranjeros no acompañados'. Puebla convierte hoy la sigla de la política agraria común de la UE en onomatopeya del ruido del ya meramente folclórico pisado de la uva y Pablo García completa este bloque desde La Nueva España con su ludolingüística visión del "crecimiento global".
Tanto Pinto&Chinto (La Voz de Galicia) como Neto (El Comercio) se incorporaban el jueves al monográfico Las líneas rojas en el humor de 2024 mientras que Peridis aportaba su segunda pieza del año. No nos equivocábamos cuando vaticinábamos al comienzo de ese apunte que la Temporada humorística 2024 de la popular denominación de los límites que no deben ser traspasados se presentaba realmente espectacular.
En La lengua en la semana 49/2023 tratamos por última vez el soneto 'Ozymandias' de Percy Shelley sobre la inexorable decadencia de los imperios publicado el 11 de enero de 1818, pero escrito el año anterior. Patrick Blower volvía a apoyarse el jueves, esta vez para dar cuenta de los whastapps que tan mal han dejado a la caída líder independentista escocesa Nicola Sturgeon (del partido SNP), en el final del segundo terceto que da cuenta de la inscripción de la base de una estatua de Ramsés II [Ozymandias es un alias del faraón Ramsés el Grande derivado de una transliteración griega de su nombre User-maat-re Setep-en-re] transcrita por Diodoro Sículo en su Bibliotheca Historica ("Rey de reyes soy yo, Ozymandias. Si alguien quiere saber cuán grande soy y dónde yazgo, que supere alguna de mis obras").
Mucho se ha utilizado en las tertulias la fábula 'El escorpión y la rana' para explicar el "pacto de gobierno" de Junts con el Psoe, pero nos ha sorprendido la anonimización del batracio de la viñeta de Santy Gutiérrez del jueves, así que vamos a complementarla con otras picaduras sufridas previamente por Sánchez: JM Nieto 11/1/20 y Tomás Serrano 1/7/21.
Concluimos con el primer ministro francés convertido por Salles en el diario L'Alsace en "el duende del bidón de pesticidas" (Los anuncios de Attal desactivan la crisis de los agrucultores - Va a concedernos los deseos / Bastaba dar brillo a este viejo bidón de glifosfato) para reflejar las concesiones realizadas sobre el uso de productos que se habían prohibido y con la visión de Diego Aranega en Le canard enchaîné de las protestas agrícolas como un "tractor de Troya" de la extrema derecha.
Anexo
Los colores de las palabras
Álex Grijelmo (El País, 28/1/24)
Disponer de la información adecuada y activarla nos defiende de los engaños que se buscan con algunos términos
Sorprende con qué facilidad los seres humanos vinculamos las palabras que designan colores con objetos que ofrecen una tonalidad muy distinta de lo que el propio vocablo parece indicar. Así, hablamos de “vino blanco” en referencia a un líquido en realidad amarillento; y decimos “vino tinto” para lo que en otras lenguas se considera rojo: red wine en inglés, vin rouge en francés, mientras que los catalanohablantes lo ven más oscuro aún (vi negre); denominación que los italianos (vino nero) combinan en su idioma con el rojo (vino rosso). Nuestro vino es “tinto” porque siglos atrás se consideraba “teñido” (tinctus en latín) al elaborarse a veces mañosamente a partir del vino blanco mediante la mezcla con vino rojo (tranquilos, ahora ya no se hace así).Sabemos, pues, que el vino blanco es amarillo, y que el tinto es rojo; más bien rojo oscuro. Y cuando decimos “esa mujer tiene el pelo rojo” o “es pelirroja” entendemos que el color de su cabello, sea natural o de tinte, no es el del vino, y que difiere mucho de lo que nombramos al afirmar “esa mujer tiene un coche rojo” (sería cochirroja, ya que estamos). Nuestra memoria corrige el sentido de las palabras.
La enciclopedia particular que cada uno llevamos sobre los hombros altera el significado de lo que oímos o leemos y lo acomoda a la necesidad del momento; un mismo vocablo cambia de sentido en función de la situación a la cual lo apliquemos, y siempre con influencia de la realidad conocida más inmediata.
Cuando una niña dice “mis padres están de vacaciones”, el contexto y el conocimiento que tenemos de la realidad nos dirá si se trata de su padre y de su madre o si debemos aplicar la palabra “padres” a dos varones. Y si carecemos de contexto, activaremos inconscientemente el sesgo de probabilidad y pensaremos en un hombre y una mujer. Toda nuestra experiencia modifica la conversación. De ahí la mayor importancia de cambiar la realidad; no tanto los vocablos que la designan, porque estos se adaptarán a ella.
Por eso, también, debemos analizar las palabras con arreglo al momento concreto, en su contexto histórico y en su espacio real, a tenor de las personas que dialogan y de los objetos específicos a los que apuntan, nunca aisladas como si las pusiéramos en una probeta. Disponer de la información adecuada y activarla en el instante preciso nos defiende de los engaños que se buscan con algunos términos; por ejemplo, cuando Feijóo afirma que España vive un proceso “destituyente” sin que su interesado bloqueo del Poder Judicial parezca tener relación con ello. Las manipulaciones colectivas resultan más fáciles si no volcamos sobre las palabras un buen conocimiento de la realidad.
Alguien que no hubiera visto nunca un vaso de vino blanco estaría dispuesto a aceptar que tiene el mismo color que usted observa en este papel o en esta pantalla donde lee el artículo. Es decir, que el vino blanco, puesto que se llama así, muestra el mismo color que el yogur natural. Pero si ha adquirido un cierto conocimiento del mundo, sabrá que no todo lo blanco es blanco.
Podemos decir “esta naranja está verde”, en una aparente contradicción. Una naranja puede estar verde, mientras que difícilmente un verde estará naranja. La experiencia y nuestra formación nos hacen comprender cada término conforme a la realidad de la que participamos. Las palabras no deben independizarse de su contexto ni de su historia. Blanco y en botella, leche. Pero también vino.
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