El hipanista alemán Carsten Sinner se ocupó en el Martes neológico del Centro Virtual Cerantes de la palabra ultraortodoxo. La exodenominación, es decir, no empleada por las personas que pertenecen al grupo que se autodenomina jaredíes (en hebreo חרדים, jaredim, que significa "los que tiemblan" [ante Dios]), habitualmente aplicada a los seguidores de la corriente del judaísmo ortodoxo que se considera particularmente devota y conservadora hasta el punto de rechazar diversas facetas de la modernidad. La Wikipedia cuenta con un buen artículo para complementar la sucinta información del neológico texto sobre este influyente grupo religioso que actualmente aglutina aproximadamente al 14% de la población de Israel. Y creciendo.
Vamos a intentar suplir la sosería de la ilustración del Cervantes Virtual con la imagen del ultraortodoxo más famoso del cine, el Rabbi Jacob intepretado por Louis de Funes en el film estrenado en 1973.
Y como nuestra especialidad es el humor gráfico, también nos parece interesante añadir una viñeta de un dibujante adscrito a esa corriente religiosa, Yoni Gerstein (יוני גרשטיין), publicada en agosto del año pasado en Yated Neeman, el segundo periódico ultraortodoxo más importante de Israel tras el diario Hamodia. El jaredí representado, que viste una variante del manto de oración denominado talit, rechaza con un "No, gracias" las chaquetas ofrecidas por Benjamin Netanyahu que lucen las inscripciones reforma judicial, de la defensa, tecnológica y económica. Adicionalmente, enlazamos una colección de humor sobre los judíos ortodoxos y una selección de Bob Mankoff de viñetas sobre los mismos publicadas en The New Yorker.
En el campo de la neología política, Ramón daba el martes con golpesfera una vuelta de tuerca, en nuestra opinión pasada de frenada, a su generador de esferas que la semana anterior ya había producido fangosfera.Volvemos al CVC para enlazar el Trujamán El tornillo en que Juan Gabriel López Guix hace una aproximación en positivo al impacto que va atener la IA en la traducción. Avanzamos que el artículo toma su título de la versión de un antiguo chiste realizada por Tony Leblanc en Las chicas de la Cruz Roja (1958).
Volvemos al humor gráfico. En el ámbito del ludolingüismo, J. Morgan apoyaba en una paronimia su pieza de humor fangoso del lunes, mientras que Gallego y Rey ponían al día siguiente a Milei en el foco de su tira con un dogo de anfibológicas patillas. Un equívoco que sustenta un chiste clásico de peluquería.
Padylla creaba ayer la turística opa "hostel" [seguimos la oportuna recomendación de Fundéu de esta semana], mientras que Javi Salado dejaba a Pep Oliu hecho un cromo con su opa "ostil" que entendemos que más bien debería ser "hostial". Sigue el "campus de batalla" de JJ Aós.
En nuestra opinión, discrepante de la ironía de la tira de Fontdevila dle 14 de abril, la palabra del idioma español más adecuada para denominar la matanza que se está produciendo en Gaza es masacre (DLE: matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida) y el muy extendido uso de la palabra genocidio entendemos que solo puede responder a dos causas: el desconocimiento de su significado (DLE: exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad) o un consciente activismo de manual goebbelsiano. Escojan los ahora usuarios de esa palabra cuál es su caso después de preguntarse si la, sin duda espeluznate, cifra de muertes de este conflicto (unas 35.000 según fuentes de Hamás, incluidos milicianos que Israel cifra en 10.000) es lo que puede conseguir el poderoso ejército israelí en más de un semestre de supuesta acción de extermino cuando unos centenares de miembros de Hamás consiguieron asesinar a 1.200 israelís en pocas horas sin utilizar armas pesadas.
Nos parece significativo que Vergara ya "cantara" la propagandística jugada nada menos que en la noche del 26 de octubre, víspera de la invasión israelí de la Franja, cuando el mayor número de víctimas de los recuentos de Hamás eran los nada creíbles 500 muertos del 17 de octubre en el hospital Al Ahli indubitablemente causados por un cohete lanzado desde Gaza por los islamistas. Bien se dice que "La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad".
'Jaula nueva, pájaro muerto' es el dicho bancariamente parafraseado en uno de los cajeros automáticos de La tira y afloja de ayer de Pablo García. Si tienen la curiosidad de seguir el anterior enlace al Refranero multilingüe del Centro Virtual Cervantes advertirán que es una paremia con muy diversos matices en diferentes idiomas: Jaula hermosa no alimenta al pájaro (francés), Nido hecho, urraca muerta (italiano), Cambiar de costumbre, igual a muerte (portugés) o Al viejo cámbialo de aire y le matarás (euskera).
JL Martín apoyaba su irónica tira de ayer en una cita atribuida a Abraham Lincoln, en inglés "You can fool all the people some of the time and some of the people all the time, but you cannot fool all the people all the time", que no cuenta con ninguna prueba de haber sido pronunciada por el asesinado presidente de Estado Unidos. Enlazamos la pesquisa de Quote Investigator.César Oroz encabeza la sección literaria de hoy con su Caperucita y el lobo del martes que imaginamos conexa con algún asunto de la actualidad navarra que desconocemos. Sigue una garrotera versión de Adam Zyglis de la reina de Corazones de Lewis Carroll interpretada por la congresista de la extrema derecha republicana Marjorie Taylor Greene que finalmente no consiguió cobrarse la cabeza del speaker republicano del Congreso por haber alcanzado algunos acuerdos con el Partido Demócrata. Dave Brown aporta una interesante versión del flautista de Hamelín interpretada por el líder laborista Keir Starmer convertido en uno más de sus roedores seguidores. Una referencia a la acogida laborista a la tránsfuga [muy] conservadora Natalie Elphicke que ha abandonado la formación tory.
Concluimos con un recordatorio de la ahora informativamente muy postergada guerra de Ucrania que el exiliado dibujante iraní Kianoush Ramazani volvió a apoyar en su sección del diario francés La Croix, como ya hiciera el 17/2/23, en El Principito de Saint-Exupéry que este blog trata en tres apuntes (1ª parte, 2ª parte y 3ª parte).
Anexo
Sustancias involucradas
Álex Grijelmo (El País, 11/5/24)
El vocablo no equivale a “drogas”, pero sus contextos recurrentes nos hacen pensar en sustancias estupefacientes o adictivas
Este proceso lo vivió igualmente el vocablo “montaje”, al que en el siglo XX empezamos a dar un significado prioritario de “engaño”, quizás porque aún no habían llegado a ocupar esa palabra los muebles de Ikea.
Otro tanto ha venido sucediendo con el término “sustancias”. Lo pronunció el viernes día 3 el ministro Óscar Puente, durante una charla con estudiantes en Salamanca en la que les hablaba sobre el presidente de Argentina: “Yo he visto a Milei en una tele. (...) ¿Os acordáis?... Cuando salió, no sé en qué estado y previa la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias… Y dije: es imposible que gane las elecciones, hoy cavó su fosa. Pues no”.
Puente expresa literalmente una duda: “No sé en qué estado”, “[no sé] qué sustancias”. Pero, una vez más, lo que no se nombra sí existe, porque estamos entrenados para entender la insinuación, la presuposición, el sobrentendido, la elipsis y otros recursos de economía de la lengua.
El vocablo “sustancia” no equivale a “droga” o “alcohol”. Significa “materia caracterizada por un conjunto específico y estable de propiedades”. Sin embargo, sus contextos recurrentes nos hacen percibirlo con aquel sentido, porque se suele hablar de sustancias estupefacientes, sustancias adictivas o sustancias tóxicas.
Al cruzar las palabras “sustancia” y “montaje” me viene a la cabeza la manipulación que reflejó el diario El Mundo en septiembre de 2006 y que recupero ahora de la versión web publicada el día 21 de aquel mes. Ese diario intentaba relacionar a ETA con los atentados yihadistas de 2004, y contó en sus elementos de titulación lo siguiente: “Interior falsificó un informe que planteaba vínculos entre ETA y el 11-M antes de enviárselo a [el juez] Del Olmo”. “Una sustancia localizada en el domicilio de Hasan Haski se halló también en un piso de ETA en 2001″. Aquí la palabra “sustancia” se contagia con el adjetivo “explosiva”; que tantas veces la acompaña también. Por tanto, tal era la evocación que se conseguía con su presencia en un contexto de terrorismo.
Un primer informe policial recogió entonces que en el piso de unos yihadistas se había hallado ácido bórico, igual que en un piso de ETA. Las autoridades del ministerio eliminaron esa parte, pues el ácido bórico nunca se había usado para fabricar o enmascarar una bomba, sino para matar cucarachas. Hallar ácido bórico en ambos pisos tenía el mismo valor que haber encontrado sendos tarros de Nocilla. Que, por cierto, también es una sustancia.
Puente regresó ahora a este vocablo, con otro contexto estable y por tanto con otro sentido. Y todo el mundo lo descodificó igual, como sucede cuando alguien nos pregunta tras leernos una torpeza: “¿Pero qué has bebido?”. Seguro que nadie piensa en un granizado de sandía.
En los casos polémicos, el autor suele refugiarse en la literalidad de lo dicho. El ministro no lo hizo, pero de poco habría servido. Los hablantes aplicamos siempre los mecanismos naturales de la comprensión y entendimos que había insultado a un jefe de Estado con una palabra que no decía lo que decía pero sirvió para decirlo.
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