Como curiosos de la lengua que somos, una inclinación demostrada sábado a sábado desde el postrero de enero de 2016, nos ha llamado la atención el neológico hilo argumental del anuncio del Audi Q3 que últimamente viene emitiéndose en televisión.
Y como hace ya un semestre que no diseccionamos un spot, concretamente desde el apunte Contando Caras, nos hemos dedicado a indagar un poco más sobre la lista de neologismos, compuesta exclusivamente por anglicismos, en que se apoya el guión: workaholic, spoiler, vida slow, tener flow y hacer match. Asumimos que no debe ser fácil incrustar gastroneta, pero ya nos habría gustado que los creativos de la sucursal española de la agencia DDB (ver ficha) hubieran dado a esta campaña un toque algo menos "de importación", por mucho que el coche publicitado efectivamente lo sea.
Una obvia curiosidad ha sido confrontar esas palabras clave con las utilizadas en la versión del anuncio en el idioma inglés del que proceden. Y la sorpresa es que, al cambiar de lengua, el concepto aplicado en España, basado en los nuevos nombres que constantemente le ponemos a las cosas, pasa ser la importancia de aquello que las cosas significan para cada uno. Ello permite dejarse de neologías para pasar a apoyarse en términos tan clásicos y consolidados como son work, love, beauty, home y city. Reconocemos que nos ha sorprendido pero, sobre todo, nos ha hecho vernos tratados como papanatas. Seres inestimulables por medio de los grandes universales, cuyas neuronas más compradoras necesitan ser activadas con postureantes derivados.
Y así resulta que en la versión inglesa es el amor el que induce el apasionado incidente del taller artístico, pero aquí parece que necesitamos que medie el tal match. Cualquiera que sea lo que pueda albergar tan afectada palabra.
Añadimos los vídeos de ambas versiones para que los lectores puedan hacer su propias comparaciones. Y en el siguiente enlace encontrarán la adaptación al italiano que, para mayor decepción, sí que trata a los hablantes de esa lengua igual que a maduros angloparlantes. ¡Qué envidia!
Una breve nota final sobre los lisboetas exteriores en el entorno del Puente 25 de abril (la versión del artículo de la Wikipedia en inglés es bastante mejor). Una preciosa estructura inaugurada en el año 1966 que, con sus 1.013 m de luz, se convirtió en ese momento en el mayor vano suspendido fuera de Estados Unidos. Y aunque comparte color con el Golden Gate, estructuralmente está más emparentado con el San Francisco – Oakland Bay Bridge, que fue su modelo.
Por cierto que la infraestructura lisboeta tiene desde 1993 un interesante régimen de explotación, poco visto por aquí: peaje para entrar en la capital, pero libre uso cuando se utiliza para salir.
Confrontamos un fotograma del anuncio con un encuadre más amplio tomado por Streetview desde un punto similar de la orilla norte del estuario del Tajo. Y debajo añadimos una vista contraria tomada a mayor altura desde el sur.
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