Ahora bien, para anticipación, la de la ironía que se gastó Constantin Alajalov al convertir en ganador de la prueba reina del atletismo a un corredor de inequívocos rasgos judíos en la portada (1/8/1936) dedicada a los Juegos de Berlín de 1936. Recordarán que fue el corredor de raza negra Jesse Owens quien se encargó de causar un enorme disgusto a Hitler al batir a sus arios openentes germanos.
Aparte de las hoy emparejadas, aún hay otra portada olímpica de la revista TNY que se inspira en las carreras de velocidad, la de Robert Day del 24/11/1956 que recurre a un tópico canguro para asociar la escena con el austral país en que se celebró la Olimpiada de Melbourne 56. [2]
Y no falta esa modalidad atlética en el Post. Maurice Bower fue quien se encargó de llevarla a la portada del 4/5/1935 en una ilustración titulada 'Hurdlers'.
Una vallista había llevado antes que eso Bradsaw Crandell a la portada de Life de julio de 1932 que anunciaba la inminente celebración de los Juegos de Los Ángeles. A su lado añadimos, ya como última ilustración de hoy, la portada de Berlín 1936 realizada por J.F. Kernan para The Saturday Evening Post (The Sprinter, 8/8/1936), que es la última de las casi treinta aportadas por ese artista al popular semanario en el que debutó el 31 de mayo de 1924.
Mañana proseguiremos con la olímpica temática, pero quienes no quieran esperar pueden ir anticipando contenidos en el apunte Portadas olímpicas en The New Yorker.
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