Esta semana comenzamos con la referencia a la "Galicia profunda" de una jueza marbellí que tanta y tan artificiosa polémica ha levantado. Ocasión para que toda una legión de inquisidores de finísima piel se lanzaran a las redes sin haberse molestado en leer un mínimo fragmento del auto (enlace al texto íntegro y análisis de Confilegal).
Un texto que, entre otros rasgos de esa profundidad, apunta el relacionado con la inexistencia de opciones laborales en el lugar escogido por la "huida con su hijo" para vivir de una machista paguita. Pero no cabe duda de que su abogado tendió bien la trampa y un amplísimo sector de la profesión periodística cayó en ella con prejuicioso gusto. Cuando menos, hasta se vio a la inicialmente muy agresiva Cadena Ser aclarar un poco el asunto después del ridículo hecho en sus micrófonos por Mariola Urrea, que estuvo al borde de exigir una sanción para la jueza desde un patente desconocimiento del auto.
No recordamos ahora a quien leímos: Es un poco triste que para que determinadas personas se enteren de que hay mujeres haciendo daño a sus exparejas con la custodia de sus hijos tenga un juez que hablar de la Galicia profunda en un auto. Y creo que aún así la mitad no se ha enterado o no ha querido hacerlo. Pues eso.
Previsible el amplio eco del asunto en el humor gallego. Kiko da Silva hiperbolizó en El Correo Gallego, con ayuda de Indiana Jones, sobre las servidumbres de la profundidad, mientras que Davila puso en positivo el adjetivo en su sección de Faro de Vigo, apoyado en una antítesis. Santy Gutiérrez (La Opinión A Coruña, ...) dedicó dos viñetas a la cuestión en lo que parece un ejercicio de compensación de una inicial sobreactuación contra la jueza.
Vamos ahora con Álex Grijelmo, que afrontó el pasado domingo en El País, en línea con lo que nos parecía deseable en nuestro apunte de hace ocho días, el controvertido asunto de la declaración de Otegi.
"Pedir perdón sin pedir perdón" tituló el artículo en que pasa por alto el muy criticado tratamiento dado por su periódico al asunto, para concluir, con académico apoyo en el libro 'Cómo hacer cosas con palabras' (Paidós, 1962) del profesor británico John L. Austin, que la ambigua formulación estaba destinada a permitir que cada quien entienda lo que le parezca. Se nos hace exceso de alforjas para semejante viaje.
Lingüístico nadar y guardar la ropa, tanto el de Otegi como el del periodista, pero este con añadido de unas pinceladas de síndrome de Estocolmo al “poner en valor” que esta vez no se culpara, como en el 99, al Estado español. Quizá convenga recordar la reformulación de Daniel Gascón de la controvertida declaración: “Sentimos el dolor que nos obligasteis a causaros”.
Pasamos al Cervantes Virtual. Miguel Marañón Ripoll trató en el Martes Neológico sobre la palabra banner, o báner, que en su inglés de origen hace referencia a un cartel, pancarta o banderola. Pero el desarrollo de internet extendió su significado a los contenidos gráficos destinados a destacar una zona de una página web, generalmente para servir de reclamo publicitario. Coincidimos en que tiene sentido su entrada en el diccionario por cuanto da nombre a un formato muy concreto de anuncio.
De lo publicado en la diaria sección Rinconete vamos a destacar Oficina de libros perdidos de José Manuel Pedrosa. Una curiosa crónica del aprecio que se tenía antaño al patrimonio impreso.
Lola Pons trató en la Cadena Ser sobre El español en Canarias. Una intervención en la que recordó rasgos como la pronunciación seseante y la che aflojada, o peculiaridades gramaticales tales como la preferencia por el pasado simple y el recurso al pronombre ustedes en uso informal.
Asimismo apuntó que son casi 200 los canarismos registrados en el Diccionario, en su mayor parte derivados de la condición de obligatoria parada que fueron esas islas en la ruta hacia América. Desde la popular guagua, al mucho menos conocido uso de droga como deuda que no se piensa devolver, en explicación de la catedrática, aunque la Academia de la Lengua Canaria atenúa la voluntad de impago con 'deuda cuyo pago se demora por no disponer de dinero para cancelarla'.
Ampliamos información con un enlace a una lista de 34 canarismos que se complementa con un divertido vídeo en el que Manolo Viera explica el coño canario.
El habitual poético final de Dª Lola es un fragmento de "Las siete cañadas" de Rafael-José Díaz [pág. 40 de la antología que enlazamos].
Once mil vírgenes, pero ningún corrector tituló la propia lingüista sevillana su colaboración de esta semana en El País. Una reivindicación de la importancia de contar con buenos correctores de texto y estilo que apoya en el error interpretativo de una narración de la historia de Santa Úrsula de Colonia que convirtió la frase “XI m virginum”, con una m que significa mártires (11 vírgenes mártires), en “once mil vírgenes”.
Un curioso detalle de la ilustración del artículo, que es una pintura fechada hacia 1490 de la colección del Museo del Prado, es que su autor ha pasado a ser conocido como el Maestro de las Once Mil Vírgenes.
Después de tratar sobre correctores, resulta oportuno hacer una referencia al nuevo lapsus-patochada de Yolanda Díaz consecuencia de su obcecación en la práctica del antinatural desdoblamiento de género: enlace al vídeo "autoridades, autoridadas".
Y tampoco queremos dejar de participarles algunas cosas de Irene Montero, como el empecinamiento en masculinizar, cuando precisamente toca de suyo el femenino, la actual denominación de los Premios Princesa de Asturias.
Luego vendría la mixtificación de las palabras del discurso Gloria Steinem "el patriarcado creció cuando nos volvimos sedentarios" (enlace vídeo; min 3:43). Nada menos que "el género no existía hasta que los seres humanos nos volvimos sedentarios" dice haber escuchado la disparatada ministra (enlace al tuit). Vivir de y para la tergiversación.
Vamos con Fundéu, que el lunes recomendó preparacionista como alternativa al anglicismo prepper empleado para referirse a la persona que se prepara, en ocasiones de forma exagerada, para una hipotética catástrofe y, por extensión, a quienes temen situaciones de desabastecimiento. También se incluye una referencia al término survivalista, derivado del inglés survivalist, cuyo uso desaconsejan.
Al día siguiente propusieron la expresión villa del libro como alternativa al inglés book town cuando alude a las poblaciones que promueven las librerías como forma de atraer turismo.
El miércoles recordaron la diferencia de uso entre alimentario y alimenticio. El primero significa ‘de los alimentos o de la alimentación’ y el segundo ‘que alimenta o tiene la propiedad de alimentar’. Y asimismo recordaron que en la jerga del derecho se utiliza la voz alimentista, que significa ‘persona que tiene derecho a percibir la prestación de alimentos’.
Siguieron unas claves de redacción para Halloween, creemos que idénticas a las del año pasado (inadecuada práctica, nos parece, la de redireccionar antiguas recomendaciones, con la destrucción que ello comporta del registro histórico).
Y ayer publicaron otras claves de redacción, estas sobre la crisis climática, suscitadas por la celebración en Glasgow de la Conferencia de las Partes (COP26).
Completa este bloque el sindical eufemismo que Puebla puso al servicio de una ironía sobre el apoyo de UGT a las manifestaciones de la izquierda abertzale en favor de la liberación de los presos de Eta. Esos que demasiados pretender obviar que lo son por asesinos.
P.S.- En Asturias seguimos avanzando hacia el (nuevo) desastre que comportará la oficialidad de la Llingua. Involuntaria, se nos hace, la veracidad de La Tira y Afloja de La Nueva de España, diario de catalana propiedad, en que el legado de tan valioso patrimonio se hace en castellano con toques de asturiano. Lo por aquí se escucha, salvo en algunos ámbitos rurales y en unos pocos programas de la tele regional.
Un final asunto que habíamos pasado por alto. Quien tenga interés en conocer la pregunta que ha aprovechado la Generalitat para retirar la acreditación al incómodo periodista Xavier Rius, no tiene más que seguir el siguente enlace a Crónica Global. Pavoroso el silencio de la mayor parte de los pesos pesados del periodismo español.
Acabo de leer el artículo de Grigelmo "Diccionario pandórico" y he encontrado en él, al final, una rectificación que será de su interés: https://elpais.com/ideas/2021-10-10/diccionario-pandorico.html
ResponderEliminarLe agradezco sinceramente la noticia sobre esa rectificación, formulada con loable cita de la fuente, que a buen seguro no habría advertido en ausencia de su comentario.
ResponderEliminar