La escultura es la modalidad artística que da inicio a esta segunda parte del humorístico recorrido iniciado ayer. García Morán parodió el pasado jueves en la Gaceta de Salamanca la más famosa Pietà, que es la realizada en mármol por Miguel Ángel entre 1498 y 1499.
La parodia de la famosa obra que puede verse en el Vaticano nos da la ocasión de subsanar la previa omisión de dar cuenta del pastiche con picassiana figura realizado por Idígoras y Pachi que el pasado día 22 vimos en las redes sociales de los hermanos malagueños.
Pasamos a la arquitectura con Eneko, que ayer llevó a su sección del diario Público una mordida versión de la Puerta de Alcalá. Y no deja de ser curioso que las figuras muy esquemáticamente representadas, que son las del lado este o exterior, son alegorías de las cuatro virtudes cardinales y la fama. Aprovechamos para recordar la versión del monumento publicada por ese mismo dibujante en '20 minutos' en 2012. Tiempos en que Adelson pretendía construir en la comunidad madrileña una pequeña imitación de Las Vegas.
Metidos en arquitectura, nos parece oportuno recordar una viñeta de JMª Nieto ya comentada en el apunte El horror (edición Bucha), que hoy viene a colación por la panorámica que muestra de la Plaza Roja vista desde la subida del río Moscova. Clay Jones aporta la perspectiva contraria, también con vistas de la Torre Spásskaya (del Salvador) del Kremlin y de la Catedral de San Basilio.
Pasamos al terreno de la ilustración propagandística con la versión de David Rowe del primer ministro australiano Scott Morrison a lo 'Rosie the Riveter', un cartel de J. Howard Miller que tratan monográficamente el CLIPDA CC y el CLIPDA CCII.
El dibujante alemán Rainer Hachfeld publicó una parodia, con Putin como protagonista, de un dibujo de Honoré Daumier publicado en el diario francés Le Charivari del 1 de noviembre de 1866 que se titula "El sueño del inventor del fusil de aguja, el día de Todos los Santos" ("Le rève de l’inventeur du fusil à aiguilles, le jour de la Toussaint").
La citada denominación "de aguja" hace referencia a la afilada forma de los primeros percutores que atravesaban el cartucho de papel para golpear la cápsula fulminante situada en la base de la bala. La enorme ventaja en rapidez de disparo respecto a las armas de retrocarga (por la boca del cañón) que, además exigían realizar esa operación de pie, expuesto al fuego enemigo, dio a los prusianos, que contaban con un importante número de fusiles Dreyse, una ventaja clave en la guerra austro-prusiana de 1866, resultando particularrmente decisivos en la Batalla de Königgrätz del 3 de julio de 1866.
La importancia de esa ventaja queda corroborada por el llamativo número de ilustraciones publicadas en Le Charivari sobre esas armas. Poco posterior a la citada batalla decisiva es el dibujo de Cham [Amédée de Noé] publicado el 19 de julio que ironizaba sobre las protecciones a utilizar (La caballería no tiene más que ponerse acericos para amortiguar los efectos de los fusiles de agujas).
El propio Cham dedicaba a tan eficaces fusiles dos viñetas de su "Croquis" del 22 de julio. La primera juega con el doble sentido de "rage" que puede ser la rabia o algo que causa furor: - Pero sargento, el fusil de agujas va a causar furor
- Imbécil, ese no puede causar la rabia, puesto que el fusil no es un perro.
La segunda juega con el lenguaje de la costura:
Después del fusil de aguja, las balas de corte van sucesivamente hasta que pasa todo el costurero
Cham tituló 'Album à aiguilles' (1866; la datación en 1853 que se hace en el enlace es incorrecta), por el gancho de la temática tratada en parte de los 60 dibujos incluidos en el mismo, uno de sus recopilatorios de Le Charivari. Los populares albumes «à un franc» que se estima llegó a publicar en número de 123 (más detalles, en francés).
Pasamos a mostrar el dibujo de Henri Darjou, publicado el 24 de julio, que empareja un monumento a Federico el Grande con otro dedicado a los famosos fusiles. Y ya simplemente enlazamos, para no extendernos en demasía, unos dibujos adicionales de Cham (26/7/1866) y Daumier (8/8/1866) sobre la materia.
El apartado final de hoy viene suscitado por el Trampantojo de Max en El País del domingo titulado "Colosos de las artes: Vázquez y Velázquez". Una tira en la que Francesc Capdevila evoca la creación de Las hermanas Gilda, la serie de historietas iniciada en abril de 1949 por Manuel Vázquez (1930 - 1995) que está protagonizada por dos hermanas solteronas que viven juntas, Leovigilda y Hermenegilda, que toman sus nombres del rey visigodo arriano Leovigildo y su hijo, el converso al catolicismo Hermenegildo, protagonistas de un bronco enfrentamiento que acabó con la ejecución del segundo. Pero conviene recordar que la clave de la elección de esos nombres fue la enorme popularidad de la película "Gilda" (1946) estrenada en España en diciembre de 1947.
Oportuna ocasión para recordar el estreno de esa historieta en el nº 96 de la revista Pulgarcito (no en el nº 49, que es de junio de 1948, como erróneamente indica la Wikipedia propiciando una gran difusión de esa confusión sobre el año de publicación) .
Complementamos esa primera historieta con el anuncio del lanzamiento de la serie que presentamos emparejado con la portada del recopilatorio Magos del lápiz nº 33 (1950). Una ilustración que permite apreciar la gran evolución que tuvo el aspecto de Las hermanas Gilda en el primer año de vida de la historieta.
Manuel Vázquez [enlace a una documentada historia de sus creaciones] puso poco antes de morir en 1995 un curioso epílogo pornográfico a las historietas de la Hermanas Gilda, convertidas en protagonistas, junto con Anacleto, de "El reencuentro". El contenido íntegro de esa historia publicada en el número 5 del fanzine granadino "Espuma" que comienza con el autor, convertido en productor de cine porno, recibiendo la visita de "sus hijos", puede verse en el siguiente enlace.
Volvemos con Max para concluir con un recordatorio de su parodia-homenaje titulada "Las Hermas Hilda" que se publicó en el número 68 de la revista El Víbora.
PS - Con motivo del nuevo disco lanzado a los 71 años por Michel Polnareff, además de una autobiografía, Julien Couty recreó en Télérama el polémico cartel creado en 1972 para promocionar su espectáculo en el Olympia.
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