sábado, 18 de mayo de 2024

Lenguaje de la semana 20/2024

 

Álex Grijelmo plantea hoy en Tifos enfebrecidos una muy verosímil teoría sobre el origen del asentamiento en español de la palabra italiana, que no significa eso en su idioma de origen, utilizada por estos pagos para denominar los mosaicos creados por los aficionados en las gradas de los estadios. Como ya es costumbre, encontrarán el completo artículo como anexo.

La teoría del titular mal interpretado a la vista de la imagen que lo ilustra nos invita a conjeturar qué significado de "estudiante" pueda sugerir a un lector extranjero la foto utilizada por el diario El Comercio  como grafismo de la información sobre una supuesta acampada (ninguna tienda se ve por ahí) en la Universidad de Oviedo. Vale que el deseo de aprender no tiene edad, pero imagínense la cábala: ¡Qué curioso que, en español, jubilado se diga estudiante! 

Menos anecdótico es el auténtico delito de odio periodístico perpetrado por Raúl Novoa en su lamentable debut en El Comidista del ya prácticamente ilegible, nosotros ya seguimos poco más que los semanales escritos de Grijelmo y Daniel Gascón, diario El País. Una presunta valoración gastronómica convertida en desinformada diatriba política, con las preceptivas pullas a Isabel Ayuso, que el siempre bien documentado Pedro Corral ha tenido la paciencia de puntualizar. Luego que si la máquina del fango y tal, pero menos mal que nos queda el humor.

Pasamos a destacar una de las recomendaciones de Fundéu: en olor de multitud, mejor que en loor de multitud, una ultracorrección que la pedagógica fundación invita a evitar porque, aunque sea una construcción correcta, va seguida del sustantivo que expresa la persona o cosa a quien se dirige la alabanza, no quien la realiza. Así que, en sentido estricto, en loor de multitud significa que alguien alaba a la multitud, no que recibe sus alabanzas.

Y de la escasa actividad del Centro Virtual Cervantes, que no perdona una fiesta aunque se local, tan solo podemos apuntar el Rinconete Teatros romanos en España, siglo xxi de Cristina Suárez Toledano.

A falta de Trujamán, enlazamos un artículo de la web Merriam-Webster sobre préstamos del francés que han arraigado en la lengua inglesa 

Vamos ya con el lenguaje del humor con la primera caricatura en forma de horma que coleccionamos. Un dibujo de Puebla que hace oportuno uso, con un zapato de Su persona, de la locución que el DLE define como "Tropezar con alguien o con algo que se le resista o que se oponga a sus mañas o artificios".

En la siguiente viñeta del dibujante de Abc nos llamó la atención un anormativo "excepticismo" que nos chivamos antes de proseguir con la pieza de semántica humorística que hoy publica su compañero JM Nieto. Por nuestra parte, seguimos buscando quién pueda explicarnos la diferencia entre carta de recomendación y de interés. A ver si damos con el despacho de La Moncloa que ha alumbrado esta finta lingüística.

Ramón propuso ayer una oportuna redenominación del cargo de ministro de Defensa de Rusia y Pablo García apoyó en una anfibología su reseña de la vista de Yolanda Díaz a la planta avilesina de Saint Gobain en la que hizo unas declaraciones que han dejado disgustadín al presidente del Principado. Sigue el paronímico juego "meterse en clarisas de once varas" de Asier y Javier.

Nos resistimos a denominar hoy apartado de frases célebres al que tan solo cuenta en esta sabatina con la evocada por Kiko da Silva en su viñeta dedicada al recién presentado retrato oficial de Carlos III de Inglaterra pintado por Jonathan Yeo. El lunes repasaremos las viñetas que incluyen parodias, y no una mera copia como esta, del polémico cuadro.

Pasamos al territorio de los libros. Nunca tuvimos el gusto de visitar la librería Abarzuza de nuestra no demasiado pisada Pamplona, pero qué bonito es ver despedir a un comercio, leemos que fundado en 1940, de tan baqueteado sector, como hizo Oroz en su tira del jueves. Siguen los muchos deberes pendientes del espectral lector de la viñeta que hoy publica Tom Gauld en The Guardian.

El humor gráfico gallego estuvo dedicado en pleno ayer al Día das Letras Galegas. Encabeza la colección la referencia de Pinto&Chinto a la edición póstuma de Luísa Villalta (1957-2004) del poemario As palabras ingrávidas que reúne medio centenar de creaciones de la autora homenajeada este año. Davila, Santy Gutiérrez, Kiko da Silva y Xaquín Marín se ajustaron al habitual guion de reivindicación del uso del gallego (enlace a las viñetas del año pasado).


Pinocho ha inspirado numerosos dibujos de Eneko, entre ellos el que tenemos por récord mundial de longitud de nariz [véase La lengua en la semana 12/2023 (1ª y más literaria parte)]. El humorista nacido en Caracas ha ampliado esta semana su extensa colección con una oportuna versión como palanca activadora de la máquina del fango que tanto gusta mencionar, y también manejar a discrección, nuestro presidente del gobierno. 

Una novedad editorial que hemos descubierto gracias al humor gráfico reciente es un electrotécnico Manual de resistència que Pablo García dio a conocer en su tira del miércoles. La presencia como fondo del inspirador libro biográfico con título más propio de las secciones de autoayuda nos invita a enlazar en este punto la coñita de Arturo Pérez-Reverte sobre esa categoría editorial: Si no eres feliz es porque no quieres, gilipollas

The Sky Is Falling! (¡El cielo se está cayendo!) es el latiguillo que repite el protagonista del cuento popular Henny Penny, también conocido Chicken Little y Chicken Licken, sobre un pollo que cree que el mundo está llegando a su fin. Una frase que ha pasado al idioma inglés como expresión del miedo irracional o referencia a quines intentan provocar ese tipo de temores que Morten Morland  puso el martes en boca del pollo Sunak.


Flavita Banana dio el miércoles un actualizado final bastante poco edificante al cuento El patito feo de Hans Christian Andersen.

En el próximo Humor de cine volveremos sobre Los tres cerditos muy Disney de la viñeta del suizo Alex Ballaman sobre el #MeToo que este año domina el Festival de Cannes. Los populares personajes son sustituidos hoy por unas vacacionantes tortugas en la tira de Idígoras en el diario Sur.  


Concluimos con Max, que hoy inspira el guiñol de su Trampantojo de Babelia en El juicio de Paris, pero con la sustitución del bucólico príncipe troyano por el engreído Narciso que propicia un cambio argumental que habría evitado la Guerra de Troya. Una adaptación que nos ha traído a la memoria un fragmento del interesante artículo de David Rieff recientemente publicado en Letras Libres: "El narcisismo contemporáneo incorpora una imaginaria carta de derechos psíquicos, uno de cuyos elementos principales es el derecho a no quedar traumatizado". Y con esa lúcida observación finalizamos. 






PS - La Vanguardia ha subido bastante tarde a su web la tira de JL Martín que ironiza con el cambio de de defensores del "Prohibido prohibir" que se convirtió en uno de los lemas más famosos, si no el que más, de las protestas en Francia de mayo del 68.




Anexo

 Tifos enfebrecidos 
Álex Grijelmo (El País, 18/5/24)

La palabra que designa ahora en español los mosaicos de las gradas procede del italiano, idioma en el que significa otra cosa


Los aficionados al fútbol hemos escuchado y leído en estos días de grandes partidos europeos el vocablo “tifo”, referido a los mosaicos o las lonas que despliega el público de un estadio, a menudo con material facilitado por el propio club. Imagino que tanto los hinchas habituales como los espectadores esporádicos o quienes se hayan encontrado la palabra en un diario se habrán preguntado de dónde sale ese insistente término, con el que no habrán entrado en contacto en ningún otro ámbito de la vida y que hasta hace poco ni habían oído siquiera.

Para mí tengo que me topé por vez primera con esta palabra y su actual acepción en la extinta Canal + de los años noventa. Imaginé que se trataba de un italianismo, quizás porque transmitían un partido desde Milán, o Roma, o Turín. Después, “tifo” empezó a extenderse en el léxico del periodismo deportivo y ya me picó la curiosidad. En los textos digitalizados de EL PAÍS hallo ahora la primera mención el 29 de abril de 1996, en una crónica desde Sevilla.

La etimología de este neologismo en español se pierde más allá de la Grecia clásica, en cuyo idioma ya existía el vocablo typhos (leído “tifos”), que significaba “vapor”, “calentura” o “fiebre”: más bien una fiebre que provoca ofuscamiento. De ahí derivarán nuestros términos “tifus” y “tifoideo”, relacionados igualmente con la temperatura del cuerpo y el delirio que causa.

Por el camino de las fiebres se formará luego en italiano la palabra “tifo”, que no es un objeto sino más bien una acción, y que define así su diccionario de referencia, el Treccani: “Pasión deportiva encendida y entusiasta, sobre todo en cuanto se expresa en grado de excitación por ser partidario de un equipo o atleta”. Al aplicarle a la raíz tifo el sufijo -oso, que forma adjetivos, obtenemos tifoso (plural, tifosi),  traducible como “enfebrecido”. Y la tifoseria (pronunciado tifosería como si llevara nuestra tilde) es la hinchada.

A su vez el sustantivo tifo se vincula estrechamente con el verbo fare (hacer). Y así, fare il tifo per la Juve significa “ser forofo” del equipo turinés.

¿Qué pasó para que “tifo” terminara nombrando en castellano los mosaicos de los estadios? Se me ocurre una conjetura: algún periodista español vio en un diario italiano la foto de una de estas coloridas composiciones –lo que veníamos llamando “mosaicos” o “lonas”– acompañada de un pie que tal vez subrayaba que los aficionados hanno fatto un grande tifo: “han animado mucho”. Y de ahí vino la desviación al traducirlo literal y erróneamente como “la afición hizo un gran tifo”, donde el término tifo no podía nombrar otra cosa que el despliegue de cartulinas que se veía en la imagen. Después eso se contagió… igual que el tifus.

Entonces, ¿cómo llaman allí a estas imágenes? Mis compañeros italianos Josto Maffeo y Francesco Manetto me citan las opciones scritte formate da cartoncini coreografia fatta con cartoncini. Y además cuentan con la alternativa striscione para “lona”.

El neologismo tifo se fue extendiendo entre los periodistas españoles, hasta el punto de que las academias recogieron esta acepción en 2021. La marcaron como españolismo (en América no seguían Canal +) procedente del italiano; con esta definición: “En fútbol, imagen de gran superficie que, a modo de mosaico, componen los hinchas en la grada con cartulinas de colores, globos, pancartas, etcétera”. Habría que añadir quizás “o con lonas”.

Por tanto, hemos incorporado al español un italianismo al que dotamos de un significado que en italiano no tiene. Pero claro, tratándose de una palabra procedente de Italia no era de extrañar que se incurriera desde el principio en una traducción macarrónica.



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