Bien sabido es que blue es la denominación inglesa del color azul, voz que, en su forma plural, tiene entrada propia en nuestro Diccionario con la acepción “forma musical
popular surgida entre la población afroamericana del sur de los Estados Unidos
de América, que se caracteriza por su ritmo lento y su tono melancólico”.
La mayor parte de los lexicógrafos trazan los orígenes
de esa musical acepción del color azul en los “blue devils”, las alucinaciones
visuales que pueden desencadenarse por la abstinencia súbita de alcohol, que habrían facilitado la
posterior vinculación de ese color con las bebidas potencialmente intoxicantes. Así, “blue laws”
es una denominación genérica de las prohibiciones dominicales de ciertas
actividades impuestas por el puritanismo que hicieron especial hincapié en la
de la venta de alcohol y que aún siguen en vigor en numerosos lugares,
particularmente de Estados Unidos.
Sea el habitual consumo de bebidas mientras se
escuchaba tal música el origen de su nombre o no, lo cierto es que el azul es en inglés el color de la melancolía y de la tristeza (feel blue). Un sentido con el que jugaba magistralmente el anfibológico
título de la serie policial “Hill Street
Blues”. Un asunto ya tratado en una antigua entrada donde también apuntábamos
algún otro ejemplo de uso del azul como metáfora policial, el que está detrás del
concepto de ”Thin Blue Line" explicado
en otro apunte de esta blog.
Pero, en realidad, lo que hoy queríamos es destacar la
habilidad del azul para colarse en los nombres de marcas de carácter tecnológico.
Ahí está Bluetooth
(diente azul), la especificación de comunicación inalámbrica de corto alcance cuyo nombre procede
del rey nórdico Harald Blåtand,
conocido en inglés como Harald Bluetooth. Un personaje que fue rey de Dinamarca en la segunda mitad del siglo X, cuando ese reino incluía una considerable parte de la actual Noruega.
Sobre el por qué de ese “diente azul” hay diversas teorías. Pero su elección como epónimo obedeció a que es en su corte donde se desarrolla la novela histórica “The Long Ships” de Frans G. Bengtsson que en aquel entonces (1997) estaba leyendo Jim Kardach, uno de los desarrolladores
de este sistema de comunicación que fue quien tuvo la ocurrencia de proponer tan curioso nombre.
El logosímbolo de Bluetooth es un monograma formado con las runas (letras de los alfabetos conocidos como rúnicos) de las iniciales del nombre y el apellido del citado monarca. El equivalente a la h es conocido como hagall y la que representa la b es la runa llamada berkana.
La súbita popularidad alcanzada por Harald Bluetooth ha tenido alguna pintoresca consecuencia como es su nombramiento para ejercer de mascota del Campeonato Europeo de Natación en Piscina de 25 m celebrado en 2013 en la localidad danesa de Herning. Véanlo junto a estas líneas.
En el mundo de la electrónica también tenemos el declinante Blu-ray,
un formato de disco óptico lanzado en 2002 por una agrupación de fabricantes liderada
por Sony y Philips.
El logotipo es una interesante representación de un disco con un, ciertamente muy grueso, rayo que incide sobre el mismo para ayudar a dar forma a la b inicial
de la marca. Lo cierto es que utiliza tecnología de láser azul, frente al rojo de los competidores lectores de DVD. La e final de blue fue eliminada para obviar las
dificultades que presenta en algunos países el registro de marcas comerciales
formadas con palabras comunes. Ya se ve que otros no aplicaron tales
cautelas.
Saltamos al sector de la automoción para hablar del AdBlue. Esta es la
marca registrada de la Asociación Alemana
de la Industria del Automóvil conocida por su sigla VDA (Verband der Automobilindustrie e. V.) para la urea AUS32
(disolución de urea al 32.5%, en inglés Aqueous
Urea Solution). Ese azulado fluido es utilizado para reducir las emisiones de
óxidos de nitrógeno (NOx) de los motores diésel mediante un proceso denominado
reducción catalítica selectiva (RCA) que requiere un consumo del citado producto
equivalente a entre un 3 y un 5% del de gasóleo. La cosa ha dado pie a
artículos con títulos tan pintorescos como “Autobuses que funcionan más gracias al pis (bueno, más o menos)”. Añadiremos que Daimler tiene su
propia marca denominada BlueTec,
mientras que en Norteamérica esa disolución es mas conocida como DEF (Diesel Exhaust Fluid).
No podemos olvidar que también hay una conocida marca cuyo sobre nombres es “Big Blue”, aunque no está claro el origen del apelativo dado a IBM. La Wikipedia en español se inclina por la
teoría basada en el antiguo código de vestimenta de la compañía que recomendaba
el uso de trajes azules, mientras que su contraparte inglesa se decanta por un
origen basado en el uso de ese color tanto en su logotipo como en muchos de sus
productos. Pero lo cierto es que al gigante de la informática le gusta el azul
y lo ha utilizado para denominar conocidos desarrollos como Deep Blue, el famoso ordenador que derrotó a Kasparov
en 1997 o el más moderno supecomputador Blue Gene.
Digamos, ya para ir finalizando, que el citado "gigante azul” es lo que en bolsa se conoce como un “blue chip”, una compañía con capacidad
para generar liquidez y beneficios sostenidos a lo largo de las diversas etapas
de los ciclos económicos. Pero esa denominación, curiosamente, procede del
juego del póquer donde es tradicional que las fichas de mayor valor tengan color
azul.
En todo caso, ya se ve que hay mucho blue en
nuestro lenguaje, así que esperamos que digan “luna azul” y no “blue moon”, salvo para referirse a
la canción de 1934. El por qué del nombre que se da al segundo plenilunio acaecido dentro de un
mismo mes del calendario, un fenómeno que nada tiene que ver con el color azul, está bien
explicado en la Wikipedia.