La única pega que se nos ocurre poner a los lúcidas colaboraciones de Daniel Gascón en El País es que no dejan de servir de justificación de una apariencia de pluralidad que hace tiempo que está en mínimos en ese diario. Y dado que la muy recomendable columna Las fases de la rendición, publicada anteayer, solo es accesible a suscriptores, adjuntamos el texto completo que incluye una fustigadora mención del "alivio penal" del titular del domingo. Un ejercicio de obediente cumplimiento de la reclamación de un nom més modernet recogida por Ferreres el viernes 25 en Ara en un dibujo ya reseñado en La semana en viñetas 33/2023.
Las fases de la rendición
por Daniel Gascón (El País, 2/8/23)
En la discusión con los secesionistas, se empiezan considerando inaceptables sus exigencias pero, poco a poco, se encuentran resquicios para satisfacer sus demandas
Estudiosos entran de buena fe en la discusión, pero su intervención acaba formando parte del simulacro del poder. El tribunal está dividido; suerte que lo controlamos. Algún analista señala para disimular que otros hicieron concesiones a los nacionalistas: como si fuera lo mismo pactar con un partido político en busca de un acuerdo beneficioso para el país que modificar la legislación para contentar a quienes violaron la ley o a quienes huyeron para esquivar sus consecuencias; 2017 lo marca todo y a la vez fingimos que no ha sucedido.
Se apela cuando viene bien al espíritu de la Transición (esta medida es equiparable a la ley de amnistía o la legalización del Partido Comunista: como si la democracia fuera un régimen homologable a la dictadura y quienes lucharon contra ella fuesen comparables a quienes se opusieron al franquismo); se agita un señuelo (nueva realidad territorial, diversidad, homologación con Europa); la anomalía —legislar ad personam, negociar una investidura con un golpista posmoderno prófugo— se presenta como corrección de una anomalía. A veces hay cierta incomodidad porque a algunos la cesión les parece excesiva. Llega lo que parece ser un matiz y en realidad es un spoiler: es cierto que se les ha dado A, pero nunca les vamos a conceder B, eso sería realmente intolerable, y la silueta de B se recorta en el horizonte como el apache de La diligencia.
Mientras se discute si es posible o no, se va abriendo el espacio para que la exigencia inaceptable del comienzo, la maniobra inconstitucional del preámbulo, se transforme no solo en una medida necesaria para que Pedro Sánchez conserve el poder sino en la mejor solución para la sociedad. Y entonces podremos hablar de B, cuando hayamos aprobado otra medida que cercena la igualdad de los ciudadanos, una nueva ley para beneficiar a la casta.
Enlazamos una ilustración que nos parece bastante acorde con el proceso descrito.
Proseguimos con Santy Gutiérrez que en su viñeta del ayer sobre el alunizaje de la sonda india enviada al polo sur lunar apuntó los contrastes del país más poblado de la Tierra con una evocación de un homofónico anagrama de alunizo. Un anfibológico juego con pico es el ludolingüismo que hoy propone el dibujante de La Opinión A Coruña.
Adenda: después de publicado el apunte hemos visto la versión del juego de Marselle.
Vamos con un poco de inglés. Niels Bo Bojesen incluyó en su visión de la entrega de aviones F-16 a Ucrania una peculiar versión de las líneas rojas (enlace a nuestro reciente monográfico) que iconográficamente está más próxima a las referencias a las trabas burocráticas denominadas en inglés "red tape" (enlace al explicativo apunte Ejercicios de traducción de ilustraciones I) que son habituales en las gráficas dirigidas al público anglófono. Un reciente ejemplo es la portada del 12 de agosto del semanario The Spectator sobre la "campaña encubierta" contra la caza (aunque el titular utilice un eufemístico "deportes campestres").
El pasado domingo ya dimos cuenta de la oportuna aplicación de Morten Morland, en los prolegómenos de la final del Mundial, de la expresión "jump on the bandwagon" que bien merece todo un monográfico. Pero es curioso que finalmente hayan sido mayormente los españoles quienes han acabado por subirse masivamente al carro del fútbol femenino.
La reacción de Putin a la muerte de Prighozin dio buena ocasión a Plantu de hacer uso de las icónicas lágrimas de cocodrilo. En el apunte Alimañas putinescas encontrarán un para de ejemplos más.
Volvemos al humor nacional con Manel Fontdevila, que llevó a su muy burlona con Esquerra viñeta del domingo en Ara la expresión peix al cove (pez al cesto) que Jordi Pujol utilizaba para describir su método de "trueque" de apoyo al partido que gobernase en Madrid a cambio de concesiones. Una táctica que se apoyaba en un "juego a dos bandas" (fer la puta i a la Ramoneta) que exigía mantener discursos contradictorios en Madrid y en Cataluña. Pero el pujolesco no deja de ser un uso impropio de una expresión que en propiedad se aplica a lo que es fácil de conseguir. Un equivalente a "es pan comido" o "está hecho".
Nos traemos desde La semana en viñetas 2/2019 con un poco de historia del peix al cove el primer dibujo que tenemos registrado, que es el publicado por Ferreres en La Vanguardia del 4 de mayo de 1997. Años después acuñaría la var"feix al cove" (fajo al cesto) en una viñeta publicada en El Periódico en agosto de 2014.
Y resulta significativo que esa fuera precisamente, la escogida en diciembre de 2015por JAP, dibujante de El Punt Avui, para homenajear a su colega con motivo de sus 40 años en el oficio.
Concluimos esta primera parte con García Morán, que el lunes se convirtió el 15º humorista del recopilatorio 'Tragar sapos' que este año ya lleva incorporadas seis viñetas. Esta tarde, más.
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