Nos ocupamos hoy del fálico estiramiento del dedo medio que ha desplazado casi completamente, como supremo gesto ofensivo, a nuestro tradicional corte de mangas, por más que el fútbol resista como destacada excepción. Se ve que es difícil luchar contra la economía gestual, salvo cuando los actores son vigorosos deportistas.
Un poco de historia. El primer corte de mangas que saltó a la fama en el fútbol español fue el que Bernd Schuster dedicó al Real Madrid tras ganar la final de la Copa de 1982, cuando militaba en el Barcelona, así que podemos llamarla, en castizo catalán, una "butifarra". La documentación gráfica disponible demuestra que el alemán, que más tarde repetiría el mismo gesto como jugador y entrenador del equipo entonces agraviado, demostró ser un modelo de versatilidad en la ejecución: ambiequipo, ambidiestro y ambigesto. A continuación puede verse un ejemplo de las dos últimas facetas combinadas:
Esta dualidad de la posición de los dedos no es cuestión baladí, puesto que ha ocupado incluso a nuestros Académicos.
Actualización: Esta es la definición revisada del lema para la 23ª edición del Drae que se publicará en 2014.
La comparación con la previa permite advertir que se ha sustituido el previo carácter ofensivo por un suavizado despectivo.
Por no dejar sólo a Schuster como "el malo de la película", vamos a documentar gráficamente, con un políticamente correcto equilibrio entre los equipos que lideran nuestro fútbol, algunas sonadas ejecuciones de este particular saludo al contrario. El que el jugador holandés Ruud Van Nistelroy definió como "un gesto de felicidad“ tras dedicarle uno a
la afición del Zaragoza en 2009. Curioso, cuando dos años antes había pedido explicaciones a su compatriota Van
Bommel por su celebración de la victoria del Bayern Munich sobre el Madrid con
similar "demostración de felicidad".
El corte de mangas más famoso del deporte internacional sin duda fue el que el atleta polaco Władysław Kozakiewicz utilizó para celebrar la
consecución de la medalla de oro
de salto con pértiga en la Olimpiada de Moscú 80 estableciendo, además, un
nuevo récord de mundo (5,78 m). Un éxito conseguido ante la abierta hostilidad del público local que no cesó de increparle durante la competición. Eran los tiempos en que Polonia, liderada por
Solidaridad, pugnaba por salir de la órbita soviética y la singular celebración sirvió para que en ese país el gesto tenga nombre propio: gest Kozakiewicza, el “gesto de Kozakiewicz”.
En Croacia lo denominan, en cambio, bosanski grb, “escudo [de armas] de Bosnia”,
aunque es preciso aclarar que el modelo de escudo que inspiró a los croatas no es el actual sino el que estuvo en uso en la época del Imperio Austro-húngaro.
Pese a intentos de tecnificar y facilitar el gesto como el adjunto Cortimangamatic de Forges en El País del 7/4/12, el mero estiramiento del dedo medio se ha impuesto por su ya citada ventajosa economía de ejecución. Una ventaja es que evita los malentendidos derivados de la extendida costumbre de iniciar saludos y otros gestos desde la posición de brazos cruzados (el ángel de la adjunta colección pertenece nada menos que a la decoración del Duomo de Milán).
Ello no es óbice para que determinados personajes públicos también presenten una aparentemente involuntaria tendencia a realizar lo que los sajones llaman flip the bird o middle finger, muchas veces abreviado, especialmente como verbo, símplemente a (to) finger.
Un riesgo correlativo al de los saludos iniciados desde la posición de brazos cruzados son ciertas actitudes pensantes. Así que, si su índice es perezoso, inspírese en el clasicismo de Rodin para ponerse pensativo.
En el siempre apasionado fútbol, el asunto ha llegado a tal extremo que ahora ya no sólo se aplica la "moviola" a las jugadas conflictivas, sino también a los gestos. La tecnología es la que este pasado fin de semana ha permitido demostrar la inocencia de Jordi Alba frente a las acusaciones que le atribuían un feo gesto al público del Bernabeú. Ahí está la prueba que apoya la veracidad de sus declaraciones de que sólo quería manifestar que Messi es el número uno.
En el siempre apasionado fútbol, el asunto ha llegado a tal extremo que ahora ya no sólo se aplica la "moviola" a las jugadas conflictivas, sino también a los gestos. La tecnología es la que este pasado fin de semana ha permitido demostrar la inocencia de Jordi Alba frente a las acusaciones que le atribuían un feo gesto al público del Bernabeú. Ahí está la prueba que apoya la veracidad de sus declaraciones de que sólo quería manifestar que Messi es el número uno.
Anteriormente hemos tocado la denominación de este gesto circunscribiéndonos al inglés, así que tova ver que ocurre en castellano. Un gran analista del uso real del lenguaje, como es Google, nos muestra que hay mucha gente que aplica el sinécdoque (tomar el todo por la parte) corte de manga. Un figura que resulta, en este caso, sumamente empobrecedora porque impide la diferenciación de gestos manifiestamente diferentes, por mucho que el más discreto pueda formar parte del más vigoroso. Véase cómo más de la mitad de las imágenes obtenidas para "corte de manga" no son propiamente ese gesto.
Aunque somos conscientes de la dificultad de competir con la abundantísima producción audiovisual relacionada con el mundo del fútbol, desde Vetustideces nos resistimos a aceptar una denominación de tan innoble procedencia. Y no por el autor, sino por el mecanismo con el que la gestó. Estas cosas sólo tienen un pase cuando se emplean guiñando un ojo como ocurre cuando se utiliza el impagable "estar en el candelabro" acuñado por Sofía Mazagatos. Qué maravilloso y democrático es el lenguaje que pone al alcance de cualquiera, sin distinción de títulos y honores, la posibilidad de realizar aportaciones.
Nuestra propuesta es dejarnos de metaplasmos y tomar, como italianos y alemanes, lingüístico apoyo en el dedo actor, el llamado medio o corazón, para proponer una denominación que nos recuerde el órgano en que hacemos residir los sentimientos, rematada con una terminación enraizada tanto con la arcaica peseta como con la notablemente implantada peineta. Damos así facilidades de migración a los usuarios de esta última, aunque somos conscientes de la desventaja fonética de nuestro pentasílabo frente a un trisílabo. Aún así, ¡Viva la peineta! (dicho sea lingüísticamente hablando).
Terminamos con algunos ejemplos de la extraordinaria difusión alcanzada por el gesto de marras, incluso en las mejores familias, más un consejo y una duda lingüística.
Primero los (malos) ejemplos:
El de Aznar en la Universidad de Oviedo incluso quedó recogido en una viñeta de Miki y Duarte publicada el 20 de febrero de 2010.
Y el religioso está ahí por la sorprendente combinación de alzacuello y dedo, no por ser particularmente famoso, pero aclaramos que se trata del irascible telepredicador Paul Crouch, el fundador de la Trinity Boadcasting Network (TBN).
El consejo: no practiquen la corazoneta delante de sus hijos porque los niños lo copian todo.
Y a pesar de que algunos personajes infantiles han sido prudentemente diseñados sin dedo medio, siempre hay alguien que fuerza perversamente los conceptos. ¿Cómo habría que llamar en alemán o italiano al gesto de la camiseta?
La duda: este que nos dedica Kate Moss ¿será un corte de mangas o un corte de copas?
PS - ¿Y que tiene que ver todo esto con Vetusta? nos preguntan nuestros lectores más puristas. Pues está muy claro, la última imagen pública relevante de una "corazoneta" la ha protagonizado un conocido golfo cuyas noticias algunos canales de TV ilustran sistemáticamente con unas imágenes en las que nuestro Ovidio Sánchez, actualmente diputado por Asturias, mantiene con él un animado debate en los escaños del Senado (en propiedad, más bien es un monólogo del asturiano). Con la de senadores que hay ¡ya es mala suerte Ovidio!
Se creían que nos iban a pillar.
Adenda 2/2014: Con motivo de la referencia a este apunte que se hace en el de la fecha de este añadido, hemos recordado que Luis Aragonés llegó incluso a escenificar su invento. Merece la pena dejar constancia gráfica en esta entrada para mayor ilustración de improbables futuros lectores. Bueno, a lo mejor alguno sigue los autoenlaces que de vez en cuando insertamos.
Adenda 8/2023: La viñeta de Mark Knight del 31 de agosto sobre la eliminación de Prigozhin incluye la versión más pequeña del gesto de nuestra colección.
Adenda 2024: Una llamativa corazoneta es la que el dibujante australiano David Pope inspiró el 23 de agosto en la icónica fotografía 'Alzando la bandera en Iwo Jima' tomada el 23 de febrero de 1945 por Joe Rosenthal. Una viñeta que refleja la desvinculación de Australia de compromisos climáticos previos a raíz del incremento de la explotación de gas en el despobladísimo territorio del Norte (249.300 habitantes en 1.420.970 km²) cuya bandera es la que ondea ese dedo corazón.
El recopilatorio sobre Bill Stott nos dio la oportunidad de recordar una versión señal de humo. El pie dice: He knows we follow ... (Sabe que le seguimos ...)
Ricardo aplicó el 29 de agosto a Puigdemont un irónico estilismo capilar.
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