La revista cubana Carteles nos ayuda a documentar el uso que tuvo la mantilla en la antillana celebración de la Semana Santa. Unas ilustraciones creadas por Andrés García Benítez, un artista nacido en 1916 en Holguín que en 1960 optó por exiliarse, después de que esa publicación de gustos burgueses se viera obligada a cerrar. No volvería a su tierra hasta el año 1980, para fallecer al año siguiente en un olvido del que solo ha sido parcialmente rescatado muchos años después (enlace a un libro sobre su obra). La adjunta portada está fechada el 25 de marzo de 1951 y las que siguen son de los años 1944 y 1950.

Aprovechamos para recordar que el último relevo de la antorcha, que corrió a cargo de un estudiante llamado Yoshinori Sakai nacido en Hiroshima el mismo día que se produjo el bombardeo atómico de esa ciudad, fue la imagen de portada de Sports Illustrated del 10/10/64.
Ahora bien, para anticipación, la de la ironía que se gastó Constantin Alajalov al convertir en ganador de la prueba reina del atletismo a un corredor de inequívocos rasgos judíos en la portada (1/8/1936) dedicada a los Juegos de Berlín de 1936. Recordarán que fue el corredor de raza negra Jesse Owens quien se encargó de causar un enorme disgusto a Hitler al batir a sus arios openentes germanos.
Aparte de las hoy emparejadas, aún hay otra portada olímpica de la revista TNY que se inspira en las carreras de velocidad, la de Robert Day del 24/11/1956 que recurre a un tópico canguro para asociar la escena con el austral país en que se celebró la Olimpiada de Melbourne 56. [2]
Y no falta esa modalidad atlética en el Post. Maurice Bower fue quien se encargó de llevarla a la portada del 4/5/1935 en una ilustración titulada 'Hurdlers'.
Una vallista había llevado antes que eso Bradsaw Crandell a la portada de Life de julio de 1932 que anunciaba la inminente celebración de los Juegos de Los Ángeles. A su lado añadimos, ya como última ilustración de hoy, la portada de Berlín 1936 realizada por J.F. Kernan para The Saturday Evening Post (The Sprinter, 8/8/1936), que es la última de las casi treinta aportadas por ese artista al popular semanario en el que debutó el 31 de mayo de 1924.
Mañana proseguiremos con la olímpica temática, pero quienes no quieran esperar pueden ir anticipando contenidos en el apunte Portadas olímpicas en The New Yorker.




























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