miércoles, 14 de mayo de 2014

Regodeo

Hace algo mas de un año dábamos cuenta de la carencia en castellano de un término equivalente al germano schadenfreude, la alegría por el mal ajeno. Como ya comentábamos entonces nuestro regodeo tiene connotaciones distintas, ahí la cosa va mas de cachondearse que de alegrarse, entronca, en definitiva, con el lejanamente parónimo recochineo. Y como el lenguaje condiciona el pensamiento y por ende la conducta estamos viendo como el asesinato de la presidenta de la Diputación de León ha dado pie a que unos cuantos miserables, casi siempre anónimos, exhiban su regodeo por ese lamentable suceso. 

No hace tanto que habíamos asistido a otro episodio de lo mismo con motivo del accidente sufrido por la Delegada de Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes. Una concatenación que invita a pensar que la mala leche, impulsada quien sabe por qué suerte de neuronal efecto Coriolis, podría tender a fluir hacia la izquierda (al menos en el hemisferio norte). Cierto que el que nos cabrea a diario es un gobierno de derechas, pero también es sabido que gentes como Wyoming disparan (¡uf!) arremeten con furia tanto contra el gobierno como contra la oposición, a condición, eso sí, de que se cumpla un pequeño requisito, que las desempeñe el PP (vale, esta pulla es repetidora en este blog).

Mas disculpable, aunque no mucho, es que se produzca un cierto schadenfreude, quizá no tan minoritario como la hipocresía dominante quiere ver. Y es que en su descargo (el de los schadenfreudadores, no el de la hipocresía dominante) cabe advertir que parece evidente que no se trata de un sentimiento “ad hominem” (no podemos sino lamentar la falta de corrección política de algunas de nuestras raíces culturales), sino que está actuando como innoble válvula de escape de la ira que se acumula contra la clase política en general. Una suerte del famoso ¡que se jodan! o, como también hemos oído, ¡que cojan miedo!

No les cansamos abundando en el cúmulo de reflexiones que hoy pueblan los medios sobre esta cuestión, aunque finalmente podrían resultar bastante desenfocadas a causa de lo impreciso de los detalles que se han dado a conocer. Así es que la total desvinculación que se está haciendo de los hechos con ejercicio político de la asesinada podría no ser correcta si se confirma la poco difundida filtración que apunta hacia la existencia de un posible vínculo de la occisa con el esposo y padre de las asesinas. En caso de confirmarse cabría elucubrar sobre las consecuencias de un ejercicio despótico del poder que se plasmaría en que los adllegados de los que están conmigo para adentro y de los que dejan de estarlo para afuera. Ojo, esto es un puro ejercicio especulativo sobre una información absolutamente no contrastada, pero vemos en la actual explicación insuficiente motivación para desencadenar tan brutal acto y no es detalle menor que quien empuñara el arma fuera la madre.

Volvemos al regodeo para recordar que tan solo en tercera acepción significa “complacerse maliciosamente con un percance, apuro, etc., que le ocurre a otra persona”, mientras que la primera y mas habitual es “deleitarse o complacerse en lo que gusta o se goza, deteniéndose en ello”. Ya decíamos que no es un equivalente al nada ambiguo término alemán que siempre se basa en un hecho maligno. Una vez que hemos topado con el uso mas común de regodeo, tenemos que participar a nuestros visitantes foráneos que la noticia de impacto que se ha producido  en el arranque de esta semana en nuestro pequeño Oviedo ( ir a la noticia "Un calentón en el cajero”) es el episodio de ardor sexual que cursó en el vestíbulo de una oficina de La Caixa ante un nutrido grupo de espectadores que no dudó en hacer uso del arsenal tecnológico que habitualmente se lleva encima hoy en día. De ahí salió un pintoresco ejemplo de una categoría de selfie llamada a tener bastante futuro: la autofoto con regodeo. Les dejamos con la imagen que hemos decidido pixelar una miajita en evitación de que nos coloquen una indeseable portada de blog para adultos.





P.S.- Un detalle de la crónica del suceso ocurrido en León que nos ha llamado la atención es la imagen del retrato de la asesinada colgado en una pared de la Diputación. La costumbre era encargar estos cuadros tras abandonar el cargo. ¿Nuevos usos políticos? 

Imagen tomada de Noticias Cuatro

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