Nos ha gustado la portada realizada por Carter Goodrich para el último número del semanario The
New Yorker. Una publicación de la que, como ya saben los lectores veteranos, somos bastante
forofos. Pero ello no nos impide poner de manifiesto que esta trasposición a un marco impropio de la típica cola rigurosamente organizada
por un severo portero es un concepto que empieza a resultar un poco sobreexplotado, una vez que ya cuenta con dos antecedentes en la revista.
El ejemplo más reciente pudo verse en el número fechado el 7 de agosto del 2000 ilustrado por Maira Kalman que se mostraba la traslación de ese control del acceso a una indudablemente exclusiva playa. Y en el número del 7 de mayo de 1991 eran los pájaros los que esperaban para ser acomodados junto a uno de los solícitos candidatos a proporcionarles alimento en una ilustración de John O´Brien.
El ejemplo más reciente pudo verse en el número fechado el 7 de agosto del 2000 ilustrado por Maira Kalman que se mostraba la traslación de ese control del acceso a una indudablemente exclusiva playa. Y en el número del 7 de mayo de 1991 eran los pájaros los que esperaban para ser acomodados junto a uno de los solícitos candidatos a proporcionarles alimento en una ilustración de John O´Brien.
Colas más convencionales ya habían protagonizado anteriormente otras cubiertas. La primera que recordamos es la del 10 de octubre de 1970 ilustrada por Arthur Getz, el autor de 213 portadas de esta revista a lo largo de 50 años (ente 1938 y 1988), mientras que resulta curioso comprobar que la obra de Charles Saxon para el número del 12 de noviembre de 1987 tiene una composición bastante similar, aunque estilo muy diverso.
Hay otras dos tapas de temática conexa que comparten el detalle de que el protagonismo compositivo recae en las características barreras. La del 20 de enero de 1975 fue protagonizada por uno de los personajes solitarios característicos de Eugene Mihaesco [1], mientras que su navideña evolución casi 11 años posterior (16 de diciembre de 1985) es obra de Lonni Sue Johnson. Esta es una artista que sufrió un severo caso de amnesia que, posteriormente, la convirtió en una de las primeras personas capaces de recuperar su habilidad artística tras un episodio de ese tipo (enlace a la historia).
Bien puede verse que hacer cola es muy neoyorquino. Por aquí, alguna pillaremos esta Semana Santa. Que nos sea leve.
[1] Un par de ejemplos más:
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