lunes, 2 de junio de 2014

Alienación (sic, no como las del Marca)

Uno de nuestros colaboradores tiene un amigo ((;-) cuya hija menor comienza en pocas horas sus exámenes de acceso a la universidad, la famosa PAU que empezó a conocerse por esa sigla (que nos advierten que no es de uso general en todo el territorio nacional) después de que dejara de existir el COU. Un hecho que se produjo con motivo de la implantación de la ESO que, como recordarán, se llevó por delante el BUP y la EGB. No hay diccionario de siglas capaz de seguir el ritmo de los gestores de la educación.

La lectura de un artículo de José Ignacio Gracia Noriega  sobre “Los Hermanos Karamazov”que sentimos no poder enlazar porque solo es accesible a suscriptores de nuestro, a fuer de único, querido periódico local nos ha generado una duda. No es otra que imaginar qué ocurriría en la tal PAU, no ya si se hiciera la canalladita de preguntar sobre tan voluminosa novela, ni siquiera si se interrogara sobre el número de los hermanos intervinientes, sino en el caso de que símplemente se propusiera escribir unas líneas sobre el tema de la alienación. ¿Se imaginan las caras de los chavales (1)? 

Mira que estuvieron pesados los marxistas con el asunto, que el pobre Santo Tomás redivivo no habría entendido una sola línea de sus textos anclado como vendría en las expropiaciones demoníacas. Y curioso que el artículo “Teoríamarxista de la evolución” solo tenga entrada en la Wikipedia en español mientas que el mas genérico “alienación” está desarrollado en 35 idiomas. Somos irreductibles. Luego Podemos.

Perdonamos al citado Gracia Noriega que de por recién aparecido un libro editado por el grupo editorial del periódico que acoge sus escritos aunque ya fuera reseñado por un redactor-jefe del mismo hace casi un semestre (este propagandístico enlace sí que funciona para todo el mundo). Hasta su crítica del uso del inglés como lingua franca pasamos por alto, aunque bien podría darse un paseo un paseo por el Parlamento Europeo en busca de cura, a cambio de la tan sencilla como diáfana definición de alienación que sirve a sus lectores: “la tiranía de las cosas”. Coincidimos, además, con su apreciación de que la caída en desuso del término es una mera consecuencia de su masiva implantación, algo parecido a la falta de necesidad de aclarar que hablamos en prosa.

A diferencia del pasado año en que este blog prestó bastante atención a los Premios Príncipe de Asturias, en esta edición no andamos demasiado pendientes. Lo que está claro que unos galardones tan al servicio de sí mismos que este año ya tendrán que pasar a llamarse Princesa de Asturias entrañan un grave peligro de alienación de los jurados. Su puesta al servicio de “la cosa”, vamos. Y es que estos días se ha conocido la caída de las segunda de las siete premiadas en 1998  en representación de “la causa de la defensa y la dignificación de la mujer” (enlace al acta del jurado). Como había que reunir con premura un variopinto ramillete de activistas que diera color a la celebración, a los promotores de tan políticamente correcta como desalienadora candidatura se les colaron gentes como Rigoberta Menchú de quien pronto se pusieron de manifiesto inaceptables incoherencias curriculares. Similares a las que ahora también han forzado la dimisión de Somaly Mam de los cargos que ocupaba en la fundación que lleva su nombre. Un pelín de ego ya se le notaba a esta otra mentirosa compulsiva. Valga como contrapunto positivo que fuera la propia Fundación Somaly Mam quien promovió una investigación para aclarar las denuncias del periodista Simon Marks. Como nuestro periódico local tampoco permite el acceso público a la crónica del asunto (en la que, por cierto, se equivocan de fundación porque no se ha hecho público que haya dimitido de sus cargos en AFESIP) les remitimos al texto de la noticia publicada el pasado 30 de mayo en El País.  ¡Cómo siguen tardando las noticias en cruzar el Pajares! Y venga a salir agua por esos inutilizados túneles.

Si añadimos que la mas popular de las entonces premiadas fue la italiana Emma Bonino que colecciona negros nubarrones en su extensísimo currículo de política de la cuna a la tumba, no les resultará extemporánea la comparación de la suerte de aquel septeto con el discurrir de la novela de “Diez Negritos”. Confiamos en que la cosa no llegará tan lejos porque no es fácil equivocarse tanto. Además, los lectores de Agatha Christie saben que cabe alguna sorpresa final.

Un toque frívolo para terminar esta croniquilla de los contenidos mas llamativos de nuestra prensa local. Nuevamente se ha puesto de manifiesto como no hay periodista capaz de resistirse a un juego de palabras. Dicho sea sin que osemos poner en duda la estricta veracidad de que el  bautismo es el acto iniciático que convierte en cristiano. Por mas que para algunos, que aun reputamos franca minoría, se trate de una primera alienación. Qué pena que los actuales códigos de composición periodística hayan excluido el uso de unas versalitas que tanto habrían reforzado la ambigüedad de la madridista alineación que sigue:

Por cierto, ¿alguien sabe por qué se ha precipitado el asunto que nos ha saturado de bromitas gráficas el Whatsapp?



(1) si  vd. o vda. es de quienes echa en falta “y chavalas” dé por escrito, a escoger según gustos, “la feligresía” o la "la basca".

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