El incidente de la Casa Blanca seguía presente el lunes en las viñetas de Puebla y Ferreres que hacían coincidentes referencias a las tierras raras también mencionadas en los dibujos de Santy Gutiérrez, JM Esteban y Ramón.
Putin y Trump protagonizaban las viñetas de Peridis, Vergara y Pinto & Chinto, dúo que se apoyaba en un anfibológico reparto para conectar con los Óscars, unos premios que justificaban las referencias de Padylla en clave de política nacional, y particularmente canaria, a cuatro de las películas nominadas.
El cuadrante dedicado a la triunfadora Anora protagonizado por Ábalos nos invita a continuar con la escena de meublé de JM Nieto.

Gallego y Rey encabezan el último bloque de nuestra selección de humor nacional del lunes con una referencia a Jeff Bezos que nos pareció llamativo que esté apoyada en la primera página del Washington Post del 9 de noviembre de 2016 que daba cuenta de triunfo de Donald Trump en las elecciones que le convirtieron en presidente por primera vez. Y es que son los contenidos recientes de ese diario los que están sufriendo la interferencia de su propietario en la tradicional línea editorial que se había comprometido a mantener cuando lo compró.
Pasamos a la crónica política nacional con los dibujos que tanto Idígoras y Pachi como Javi Salado dedicaron a la transferencia de deuda catalana al conjunto de los españoles. Sigue una nueva pieza de Eneko dedicada a Mazón (ya le había dedicado una viñeta el 26/2), esta vez haciendo pinochesco tándem con Feijóo. Sansón completa nuestra selección del lunes con un dardo que revela la impostura de las infatuadas declaraciones recientes de Pedro Sánchez. 




El martes era Riki Blanco quien se ocupaba, ¡gensanta de paja en el ojo ajeno!, nada menos que desde el gubernamentalísimo diario El País, del viraje editorial del Washington Post, mientras que Peridis seguía encasquillado con Mazón en una ya más que cantosa 5ª viñeta dedicada al presidente de la Generalitat valenciana de sus seis últimas.
Tomás Serrano trataba la novedad política más destacada de la víspera, el principio de acuerdo para ceder a Cataluña, delegar según el lenguaje oficial, las competencias en inmigración. Un asunto que también daba pie a la carnavalesca viñeta de Padylla a tratar el atascado decreto sobre menores junto con la reivindicación del traslado de la momia guanche que ha sido retirada de la exposición del Museo Arqueológico Nacional.
El carnaval también se asomaba al humor político de Pinto & Chinto, aunque no sabríamos decir si el enmascarado personaje es un peliqueiro del entroido de Laza o un cigarrón del de Verín. Davila asimismo llevaba a uno de esos fustigantes celebrantes a su tira de ayer.



Malagón daba cuenta en 20 minutos, apoyado en una tecnológica ironía, de la celebración del barcelonés Mobile World Congress, mientras que Miki y Duarte se ocupaban de la polémica Ley del Medicamento Veterinario que exige, por ejemplo, la realización de un cultivo bacteriano antes de la administración de antibióticos de uso específico, requisito que retrasa determinantemente los tratamientos en caso de urgencia, y también limita la capacidad de los veterinarios para dispensar medicamentos en sus propias clínicas. Sigue la visión de JM Nieto del tabú en que se han convertido en algunos círculos las críticas al Islam.


Las tierras raras llegaban al humor de Idígoras en Sur, Gallego y Rey publicaban una expresiva metáfora de la posición de Europa frente a Trump apoyada en la figura de Hannibal Lecter, Idígoras y Pachi imaginaban la demolición del Monte Rushmore y Tomás Serrano inauguraba, con un descompensadamente asistido Zelenski, la Adenda 2025 al apunte Confrontaciones entre ángeles y demonios sobre los hombros (1ª parte).
Puebla encabeza un historicista bloque de dibujos que evocan como habría encajado la posición de Trump en otros tiempos. De Gaulle es la contraparte del presidente estadounidense en el dibujo de Abc, el Tío Sam explica en la viñeta del fancés Pessin que Roosevelt quería la paz ... pero no la que quería Hitler, Churchill es el advertido de que no tenía las cartas en el dibujo de Matson y el primer presidente de Estados Unidos lo es en la viñeta de Rick McKee que evoca el cuadro Washington cruzando el Delaware (1851) de Emanuel Leutze.
Completamos la reseña del martes con la cenital pieza que Morten Morland apoyó en que en el Reino Unido el Martes de Carnaval es el Pancake Day, una celebración tributaria de la tradición de aprovechar para comer alimentos de los que habrá que abstenerse durante la Cuaresma (mismo nutricio fundamento de los martes gordos del francés, italiano y portugués: Mardi Gras, Martedì Grasso y Terça-feira gorda).
Ya el miércoles, Vergara no quiso ser menos que su compañero Fontdevila a ojos de quien corresponda y también dedicó su viñeta a González Amador. El notición de la semana, ya saben. Y por si quedaran dudas de que estas cosas no son casuales, la antena gubernamental Público asimismo se sumaba a la campaña de la mano de Eneko. Ferreres completa este primer bloque de humor de ayer miércoles con una visión de los aspectos menos relucientes del Mobile World Congress.
Vamos ya con el tema del día, que no era otro que la cesión a Cataluña de las competencias sobre inmigración. Un asunto que la víspera solo había suscitado dos dibujos. Miki y Duarte encabezan la colección con una viñeta que inaugura la Adenda 2025 del apunte Vistas de la Sagrada Familia. Javi Salado, Puebla y Peridis abundaron en la dependencia de Sánchez de Puigdemont,
Tomás Serrano dotó de una alambrada protectora a las tradiciones catalnas, mientras que Gallego y Rey optaron por una bélica evocación carcelaria. Sansón anticipa la llegada del visado para españoles y Ermengol pone un contrapunto nacionalista que confronta una futura Arcadia Feliz con una supuesta gestión represiva de las Fuerzas de Seguridad del Estado. ¿Cómo no va a tener una nefelibata clientela el nacionalismo? Álvaro completa este segundo bloque con una trumpización de Puigdemont.
No faltó un buen puñado adicional de viñetas protagonizadas por el presidente de Estados Unidos: Ricardo, JM Nieto, Pablo García, Asier y Javier, JL Martín y, ya sin su presencia, la tira de Oroz sobre los aranceles que ha convertido en bandera económica de su presidencia. Inquietantes perspectivas para la economía mundial, como también apuntaba David Parkins. En el humor foráneo comenzamos por destacar la visión del desencuentro de la Casa Blanca de Riss en Charlie Hebdo, muy fiel al descarnado estilo de la revista. Y bien que cargó las tintas sobre el tamaño de los presidenciales genitales. Morten Morland se conformó con forzar el de las manos, que se dice que tanto acomplejan a Trump, en su visión del discurso-mitin que colocó a la sesión conjunta de las Cámaras legislativas estadounidenses. Michael de Adder hizo un oportuno recordatorio de una viñeta de 2019.
Vadot se ocupó en una viñeta titulada en español del récord de duración del discurso del estado de la Unión establecido por Trump y Brian Loper dedicó la viñeta del día de la revista The New Yorker a ironizar sobre la protesta de los representantes demócratas durante el citado discurso exhibiendo mensajes escritos en palas similares a las utilizadas en las subastas.
La cesión/delegación de competencias migratorias sigue marcando tendencia en el humor de hoy: JM Nieto, Ricardo, Peridis, García Morán y Puebla por partida doble (La Verdad y Abc). Tomás Serrano pasa en cambio a la siguiente pantalla indepe y ya apunta, ironizando sobre la duración de los compromisos que asume Sánchez, que no tardarán en llegar concesiones relacionadas con la administración de justicia.
Conde Pumpido es el protagonista de la viñeta de JM Esteban, Rajoy, que ayer compareció en el Congreso, el Fontdevila, mientras que Carlos Mazón lo es tanto de Ermengol como de Gallego y Rey, que siguen evitando caricaturizarle (tan solo le representaron silueteado en su tira del 27/11; véase el Álbum humorístico de Carlos Mazón).
El ministro de Agricultura Luis Planas comparece en la viñeta de Javi Salado sobre la nueva normativa veterinaria que ya hemos comentado anteriormente y Ursula von del Layen lo hace en la bondiana tira de Asier y Javier. Veremos que sale del Consejo europeo de hoy. Ferreres completa este bloque con la cuarta comparecencia en 2025 de Franco y Hitler en su sección del diario Ara.
Pinto & Chinto conectan el discurso de Trump con el asalto al capitolio. El presidente de Estados Unidos también es el solitario protagonista de Antón y Kiko da Silva, Putin lo es de JL Martín y juntos comparecen, en cariñosa actitud, en la viñeta de Miki y Duarte.
Completamos la selección de hoy con una de las pocas viñetas apolíticas de esta jornada, la bancaria ironía de Sansón sobre los tan traídos y llevados algoritmos, más la aportación de JM Nieto al último númeero de la revista El Batracio Amarillo.
Comenzamos una final sección de humor internacional con el dibujo del artista sudafricano Chip Snaddon sobre la encerrona del Despacho Oval. Sigue el equívoco prize de la viñeta de Peter Brookes en The Times del lunes, la visión sobre los aranceles de Michael de Adder en The Globe and Mail y la partida de póquer de David Rowe en Australian Financia Review.
La visión de Chappatte de la situación de Ucrania nos invita a repescar una viñeta de du Bus de hace una semana y a complementar esos dibujos con una pieza de Emad Hajjaj sobre la trumpista traición.
Coco (Libération) alfombró ayer el Despacho Oval con el rostro de Putin y Patrick Blower tira hoy de la icónica figura de Lord Kitchener precursora del famoso I want you del Tío Sam para preparar a los ciudadanos británicos, aplíquenselo por extensión, de que el rearme que viene inevitablemente pasará factura a las políticas de gasto social.
Concluimos, como tantos jueves, con la columna de Daniel Gascón en El País que hoy se titula Xenofobia progresista.

Xenofobia progresista
Daniel Gascón (El País, 6/3/2025)
El Estado pierde una atribución fundamental como es la política de inmigración en un cambalache del Gobierno con Junts
“España ha sido siempre un territorio que ha acogido a mucha población procedente de otros lugares y ha tenido la capacidad de integrarla en nuestro modelo democrático de sociedad y en la españolidad”. España es eterna e intrínsecamente democrática: desde antes de don Pelayo y de Numancia, desde antes de los pogromos de Barcelona y Sevilla o la expulsión de los moriscos, desde antes de los honderos baleares y la sima de los huesos de Atapuerca. Siempre acogió a gente que llegaba de otros sitios, no como los españoles de verdad, que brotamos bajo las encinas tras una noche de lluvia. La integración en la españolidad —sea lo que signifique eso— mitiga el salvajismo de los recién llegados. En ese proceso es esencial hablar español. Para que se entienda: sin castellano, no hay papeles.La frase inicial habría generado alarma: se habría considerado (con razón) xenófoba y etnicista. Esa frase, hablando de Cataluña y catalanidad, la ha firmado el Partido Socialista para conservar la supuesta mayoría teóricamente progresista que sostiene al Gobierno. El esencialismo habría desentumecido el ingenio de los comentaristas y algún académico lo habría refutado sesudamente en una tribuna: es ridículo cuando se predica de España, y no digamos aplicado a un lugar cuya existencia independiente no ha alcanzado los ocho segundos. Concesiones como escribir “Catalunya” y “Estado español” parecen detalles frente a considerar, como hace el acuerdo firmado por Junts y el PSOE, que quienes han nacido en el resto de España son forasteros que deben superar un proceso de asimilación civilizatorio: para fabricar catalanes antes hay que fabricar extranjeros. Las competencias en inmigración las exige un partido que no las va a gestionar y que es el quinto más votado en Cataluña; miembros de la Guardia Civil, la Policía y los Mossos han manifestado su oposición. Algunos ministros señalan que estamos ante una delegación y no una cesión: al parecer, cuando gobierne alguien que no nos guste (como quien lo ha exigido, nuestro socio) se revertirá esa delegación. Lo único interesante de ese pseudoargumento es dilucidar si solo quieren engañar a los demás o también se han engañado a ellos mismos. El Estado pierde en un cambalache una atribución fundamental, y se debilita simbólica y operativamente. Que los partidos cumplan su palabra es irrelevante, que las medidas sean constitucionales o no carece de importancia, y lo que menos cuenta de todo son los derechos de los inmigrantes y el servicio a los ciudadanos.
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