Vamos hoy con el tratamiento que da el Museo del Aire a la más destacada contribución española a la historia de la aeronaútica. Y es en el Hangar 4 donde se exponen tres autogiros de Juan de La Cierva, bueno, en realidad un original y dos réplicas.
Sigue el La Cierva C-19 MK-4P, en este caso original, fabricado en 1932 dentro de la serie fabricada en Gran Bretaña por la firma Avro a partir de 1929. Es destacable que uno de esos aparatos fue utilizado para la observación de los sucesos de Asturias de 1934 en lo que fue la primera actuación de una aeronave de ala giratoria en operaciones militares.
Completa la colección de autogiros el La Cierva C-30 (el artículo de la Wikipedia tiene algunas discrepancias con la ficha del Museo) que fue el primero desprovisto de alas y tan solo cuenta con unos estabilizadores de cola. Se construyeron 150 ejemplares entre Gran Bretaña (La Cierva Autogiro Co.), Francia (Lioré et Olivier) y Alemania (Focke-Wulf). España adquirió tres para la Aviación militar y otros dos para la Armada.
El ejemplar que se exhibe es una réplica realizada en 1998 en la Maestranza Aérea de Albacete utilizando un motor original. Con el mismo se efectuaron vuelos hasta el año 2000 en que fue entregado al Museo. Para más detalles sobre los autogiros pueden consultar el número de 1996 de la revista Aeroplano que encontrará en este enlace.

Ese acontecimiento bien merecía recibir un mayor énfasis museográfico trasladando a este hangar la maqueta del Dédalo que se exhibe en el 2. Comparamos a continuación algunas fotos reales de ese barco con unas tomas de la maqueta expuesta.


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