Términábamos la primera entrega médica con el cáncer y comenzamos esta segunda con otra palabra latina que es utilizada para denominar una enfermedad. La conocida como lupus o, más exactamente, lupus
eritematoso sistémico (LES). Un mal crónico autoinmune que termina
afectando múltiples órganos y sistemas fisiológicos, de ahí lo de sistémico.
El origen de la asociación de la enfermedad con el lobo no está muy claro. Hay una teoría basada en la similitud entre algunas lesiones cutáneas del lupus y las producidas por la mordedura del cánido. Otra que asocia el característico eritema malar (enrojecimiento en las mejillas) que produce con los rasgos del pelaje facial de esos animales. Y hay quien la basa en el nombre dado en francés a unas máscaras para proteger la cara. Lo cierto es que es una palabra documentada ya en el siglo X en un escrito en el que Herbemius de Tours describe la curación del obispo de Lieja llamado Hildricus “gravemente afectado por la enfermedad denominada lupus”.
El origen de la asociación de la enfermedad con el lobo no está muy claro. Hay una teoría basada en la similitud entre algunas lesiones cutáneas del lupus y las producidas por la mordedura del cánido. Otra que asocia el característico eritema malar (enrojecimiento en las mejillas) que produce con los rasgos del pelaje facial de esos animales. Y hay quien la basa en el nombre dado en francés a unas máscaras para proteger la cara. Lo cierto es que es una palabra documentada ya en el siglo X en un escrito en el que Herbemius de Tours describe la curación del obispo de Lieja llamado Hildricus “gravemente afectado por la enfermedad denominada lupus”.

El vistoso insecto volador también está asociado con la enfermedad
conocida como piel de mariposa o, mas propiamente, epidermólisis
bullosa (EB). Un conjunto de trastornos transmitidos genéticamente que hacen
extremadamente vulnerable la piel de los afectados cuya delicadeza se compara, por ello, con la de las alas de las mariposas.

Otro insecto está presente en la etimología de las llamadas moscas volantes o miodesopsias, del griego myie (mosca), eidos (formas) y ops (visión). Una disfunción ocular que consiste en la visión de manchas o filamentos que aparecen suspendidos en el campo visual.
También procede realizar una mención a los vulgarmente llamados golondrinos. Unos dolorosos abscesos que reciben ese nombre por
analogía con la peculiar disposición de los nidos que esas aves cuelgan en los voladizos. Y es que la propiamente denominada hidradenitis supurativa se ubica de forma análoga en las axilas.
Y vamos a terminar este zoonímico recorrido con la muy descriptivamente llamada elefantiasis, pero mas apropiadamente denominada filariasis
linfática. Un síndrome derivado de
la obstrucción de los vasos linfáticos que se caracteriza por el enorme aumento
de volumen de algunas partes del cuerpo, especialmente de las extremidades
inferiores y los genitales. Pero no exclusivamente, como bien documenta la adjunta imagen de
una mujer fotografiada en Sudán en 1910. Esta es una enfermedad cuyo tratamiento ha mejorado
pero sigue siendo endémica en 73 países, 37 de ellos africanos, así que no hay que caer en la tentación de tomarse a broma sus grotescos efectos.
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