viernes, 15 de septiembre de 2023

La lengua en la semana 37/2023 (1ª parte)

 

Conducta sexual “inapropiada” títuló Álex Grijelmo su lingüística reflexión en El País del pasado domingo sobre la extendida eufemización derivada de la habitual traducción blanda de  misconduct. Recomendable lectura que adjuntamos como Anexo I  en beneficio de quienes no puedan acceder a la misma en la web del diario madrileño.

El Trujamán Alegres homosexuales de Esther Morillas apoya la observación de la evolución del significado de la palabra gay en un interesante ejemplo: el poema «The Nightmare» [no Nighmare] dedicado a Edmund Clerihew Bentley que prologa el libro de G.K. Chesterton [no G.H.] The Man Who Was Thursday [no Thrusday; demasiadas erratas que ahí siguen pese a nuestro tuitero aviso al CVC]. Unos versos que, como bien apunta, no figuran en la edición en español de 1922 traducida por Alfonso Reyes que durante muchos años fue la única disponible en nuestra lengua.

Entendemos que la evolución semántica de la palabra gay bien merecería una entrega complementaria, así que vamos a contribuir con una ilustración publicada en 1857 en la revista Punch que muestra un uso derivado de la denominación “gay woman” aplicada a las prostitutas en la era victoriana. 

En la sección Rinconte hemos leído Jorge Guillén. «Si del todo vivir, decir del todo»... de Marina Durañona. Un artículo sobre el poemario Cántico (aparecido en 1928 con 75 poemas que hasta 1950 no alcanzaría su versión definitiva con 334) que no cabe considerar introductorio a la obra de Guillén y requiere para su disfrute un considerable grado de conocimiento previo de la misma.

El domingo pasado ya apuntamos que entre las muchas prerrogativas que concede la práctica del humor no está la de falsificar el significado de las palabras, porque eso es lo que ese día hacía El Roto con negacionismo  (1.m. Actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes, especialmente el holocausto).

Pobre servicio a la sociedad se presta con la tergiversación del significado de tan dañina práctica.
Malagón prorrogaba el martes desde la sección de humor de 20 minutos la extensa serie de viñetas apoyadas en anfibológicos juegos con pico que recopilamos en el Anexo II para convertir la querella de la fiscalía en el piquito enterrador de Rubiales. Pero discrepamos de esa valoración porque consideramos que ha pesado más la suspensión de la Fifa y también algunas notables desafecciones dentro de la corrupta RFEF. 

Pasamos a dar cuenta de que JM Nieto hacía gala ayer de su maestría en la onomástica recreativa con un muy coreano Be Su Kin que se desmarca de la línea dominante en los ludolingüismos suscitados por el fatal beso. Hoy aporta el neologismo coprófugo que suscita por paronimia una inequívoca connotación.


Gallego & Rey tiraban el miércoles de la clásica dilogía con cateto que aprovechamos para recordar en versión de Forges publicada en El País del 16 de septiembre de 2014.


JM Esteban llevó un constitucional quiasmo a su viñeta de La Razón del jueves, mientras que Mortiner planteaba una malsonante acronimia desde La Nueva España.

La visión de Miki y Duarte del imbécil que tuvo la babosa ocurrencia de tocarle el culo en directo a la reportera Isa Balado durante un programa de Cuatro nos invita a recordar que tonto del culo es uno de los ejemplo recogidos en el Diccionario de la Lengua Española en el lema dedicado a la locución adverbial, etiquetada como vulgar, que define de la siguiente forma: 1. loc. adv. vulg. U. para intensificar la expresividad de ciertas voces despectivas a las que sigue. Tonto, bobo del culo.


Vamos con un latín, el “Patet omnibus jauna, cor valde magis” (“La puerta está abierta para todos, pero sobre todo el corazón”) inscrito sobre la puerta principal del Ayuntamiento de Pamplona que César Oroz reproduce en su mordaz tira del miércoles.

Concluimos esta primera parte, mañan más, con La mano izquierda de Ruano de Miguel-Anxo Murado publicado en La Voz de Galicia del pasado domingo, ilustrado con una magnífica caricatura del periodista glosado realizada por Ed [Edgardo Carosia].

A falta de espacio para matizar vagas afirmaciones como "se dice que hizo cosas terribles, cultivando flores del mal de verdad y no como los versos de Baudelaire, de quien Ruano escribió una biografía", echamos en falta algún enlace aclaratorio que vamos a suplir con uno al artículo La leyenda negra de César González-Ruano de 
Fernando Díaz de Quijano que explica que Ruano se aprovechó de la tragedia judía traficando con salvoconductos para los fugitivos a los que expoliaba sus bienes. Una canallada que le llevó a ser detenido por la Gestapo, aunque sin más consecuencias que un encarcelamiento de 78 días.

En cuanto a las premonitorias palabras con que finalizó el artículo publicado el día de su muerte, que también son el colofón de murado, bien merecen que enlacemos el entero artículo La costumbre (Abc, 15/12/1965).





Anexo I

 Conducta sexual “inapropiada”

por Álex Grijelmo

La blanda locución copiada del inglés se va extendiendo para referirse a casos de abusos sexuales machistas


La expresión “conducta sexual inapropiada” se va extendiendo en relación con actos que en otro tiempo se llamaron groseros o impertinentes, y que ahora calificamos con un adjetivo más certero: “machistas”.

Una simple búsqueda de “conducta sexual inapropiada” en Google ofrece decenas de ejemplos sucedidos en el mundo anglosajón y traducidos del original al español de tan benevolente manera: las acusaciones contra un presentador de la BBC (Huw Edwards), contra el dueño de un equipo de la NBA, contra el cantante Ryan Adams, contra el seleccionador del equipo femenino de fútbol de Zambia…

Me detengo como ejemplo en el caso de este entrenador, acusado el pasado julio de forzar a jugadoras zambianas para que se acostaran con él. Periódicos de todo el ámbito hispano, incluido EL PAÍS, describieron esos hechos como “conducta inapropiada”, bien en el texto o bien en titulares y destacados.

En español, es “inapropiado” o “inadecuado” aquello que no se ajusta a las necesidades de algo o de alguien, y por eso podemos decir que un piso de 40 metros cuadrados resulta inapropiado para una familia con cuatro hijos, o que un traje amarillo y verde con lunares rojos parece inapropiado para acudir al funeral de Estado por la reina de Inglaterra. Una conducta inapropiada no es un delito. Pero en aquella ocasión la palabra “inapropiados” se refería a unos supuestos abusos sexuales con agravante de autoridad a cargo de un entrenador (si son o no agresión quedará al criterio del juez).

Los actos acerca de los cuales se informaba no se referían a una conducta legítima que corresponde a la libertad de quienes compartieron lecho y que a alguien pudiera parecerle, subjetivamente, “inapropiada” (por demasiado atrevida o por muy pacata, por imaginativa o por aburrida). Se referían a un sometimiento: subordinar el juicio propio al de otra persona.

Busqué el origen común de todos estos títulos y subtítulos en castellano referidos a ese seleccionador –extremadamente parecidos entre sí–, publicados en diarios digitales españoles y americanos como Sport, El Confidencial, ESPN, Cibercuba, Record, El Periódico, Mundo Deportivo, Marca… Imaginé que el punto coincidente se hallaba en una agencia, pero las noticias aparecían rubricadas en la mayoría de los casos por periodistas distintos, lo cual debe hacernos pensar que se trata de información propia de cada uno de ellos. Ahora bien, todos citaban como fuente al diario británico The Guardian, la publicación que dio la primicia. Acudí, pues, a ese texto primigenio, y hallé este titular: “Zambia women’s football team head coach accused of sexual misconduct”. (“El entrenador del equipo femenino de fútbol de Zambia, acusado de conducta sexual inapropiada”; o “mala conducta”). El sexo del entrenador, por cierto, lo ponemos al traducir, porque en inglés no se expresa género gramatical en esa palabra.

Ahí estaba el problema: en la blandura británica copiada acríticamente de nuevo en el lenguaje público hispano, tan anglocentrista. Algo parecido ocurrió con “género”, traducción del eufemismo gender  usada a partir de la conferencia de Pekín sobre la Mujer (con auspicio de la ONU), en 1995; un término adoptado en inglés durante la época del puritanismo victoriano (siglo XIX) a fin de evitar la horrible palabra sex.

No se habla de conductas inapropiadas para definir las de un ladrón o un corrupto. Pero resulta que sí ha servido esa piadosa locución para unos cuantos episodios de abuso sexual machista. Otra vez estamos copiando del inglés... de forma inapropiada.





Anexo II: Santy Gutiérrez dio inicio el 25 de agosto a esta extensa ludolingüista serie y Marselle aportaba al día siguiente el primer pico herramienta, que es la dilogía que ha resultado más exitosa.  César Oroz añadía el domingo 27 un juego con el pico del área  dentro de su triple neología.

 

Kiko da Silva también jugó ese domingo con un doble sentido de piquito, mientras que las anfibologías con pico llegaron el martes 29 a las viñetas dedicadas a cuestiones locales del canario Padylla y el navarro JJ Aós.

Siguen las contraposiciones pico-pala de Asier y Javier del lunes 4 y de Mortiner del jueves 7. En el caso de Juan Carlos Contreras es mejor ver la versión animada que enlazamos porque guía la lectura de las burbujas de texto.





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