lunes, 18 de febrero de 2013

Placamentos y placabruptos

"El alcohol puede terminar tu fiesta"
A pesar de los esfuerzos de los operarios del Servicio Municipal de Limpieza aún son patentes en las calles de la ciudad las secuelas de algunas celebraciones de Carnaval abruptamente interrumpidas por algunos mecanismos fisiológicos de protección del organismo. Ya conocen nuestros lectores la conocida afición de este cuaderno hacia las metáforas visuales así que no nos resistimos a reproducir una campaña contra los excesos con el alcohol cuyos créditos corresponden a la agencia Soul Fast Advertising (2010). Esperemos que esta vez hayamos hilado fino para no herir sensibilidades.

Otra imagen, ya local, que nos conecta con el problema es la adjunta foto de un establecimiento de hostelería ovetense que luce un sorprendente identificador farmaceútico (nada de Photoshop, puro trabajo de encuadre). Sugerente representación del papel de los bares como dispensarios del peligroso remedio que tantos jóvenes se administran contra la inanidad en que les ha tocado vivir.

C/ Fuertes Acevedo (Oviedo)
Todo ello nos suscita una reflexión sobre la apatía con la que nuestra comunidad afronta el problema social de alcohol. Nada de gazmoñerías, en esta redacción hemos bebido, bebemos y, salvo muy fundamentada prescripción médica, seguiremos haciéndolo. Pero con dos condiciones, pedir ayuda especializada si un día notamos que "necesitamoso" beber, o dicho de otra manera si un día "no podemos no beber", y que una hipotética sobredosis será el fruto de un descuido y no de un acto deliberado.

El caso es que desde el año 2010 Asturias es la única Comunidad Autónoma española que permite el consumo de alcohol a partir de los 16 años. Algunos todavía creen que esta soledad es una forma de progresismo o incluso de vanguardismo. Fíjense que en los Estados Unidos los muy papanatas tienen el límite en la mayoría de estados en los 21 años. Y ¡miren qué curiosa (y atrasada) es Asia!, en muchos lugares de la Indiapaís el que, además, en no pocos estados está prohibido el consumo de alcohol, esa edad está fijada en 25. Pero casi peor es la apatía de quienes no comparten semejantes dislates porque a este grupo le reputamos menor necedad que al anterior. Los hechos son que tras unas iniciales declaraciones de buena voluntad por parte del anterior gobierno de Foro, nuestros políticos regionales han decido que este asunto no merece mayor atención. Recordemos que desde la oposición también pueden presentarse proposiciones legislativas.


El meollo de las relaciones causa efecto radica en el desajuste temporal que suele existir entre las primeras y los segundos. El lapso puede llegar a ser de muchos años por lo que muchos de los cruces de reproches entre políticos nos son más que tan diferentes como interesadas valoraciones de ese plazo (equiparables a las ridículas discrepancias en la cuantificación de la asistencia a las manifestaciones). 


El caso es que un día, quien sabe en que plazo, no es difícil que se encuentren con que alguno de sus hijos, crecidito ya, pero probablemente prisionero como tantos otros en el hogar familiar, les plantee la necesidad de algún tipo de tratamiento, las más de las veces será psiquiátrico, pero hasta podría ser un trasplante hepático. No descarten otros escenarios peores como una impersonal llamada de teléfono o un policía que pique en su puerta. Lo primero pregúntense qué han hecho ante los seguros indicios que avisaban del problema. Después de esta reflexión, ahora sí, igual que (en general) no se puede culpar a las autoridades de caerse por la escaleras, pero sí de que no llegue la ambulancia, traten de buscar al responsable de que las autoridades no les ayudaran a prevenir esta situación. Arduo se lo fíamos.


No olvidemos tampoco recordar que detrás del 80% de los casos de violencia doméstica están las drogodependencias, particularmente el alcohol. Otra epidemia con unas consecuentes pésimas perspectivas de futuro.


Nuestra modesta propuesta para responsabilizar a nuestros dirigentes de este grave problema en ciernes es dar un nuevo sentido a la placas conmemorativas que tanto gustan a los políticos. Si un día nos tocara, por desgracia,  enfrentarnos a este problema propondremos la colocación en la Unidad de Salud correspondiente de una inscripción, ubicada preferentemente próxima a la que recuerde la inauguración del centro, con un texto del siguiente tenor:


"La Ley 5/90 que restringió la protección del consumo de alcohol exclusivamente a los menores de 16 años en contra de las prácticas internacionales generalizadas fue promulgada el 19 de diciembre de 1990 siendo Presidente del Principado D. Pedro de Silva Cienfuegos-Jovellanos.


Los posteriores Gobiernos presididos por D. Juan Luis Rodriguez-Vigil, D. Antonio Trevín Lombán, D.Sergio Marqués Fernández, D. Vicente Alvarez Areces, D. Francisco Alvarez-Cascos y D. Javier Fernández Fernández tampoco tomaron ninguna iniciativa para corregir ese grave error que ha llenado esta Unidad de pacientes que nunca debieron serlo."


Como nombres provisionales del invento barajamos placamento (portmanteau formado con placa y lamento, también cursa con cagamento") placabrupto (de exabrupto), cuya respectiva aplicación dependerá de la intensidad de la desafección de lo escrito.


Sr. Fernández, está vd. a tiempo de ahorrar a los hipotéticos paganos del anterior placamento el eventual grabado de 25 letras. ¿No les haría ese pequeño favor?


Y es que, de momento, en esta región parece que beben en exceso hasta las bombillas.


Detalle del escaparate de "Cubico Piercing Tattoo"
 (C/Principado, Oviedo)



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