La prensa se mueve por ciclos que podríamos calificar de histéricos, aunque somos conscientes de que esa palabra ha sido llevada a la desgracia por su etimología basada en el nombre griego de la matriz de las mamíferas, porque hubo semanas en que no había noticiario que no hiciera un seguimiento en directo de las colas de acceso y
Para lo que parece que no hay narices es para informar a los españolitos sobre cuáles son las compañías de juego por internet que putean a nuestro fisco desde ese paraíso fiscal. Como es el caso de bet365, 888 o bwin, sí, sí, la de las camisetas del R. Madrid. ¡Pintoresco el mundo que nos ha tocado vivir!, el que para muchos es el mascarón de proa del llamado "nacionalismo español" resulta que es financiado por uno de los pilares económicos de los tocapelotas de los gibraltareños. Pues así es. Aunque nos da al impresión de que acabamos de perder la posibilidad de ser patrocinados por alguna de las empresas de Florentino & Co. En eso andamos menos listos que la prensa al uso. Y así nos va.
El que ha estado realmente fino es el librero de viejo del Campillín ovetense, Anticuaria es el nombre del establecimiento, sacando al escaparate un impagable (literalmente, porque no lo vende, así que hemos tenido que recurrir a una foto del escaparate; de ahí la mala calidad de una imagen afectada por los reflejos del vidrio) ejemplar de la Hoja del Lunes de Gijón fechada el 11 de diciembre de 1950. Eso era mandar, cuando el Caudillo hablaba de Gibraltar todo el mundo a contarlo, y en portada. La verdad es que no afinó mucho D. Francisco porque hoy mueve a la risa aquello de "Se trata de una fruta que cualquier día ha de caer" o "El Peñón no tiene valor alguno: su situación geográfica lo ha colocado modernamente a nuestra merced". Pues menos mal que llevan desde los cincuenta a nuestra merced.
Los más futboleros habrán advertido enseguida que aquellos eran tiempos en los que que el Sporting jugaba en Primera (¡con solo 16 equipos!) y el Oviedo en Segunda. Los gijoneses goleaban y los ovetenses ganaban en Orense lo que una categoría más abajo no han sido capaces de repetir el domingo pasado. A nosotros que esto del fútbol no nos ocupa mucho lo que más nos llama la atención de esa crónica deportiva es el uso del calificativo estrepitoso en sentido positivo. Una "estrepitosa victoria" se dice, cuando hoy esta palabra se asocia sistemáticamente con fracaso y similares. Mudanzas de los usos lingüísticos.
Volvemos a Mariano Presidente-que-no-me-apeo-del-burro para terminar esta entrega que no les robará mucho tiempo más. Lo de los cantazos subconscientes de los jerarcas del PP empieza a dar para una tesina. Pueden pinchar aquí si quieren rememorar lo de Cospedal y volver a ver aquel el lucido tatuaje (está al final del apunte). El caso es que la ya famosa respuesta "hay cosas que no se pueden demostrar; no tiene sentido decir que haría si no se puede demostrar" que intentó arreglar con un postrero "no hubo financiación ilegal" está al borde de ser una confesión no sólo del feo montaje financiero sino, incluso, del doloso borrado de los famosos discos duros.
Con todo, tenemos que censurar a la periodista Sara Eisen que no tuviera preparada una continuación más incisiva, como podría haber sido repreguntar ¿cómo pudo un tesorero distraer en beneficio propio millones de euros si todo el dinero entraba en el partido por cauces legales y, por tanto, objeto de registros auditables?
Y es que un tesorero solo puede afanar la pasta que le entregan en negrísmos billetes. Una pena porque en España no conseguiremos que se deje formular esa pregunta. Así de democrático es nuestro sistema.
Otra duda que sería bueno que nos despejara, es si eso de que sólo dimitirá ante una eventual sentencia condenatoria incluye el caso de que no se produzca condena por prescripción de los delitos.
Una última pregunta, esta para los lectores, ¿puede salir este país adelante con prescripciones de cuatro años para los delitos de financiación ilegal de los partidos? No esperen que sea Gallardón quien se ponga a trabajar sobre ese asunto.
Prometido que este fin de semana nos dejamos de temas cabreantes y publicamos algo más ligero y relajante. Ahora que hemos perdido el favor de Florentino no podemos arriesgarnos a que nos ocurra lo mismo con el suyo.
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