domingo, 25 de marzo de 2018

Cosas de la lengua (12/2018 - 2ª parte)


Comenzamos esta segunda parte en Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico. Un blog que el pasado sábado se ocupaba en el artículo Juegos de palabras en inglés (y II) de otro concurso lingüístico del Washington Post. En este caso el consistente en dar una nueva definición a una palabra ya existente. Se aportan quince ejemplos entre los que nos han gustado particularmente dos que acompañamos con unas ayuditas para los niveles de inglés más bajos.


flatulence: emergency vehicle that picks up someone who has been run over by a steamroller (una apisonadora; la que te deja flat)


gargoyleolive-flavored mouthwash (atiendan a la fonética final en oil, mientras que gárgara es gargle en inglés)

La que mejor soporta la traducción al español nos parece negligent (absentmindedly answering the door when wearing only a nightgown), negligente que recibe en negligé.


Y entre las muchas viñetas dedicadas al escándalo Facebook que se han publicado esta semana, cabe considerar la de Bob del jueves como una variante escenificada del juego anterior.

La segunda entrega de 'Idiomas cooficiales y ejercicio de la medicina en la sanidad pública' se ocupó de la lengua vasca. Un médico que se cita lo resume con un "Estoy encantado con cómo se trabaja en Osakidetza, pero se utiliza de forma excluyente: si no lo aprendes, al final no tienes opciones".

Y el miércoles se ocuparon de la sanidad catalanoparlante en la tercera y última entrega de la serie“Nunca me ha supuesto un problema con los pacientes” es la frase de una médica que no quieren entender demasiados políticos. Hacer patria va para ellos por delante de hacer salud.  Ideología antes que Sanidad titulaba ayer El Mundo su comentario sobre las medidas recién adoptadas en Baleares (con apoyo, por cierto, del Psoe).

Lo que nos ha sorprendido es ver a Fernando A. Navarro  cuestionando el uso médico de la informática en el artículo titulado Ordenadores en el consultorio: ¿ayudan o estorban? Obvio resulta que toda herramienta es susceptible de ser mal utilizada, máxime las electrónicas, pero convertir un dibujo infantil en argumento capital de su exposición nos parece todo un exceso.


‘Water’ (I) fue la contribución del mismo autor al Día Mundial del Agua. Un artículo que se ocupa de las dificultades de traducción de ese término que se utiliza con frecuencia en inglés como eufemística referencia al pis.

Hace mucho tiempo que no reseñamos artículos de la diaria sección del Centro Virtual Cervantes denominada  Rinconete. Bastante largas no salen ya estas croniquillas que esta semana hemos tenido que repartir en dos entregas. Pero nuestra afición a la etimología nos obliga a recomendar "Historias de palabras (23). Hurí" de Alberto Montaner. Un artículo en el que pueden ver con detalle como la raíz del término que designa a 'Cada una de las mujeres bellísimas creadas, según los musulmanes, para compañeras de los bienaventurados en el paraíso' deriva de ḥūr, plural de ḥawrāˀ. Una voz aplicada originalmente a los ojos de las gacelas en las que la negrura de las pupilas contrasta marcadamente con el blanco del globo ocular.

La entrega precedente de esa etimológica serie que se publica con cadencia mensual estuvo dedicada a  "Logotipo". En la misma aprenderán que el neologismo fue acuñado por Charles Stanhope, tercer conde de Stanhope (1753-1816), en un texto inédito citado por Thomas C. Hansard en su libro Typographia (1825). Es, por tanto, una de esas escasas palabras con partida de nacimiento.

Centro de día es el último neologismo tratado en la sección del Cervantes que se actualiza los martes. Para centrar la cuestión, Rosa Estopà aporta el dato de que el 8 % de la población iberoamericana tiene más de 65 años. Curiosa se nos ha hecho la elección de Iberoamérica como ámbito geográfico de referencia en un artículo sobre el español. Imaginamos que sea por accesibilidad estadística. En todo caso conviene añadir que la cifra señalada ya se alcanzaba en España en 1960 y ahora roza el 19%. En esto somos una vetusta anomalía en nuestra comunidad de hablantes.

Estos centros que ofrecen una atención diurna especializada para personas dependientes, nacieron en los años ochenta a través de programas que se hicieron necesarios por los cambios en rol socioprofesional de la mujer, que es quien tradicionalmente ha cargado con el peso de la atención a los mayores, y también por la decreciente convivencia de los abuelos con sus hijos.

Advierte la autora que, desde el punto de vista geográfico, se documenta mucha variación léxica que, además, no resulta exclusiva del español. Un rasgo que apunta como uno de los motivos de la escasa presencia de este sintagma en los diccionarios de referencia. También señala que el concepto de centro de día originariamente era más amplio y se aplicaba, genéricamente, a todos los destinados a cubrir, de forma no residencial, las necesidades de algún colectivo específico.

Como no hace mucho reflejaba una viñeta de Idígoras en el diario Sur, sugerir/pedir/exigir cambios en el Diccionario está de moda. Esta semana ha sido el Círculo Fortuny, la asociación española que representa a las empresas españolas de productos de alta gama, la que ha pedido a la Real Academia Española (RAE), a través de sus representantes Enrique Loewe  y Carlos Falcó, que modifique la definición de la palabra "lujo"(enlace a la noticia).

El caso es que, actualmente, el Diccionario de la RAE incluye tres acepciones de lujo:

1. m. Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo.

2. m. Abundancia de cosas no necesarias.

3. m. Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo.


No sabemos de donde saca Falcó que en el Diccionario la palabra "lujo" tiene que ver con "algo reservado a los ricos y que, de alguna manera, es ocioso y no sirve para nada". En todo caso, el propone relacionarlo con "algo singular, donde participe la emoción", que "busque de alguna manera la cultura y que dé la sensación de que sea algo irrepetible". Diríase que lo que quiere es un anuncio. Hasta JM Nieto dedicó a la cuestión una de su viñetas en Abc de esta semana.

Por nuestra parte, ni vemos esas definiciones tan negativas, ni nos sobra ninguna, aunque la tercera nos parece mejorable desplazando el foco de los medios a lo hábitos. Daría así cabida a ese "un lujo a su alcance" que tanto gusta a los publicistas. 

'Ghosting', 'benching' y 'zombing': el diccionario 'millennial' de las rupturas es el título de un artículo publicado en El Mundo, del que nos ha interesado particularmente un término que no aparece en el enumerativo título: breadcrumbing. Una palabra derivada de breadcrumb (migas de pan; expresión que también tiene uso informático), por lo que, vendría a ser algo así como ir dando migajas emocionales. Ofrecer, en definitiva,  lo mínimo para tener a una persona ahí. En el territorio de las relaciones de pareja, podría decirse que para solventar apretones. Harper´s Bazaar también se ocupó hace algún tiempo de ese anglicismo.

Finalizamos recordando que Puebla señalaba no hace mucho en Abc otras facetas del breadcrumbing.







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