martes, 3 de noviembre de 2020

Homenajes del humor gráfico a Sean Connery


En La semana en viñetas 44/2020  ya anticipamos los homenajes a Sean Connery que recopilamos en el humor español del domingo. Comenzamos este apunte con un recordatorio de esas viñetas encabezado por la de Marselle.

Siguen otras piezas también inspiradas en los papeles como agente 007, aportadas por JJ Aós (Diario de Navarra) y Ángel Idígoras (Sur).


Los hermanos Idígoras asimismo insertaron una discreta mención en la pasada edición de su dominical La plaza Noniná, mientras que Padylla optó por el personaje del franciscano Guillermo de Baskerville que el actor escocés intrepretó en 'El nombre de la Rosa' y Santy Gutiérrez realizó un apretado resumen de la filmografía de Connery, si bien carente de caricatura.   



Asier Sanz (Deia) aplicó a la victoria de su querido Athletic una popular escena de 'Indiana Jones y la última cruzada' (1989), Garitano es quien pilota la moto, un film que tambén inspiró el homenaje del dibujante argentino Bernardo Erlich (enlace a un videorrecordatorio de esa cuenta hasta veinte). Hemos emparejado ese dibujo con el único que vimos sobre este aunto en la presa españla de ayer, el retrato de Sciammarela en El País.


Particularmente sorprendente nos ha parecido el escaso eco en el humor británico. Apenas hemos encontrado un boceto de Bob Moran, colaborador del Daily Telegraph, y un viñeta de Graeme Bandeira en Yorkshire Post.


El austriaco Marian Kamensky también se apoyó la subida al cielo en un jetpack, detalladamente representado en su caso (enlace a un vídeo de Thunderball).


El dibujante estadounidense Clay Jones y el alemán Paolo Calleri coincidieron en situar en la recepción del cielo al malvado antagonista de Bond Ernst Stavro Blofeld. Una tópica necrológica esa de la llegada al cielo, a la que también recurrieron el francées Ménégol y el australiano Mark Knight, aunque este dio a a la suya un toque diferencial al escenificar una elegante entrada a bordo de un icónico Aston Martin DB5


El también australiano Peter Broelman pone una macabra ironía final.


Aunque hemos dejado fuera de esta recopilación algunas que nos han parecido demasiado tópicas, tenemos que reconocer que esperábamos un mayor eco humorístico. Pero como hemos andado un poco faltos de tiempo de rastreo, es probable que todavía tengamos ocasión de añadir alguna pieza más que nos parezca destacable. 






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