martes, 23 de abril de 2013

Menosabios (no confundir con monosabios)

Ya es conocido por nuestros lectores veteranos que somos partidarios de utilizar el sobreexplotado aforismo "rectificar es de sabios" rematado con la coda "de más sabios es no tener que hacerlo". Si a ello unimos que desde que vimos el cameo de Camilo José Cela en la película "La Colmena" (1982) interpretando al personaje Matías Martí, el "inventor de palabras" que el escritor creara en su propia máquina de escribir, sentimos una irreflenable compulsión a enriquecer nosotros también el léxico patrio y dotar de compañeros al bizcotur, "dícese del que sobre ser bisojo y malencarado mira con aviesa intención" al que Cela saliéndose del guion añadió la morcilla "puede también usarse como sustantivo".



Hacemos un inciso para recomendarle que si ha tenido la curiosidad de consultar el enlace con el fragmento de "La Colmena" que le hemos facilitado no desaproveche la ocasión de pasearse por algunas de las recomendaciones que sin duda le habrá hecho Youtube y particularmente por esta en la que en el breve lapso de un minuto y seis segundos podrán rememorar el descaro del Nobel gallego y cómo era Mercedes Milá antes de profesar como misionera de la congregación del "Gran Hermano" (que hoy "Día del libro" está en plena promoción de su libro "Lo que me sale del bolo", a nosotros nos sale no comprarlo). Hay que estar atentos, el plano apenas dura un segundo (en el min. 0:53), para reparar en el aspecto que lucía por entonces, mismo año del estreno de la película, el periodista José María García, asturiano de adopción nacido en Madrid.


Retornamos al asunto de los sabios y con el fin de diferenciar a los auténticos, los que no necesitan rectificar, de los que sólo aciertan al segundo o superior intento, proponemos aplicar a estos últimos el neologismo menosabios de evidente génesis, muy próxima a la denominación de los auxiliares de las plazas de toros cuyo nombre procede de la similitud de su indumentaria (blaugrana por cierto) con la de los protagonistas de un espectáculo circense que a mediados del siglo XIX era interpretado en Madrid por los llamados "monos sabios".


Para estrenar nuestro flamante neologismo, el día de la fecha la Junta Directiva del "Club de los Menosabios" acaba de aprobar por unanimidad la admisión en el mismo con la categoría de menosabio de número a  D. Ramón Luis Valcárcel Siso, presidente de la comunidad autónoma de la Región de Murcia desde 1995, quien creara la figura del Defensor del Pueblo de la Región de Murcia por medio de la Ley 6/2008, de 20 de noviembre y la suprimiera por Ley 14/2012, de 27 de diciembre, con la que pone fin a un cuatrienio de error. Las funciones han sido asumidas por la Defensora del pueblo estatal, parece que sin mayores traumas.


Otra Comunidad Autónoma que ya había prescindido un año antes de esta figura es Castilla-La Mancha en la que mediante la Ley 12/2011  la supresión de la figura del Defensor del Pueblo en esa región, cuyas funciones también fueron asumidas por el equivalente organismo nacional. Como en este caso el redundante organismo no fuera creado por un gobierno presidido por quien lo suprime, no le cabe a Dª María Dolores de Cospedal optar al nombramiento, lo que se ha suplido con la aprobación de una mención especial, dado que en la misma Ley también suprimió otra inutilidad llamada Consejo Económico y Social.


También se ha aprobado en la solemne reunión del "Club de los Menosabios" conminar a D. Javier Fernández Fernández, Presidente del Principado de Asturias (damos fe a nuestros lectores foráneos que este señor existe), a que presente su candidatura al amparo de un muy deseable acuerdo de igual rango y alcance que los anteriores. Aunque el mismo no fuera quien presidiera el Gobierno que creó la Procuraduría General del Principado (Ley 5/2005), tratándose de un miembro de su propio partido nuestros estatutos le permiten optar a tal distinción. Con ello las arcas de esta atribulada región ahorrarían la bonita cifra de 1,8 millones de euros a cambio de la muy asumible molestia de que las 307 quejas que se han tramitado en 2012, significamos que no llega a una diaria, fueran asumidas por el órgano previsto en la Constitución Española para estos casos.


Si tiene curiosidad, paciencia, tiempo ocioso y algunos conocimientos de lectura diagonal recomendamos a nuestros visitantes echen un vistazo a la formidable (por su tamaño) memoria de 304 páginas, bonito numerológico detalle que casi igualen las quejas, que ha presentado nuestra flamante Procuradora General para dar cuenta de su actividad en 2012. Verán joyas de la prosa inflacionaria que convierte en el texto de la Presentación en cerca de 600 actuaciones las posteriormente 540 confesas en las que se transforman las ya citadas quejas a fuerza de engrosar las estadísticas con variopintas iniciativas propias. Ya saben, "acusatio non petita..."


A título de ejemplo les mostramos para que tala arbolitos nuestra Administración. Vean el indispensable gráfico sin el cual los ciudadanos difícilmente alcanzaríamos una cabal comprensión del reparto de las quejas entra las iniciativas personales y colectivas.



Aún a sabiendas de las deficiencias que tiene el estadístico conocido como media, que si usted hace dos viajes a Cuba y nosotros ninguno (el ejemplo viene a cuento por un asunto del que hablaremos próximamente) esa medida dice que hemos ido una vez cada uno, no podemos renunciar a su sencillez para expresar que cada queja nos sale a casi 6.000 euros. Así que si cada vez que un chófer de autobús se deslengua (queja Q20120019) la cosa va a salir por un milloncete de pesetas alguien tendrá que tomar medidas, máxime cuando Dª María Antonia Fernández Felgueroso ya ha alcanzado la edad de jubilación y no se le causaría especial perjuicio laboral.

Una curiosidad, ¿alguno de ustedes sabría decirnos a cuantos m2 por queja sale la flamante sede del engendro? No duden en enviarnos cualquier noticia sobre este u otro asunto a sofi7vetusta@gmail.com

Finalizamos mostrando nuestra sorpresa porque las concentraciones en defensa de una institución se hagan en papel con membrete de la propia institución. Pero lanzamos una advertencia a los concentrados de hoy, mucho cuidado no vayamos a preguntarles si se se han leído la memoria de la defendida. Alguno ya salió corriendo.






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