viernes, 26 de abril de 2013

Se nos despistan hermanas


El hermanamiento de ciudades lo inventaron entre París y Roma a mediados de los años cincuenta, cuando se declararon amor, no sólo eterno sino, además exclusivo, con un solemne «Seule Paris est digne de Rome; seule Rome est digne de Paris» (en italiano  «Solo Parigi è degna di Roma; solo Roma è degna di Parigi»).

Los imitadores actuaron con la astucia que hizo grande a la industria japonesa y mejoraron lo copiado, dejándose de exclusividades, porque el mundo es ancho y viajable. 

En España esta práctica arraigó con el advenimiento de la democracia y ha contado con entusiastas promotores como Enrique Tierno Galván, quien de una tacada vinculó entre sí a las 22 capitales Iberoamericanas, incluida por tanto Lisboa, con una solemne "Declaración de hermanamiento múltiple y solidario". Pero los restantes alcaldes de la capital también han ido poniendo sus granitos de arena y, actualmente, las hermanas de Madrid ascienden a la bonita suma de 39.

Ya hemos podido comprobar en otro momento que para ser alcalde de la capital no se piden conocimientos de inglés, pero no se yo si a ustedes, caso de tener hermanos, les parecería bien que se olvidaran de su nombre. Así que desde aquí proponemos que, en lo sucesivo, a los candidatos a cualquier alcaldía, pero particularmente a esa tan señalada, se les exija que reciten de corrido sus ciudades hermanas. A ver si algún periodista recoge el guante y somete a la "prueba de las hermanas" a Dª Ana Botella.

Y es que algunos te firman lo que les ponen delante y luego ni saben donde estás. Fíjense donde sitúa Madrid el motor de búsqueda de la organización Sister Cities International que gestiona los hermanamientos de más de 400 ciudades norteamericanas (dicho sea de paso, la contraparte estadounidense de Madrid, que es Nueva York, se conforma con tener una docena de hermanitos).


Nos acercamos a nuestro territorio natural para comprobar que nuestro Oviedo tampoco ha hecho mal esto de los hermanamientos, aunque apreciamos un cierto desorden administrativo y, aunque parezca feo, no estamos muy seguros de cuantas hermanas tenemos por el mundo. Diríase que, en esto, tenemos algo de borbónicos (lo que nos recuerda que les debemos la historia del medallista olímpico de sangre, que no apellido, real). El caso es que en la correspondiente página de la web municipal se consignan 16, pero no sabemos que les habrá pasado a sus responsables con los cántabros para que se omitan los notorios casos de Santander y Torrelavega. Mal rollo no parece que haya, cuando a la vecina capital cantábrica hasta le hemos regalado una reproducción de la catedral ovetense que está situada en su Alameda de Oviedo.

Alameda de Oviedo en Santander

También echamos de menos en la relación oficial a la villa de Móstoles, séptima soror nacional y primer acuerdo de estas características firmado por nuestro actual alcalde, que esperemos no se proponga mantener el ritmo ligeramente superior a un hermanamiento anual impuesto por su antecesor. Con ello, nos aventuramos a establecer en 19 el número de nuestras hermanas, en contradicción con la Wikipedia, que omite la ciudad israelí de Holon. No debe ser fácil llevar la contabilidad de estas cosas.

A pesar del error anterior, como  siempre andamos en busca de un verdadero Récord Guinness para nuestra ciudad, volvimos a recurrir a la Wikipedia para analizar como nos posicionábamos en este asunto. Descartado el récord absoluto, una vez conocidas las cifras de la capital de estado, percibíamos alguna oportunidad en la categoría de "hermanos per cápita", pero tan pronto como llegamos a la letra c del anexo que les hemos hipervinculado vimos nuestras esperanzas frustradas. Y es que la ciudad de Cádiz, que tiene una población netamente inferior a la ovetense, cifra nada menos que 30 hermanamientos. Y quizá ya sea alguno más, porque menudo ritmo lleva Dª Teófila Martínez, que pronto cumplirá 18 años como alcaldesa de la "tacita de plata" y le ha cogido gusto a este asunto. En su segundo mandato no baja la media de dos hermanamientos anuales. Ni los nueve meses de reglamento respeta esta señora.

El escaso desarrollo de internet en Cuba nos impide saber con precisión como está este asunto por allí, pero barruntamos que La Habana bien podría tener el récord mundial absoluto de hermanamientos, porque ya se sabe que los calores tropicales fomentan la fertilidad. La Wikipedia relaciona 49, pero no descartemos que haya alguna más, porque para cualquier alcalde que se precie de tener conciencia social, La Habana bien vale un viaje (o varios). Al nuestro, la posibilidad de ese encuentro fraternal se la pisó Gijón, que anduvo más rápido, y en 1994 ya tenía firmado un acuerdo. Así que nuestra Vetuasta tuvo que conformarse con Santa Clara que, aunque no sepamos que tanto nos une con ella, a nuestros concejales más de izquierdas, con tal de poder mamar periódicamente un poco de revolución, tanto les da. De hecho, un periodista local (de allí) no dudaba en calificar al concejal D. Roberto Sánchez como "embajador permanente". Qué hábil nuestro regidor que tenía bien claro que si la oposición está por allí, pues no está por aquí. De perogrullo.

Es obligado reconocer en favor de Gijón que una vez que pillaron la codiciada Habana (que tiene 9 hermanas españolas) se han mostrado muy comedidos y solo han añadido un nombre más a su breve lista de 6 que lleva casi 20 años invariable.

Con todo esto las que han ido desapareciendo son aquellas señales que en tiempos mostraban a las entradas de las poblaciones con quien estaban hermanadas porque en no pocas ocasiones, ni reciclando los enormes cartelones del Plan E se consigue el espacio necesario. 

Lo que sí parece es que por aquí falta un poco de imaginación, porque no se creerán que los alcaldes de París y Roma se iban a quedar con un solo hermano, así que inventaron otras figuras que dan plena justificación a muy diversos saraos. Esto de la cooperación es como una musa que inspira bellísimos parlamentos. París ha tenido un golpe de genialidad modernista al inventar un concepto que puede dar mucho juego en las manos adecuadas: el "hermanamiento digital". Una categoría que ha inaugurado con San Francisco y que, por muy digital que proclame su nombre, seguro que no obliga a relacionarse exclusivamente por Facebook.

Lo que se echa en falta es que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) encargue un estudio sobre el estado de la cuestión y proponga nuevas fórmulas, porque la información que proporciona actualmente en su web sobre este asunto está escandalosamente desactualizada. Y tampoco funciona la herramienta para buscar hermanamientos, que nos hemos quedado con la curiosidad de saber como era ese invento. Ten una flamante Área de Relaciones Internacionales para esto.

Un interesante apartado del propuesto estudio sería el análisis de las afinidades y vínculos que han dado lugar a los actuales hermanamientos. Y es que, si ignoramos el origen del nuestro con Santa Clara, aún no intriga más el de Gijón con Novorossysk. No digamos el de Palos de la Frontera con la ciudad japonesa de Oofunato que, por cierto, fue una de las que más sufrió el tsunami de 2011. Seguro que entonces si que funcionaba la herramienta de búsqueda de pareja.

Con nuestro tradicional espíritu constructivo, en las próximas semanas haremos algunos planteamientos para establecer nuevos vínculos. Avanzamos que nuestra primera propuesta para Oviedo será formar la "Red de Ciudades con Monumentos-culo".

Por lo pronto lo que hay que hacer es ir poniendo señales como la adjunta para que los ciudadanos tengan claro los hermanos que tienen por el mundo.





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