Al margen del increíble caso de los controladores aéreos a quienes Pepiño Blanco dio un sustillo que moderó un poco su conflictividad, bien que sin una dramática merma de sus increíbles prebendas, si hay un colectivo privilegiado que ha venido tocando los cojones a los españoles repetidamente durante años, ese es el de los maquinistas de Renfe.
Ayer se pusieron, una vez
más, en huelga, aunque para el simple ciudadano que trate de informarse por la prensa resulte imposible saber con cuanto éxito. “Renfe dice que solo el 4% de los empleados que debían acudir hoy a su
puesto de trabajo no lo ha hecho, mientras que los sindicatos convocantes
calculan que se han sumado al paro el 90%” nos informa El País.
Señores, esto no es periodismo, sus lectores se merecen
algo más que la simple transcripción de la propaganda de las partes
enfrentadas. Y, de paso, hace hay que hacer un poco de escarnio de quien más
mienta, que ya nos extrañaría que en este caso la verdad esté en el promedio.
Este país necesita con urgencia una campaña para desterrar estas falsificaciones tan burdas de los hechos.
También es llamativo lo normal que nos parece no recibir información alguna sobre las
terribles afrentas que “fuerzan” a esos trabajadores a ese último recurso que
es la huelga. Ese derecho que, a fuerza de que no haya güevos para regularlo por ley como la
Constitución prescribe, se ha convertido
en una arma al servicio de los colectivos privilegiados (sí, nos repetimos, pero nos parece
un indicador escalofriante de la inmadurez de nuestra democracia). ¡Ay, si algunos
honrados líderes obreros del pasado levantaran la cabeza!
Volviendo a lo
de Renfe, nosotros símplemente vamos a transcribir lo que se dice en algunos
foros especializados (sírvanse enviar los desmentidos documentados con fotocopias
de la nómina y de los partes de trabajo):
“de los 5.200 maquinistas en nómina de Renfe [son datos de 2012], 700 maquinistas (aproximadamente el 15%)
NO CONDUCEN, porque se dedican a otros menesteres como por ejemplo ser jefes de
los 4.500 restantes, dar formación a otros compañeros, ser liberados
sindicales, etc, etc. Recomponiendo los datos anteriores, tenemos que los 4.500 maquinistas que sí conducen
hacen 578 horas de media al año, o lo que es lo mismo, 2,65 horas/día en
220 días de conducción”.
…
“hemos estimado un salario medio de 55.000 euros/año para
estos profesionales y un coste para la empresa [que perdió 209 millones de euros en 2014] de 65.000 €/año”
Ministra, esto es auténtica pornografía que, en un
país con cuatro millones de parados, quizá debería ser delito. Entretanto, los llamados sindicatos de clase callados como
muertos. En su código la condición de trabajador prevalece sobre la de sinvergüenza. Como la de militante del partido sobre la de golfo.
Qué bien retrató esta moral Cordell Hull, el Secretario de Estado de
Roosevelt, cuando dijo, refiriéndose a Somoza, aquello de «puede que sea un hijo
de puta, pero es nuestro hijo de puta». Pues es lo que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario