Los pozos de los deseos son elementos tradicionales del folclore europeo que entroncan con el ancestral culto al agua por su condición de fuente de vida. Los manantiales se convirtieron así en lugares idóneos para establecer contacto con las deidades a las que se encomendaba la concesión de los deseos formulados, un ritual que pasó a completarse arrojando monedas como prepagada señal de agradecimiento. Conviene añadir que la antigüedad clásica también conoció el depósito de tablillas de maldición (en latín defixio y en griego katádesmos), láminas de plomo enrolladas tras grabar la correspondiente imprecación. Un considerable número de las mismas ha sido encontrado, por ejemplo, en las termas romanas de la ciudad inglesa de Bath.
En algunos casos, la tradición ha sustituido las monedas por escritos con los propios deseos, una práctica que entronca con otras tradiciones tan arraigadas como la que
se desarrolla en el "Muro de las Lamentaciones" de Jerusalén. Un destacado ejemplo de
esta tipología de pozo es el ubicado en el santuario de Santa Rosa de Lima, la primera santa de origen americano, que es la patrona del Perú.
Lo cierto es que como no se encuentran tantos pozos en los principales enclaves turísticos, han sido los parques Disney los que han asumido la responsabilidad de subsanar tan lamentable carencia. Y lo han hecho de la mano de su versión cinematográfica de la historia de Blancanieves (1937) en la que el ritual consistía en escuchar el eco del deseo formulado. Por si no lo recuerda:
Así que en las
proximidades de los castillos que invariablemente ocupan un lugar central en
esos exitosos centros de ocio se encuentran pozos oportunamente sonorizados
con la canción de Blancanieves. Una placa recuerda que los deseos del
ejecutante ayudarán a convertir en
realidad los sueños de los niños. Sutil referencia al destino de las monedas
arrojadas, que en esos parques son una auténtica plaga que se extiende a todo tipo de rincones con presencia de agua. No está muy claro que esperan algunos que les
concedan los "Piratas del Caribe" o los “entrañañoños” personajes de “It´s a Small
World”.
El culto al agua y a los manantiales dio origen en la
Antigua Roma a la costumbre de construir monumentos en los lugares en que
terminaban los acueductos que abastecían de agua las ciudades. El punto final del Aqua Virgo (en
italiano Acqua Vérgine, así llamado porque el manantial que capta habría sido descubierto
por una virgen romana llamada Trivia en el año 19 a. C.) tras 22 km de recorrido, es el lugar en el que
se erigió en el siglo XVIII la conocida “Fontana de Trevi” (detalles
constructivos aquí)
que toma su nombre de su emplazamiento en el cruce de tres calles (en italiano tre víe). Es conocido que antiguamente
los soldados bebían ritualmente sus aguas para invocar la suerte
necesaria para volver con vida de la guerra, pero no está claro cuando se
sustituyó esa costumbre por el lanzamiento de una moneda.
Si es conocido que la gran impulsora de la leyenda de la Fontana de Trevi en una época en que el
turismo internacional era todavía un esparcimiento de élite, fue la película “Three Coins in the Fountain” (Jean
Negulesco, 1954) que en España se tituló “Creemos
en el amor”. El título original hace referencia a las vivencias de tres mujeres distintas de las
que tan solo dos cumplen con el rito (la novela de John H. Secondari en que se
basa la película se titula simplemente “Coins in the Fountain”).
Arriba: Richard Nixon y su esposa “Pat” ejecutan el ritual ajustándose al canon en 1957. El era entonces vicepresidente de Estados Unidos. |
Según el canon
debe hacerse de espaldas y lanzando la moneda con la mano derecha por encima
del hombro izquierdo, detalle este último que no solo incumplen las ejecutantes
cinematográficas (tráiler del film, la escena comentada está en el min. 1:55), sino también la mayor parte de los
turistas. Ello no impide a las tres protagonistas de la cinta vean finalmente cumplidos sus románticos deseos. El triple lanzamiento que se infería del
título, en realidad una metáfora de las tres historias de amor, acabó dando pie a significados sobrevenidos por
los que una moneda garantizaría el retorno a la Ciudad Eterna (hasta aquí llega la auténtica la tradición), dos traerían un romance y tres serían las necesarias para que la
cosa acabara en boda. Sea como fuere, el importe de las recogidas es
considerable y ya ha llegado a superar el millón de euros algún año, para
alegría de los responsables de Cáritas que es la organización
beneficiaria de lo recaudado.
En ese gran santuario de las réplicas que es la ciudad de
Las Vegas, no podía faltar una copia de la fuente romana que está situada en una
de las entradas de la galería comercial del Caesars Palace. No es la única existente en la meca del juego, porque una de las tiendas de Fendi (la de la galería comercial Crystals) ha instalado su particular versión, aunque realizada a una escala bastante menor. Y los coreanos también han querido tener su propio ejemplar de la Fontana de Trevi. que
está emplazado en el parque de atracciones Lotte World de Seúl.
En el sentido de las agujas del reloj: original, Cesars Palace, Tienda Fendi y Lotte World |
En Las Vegas pasa como en Disney, las monedas están por
todas partes. La práctica no solo no se desincentiva, sino que en algunos casos se estimula con
placas que especifican el beneficiario de la recaudación, como vemos en la
colocada en la fuente de la entrada principal del citado Caesars Palace.
El inventario de lugares en los que los americanos arrojan
monedas es inacabable, por lo que solo añadiremos una referencia más. El Metropolitan Museum de Nueva York, el famoso Met, tiene diversos
puntos de acopio numismático, como el curso de agua que rodea el Templo de Dendur
o el estanque con peces koi del Astor Court dedicado a la cultura china. Pero
la gran estrella es la
fuente del Patio Grecorromano de la que adjuntamos una imagen ilustrativa de lo
que es capaz de llegar a cargar a pesar de las periódicas recogidas que se hacen.
Terrible servidumbre turística la de visitar los museos, así que con algo
hay que entretenerse.
Saltamos a Europa, aterrizando, no por casualidad, bien cerca
de nuestra Vetusta para constatar
uno de tantos casos de conjunción de rituales religiosos y paganos. Uno de los
puntos de España en que es más popular el lanzamiento de
monedas es el estanque del Santuario de Covadonga. No podemos cuantificar el éxito porque no tenemos
noticias de se hagan públicas las recaudaciones. Cierto que en este caso la recogida
se hace muy de tarde en tarde, la última tuvo lugar cuando habían transcurrido seis años desde la anterior, porque solo se efectúa cuando se procede al vaciado del estanque para obras de mantenimiento. Y ya se ha visto algún caso de quienes han querido ahorrarle al obispado la tarea.
Otra leyenda de Covadonga que cuenta con bastantes seguidores es la
asociada a la adyacente Fuente de los Siete Caños (parte inferior izda. de la foto). Así la explica una popular copla:
La Virgen de Covadonga
tiene una fuente muy
clara;
la niña que de ella bebe
dentro del año se casa.
Como tantas veces hay algunas tergiversaciones y, con
frecuencia, el rito se enuncia transformado en que se debe beber de cada uno de
los siete chorros. Hasta hay quien añade que debe hacerse sin respirar. Esto ya es un
poco de mala uva, porque los siete caños son un añadido de posguerra diseñado por el arquitecto Luis Menéndez-Pidal Alvarez y no es difícil encontrar fotos que
documentan el antiguo aspecto de la entonces llamada “Fuente del matrimonio”. Imposible beber de siete caños en aquella.
Volamos ahora hasta San
Petersburgo para visitar al Chizhik
Pyzhik (pequeño lúgano) cuyo nombre es el título de una popular canción
infantil rusa, así como el apelativo que se daba a los estudiantes de la
Academia Imperial de Jurisprudencia. Ello por el amarillo y verde colorido de sus
uniformes, que recordaban el plumaje del pajarillo. Como recuerdo, en 1994 se colocó un pequeño bronce de tan solo 11
cm de altura, realizado por el artista georgiano Rezo Gabriadze, en el estribo del conocido como Primer Puente de los Ingenieros que da acceso
al Jardín de Verano. Dentro de las
muy variadas costumbres que ha creado esta ciudad rusa para mayor deleite de turistas, se incluye la de arrojar
una moneda pidiendo un deseo que supuestamente se cumplirá si se
acierta a dejarla en la peana. Aquí no solo hay quien se lleva las monedas sino, que hasta la propia escultura ha sido robada al menos en tres ocasiones.
Ya metidos en ejercicios de habilidad, también se ha puesto
de moda lanzar monedas a la liebre situada junto al puente Ioannovsky que da acceso a la Fortaleza
de San Pedro y San Pablo. Este monumento del año 2003 recuerda la
leyenda que cuenta como una liebre que huía de las inundaciones que asolaban el
lugar, habría saltado a la bota de Pedro el Grande cuando éste desembarcaba en
esa isla precisamente llamada de las liebres (Zaychiy Ostrov). El emplazamiento que se convirtió en primer
núcleo de esta Capital del Norte fundada en 1703.
Todavía hay más peanas en las que se puede probar puntería
en San Petersburgo, como las que soportan al gato Elisei y la gata Vasilisa
colocados frente a frente en la céntrica calle Malaya Sadovaya. Estas figuras son un homenaje a los felinos traídos para librar
a la ciudad de las plagas de ratas que la asolaban. Ya decíamos que
no faltaban los ritos para turistas en la ciudad rusa de la que ya hemos comentado
en una entrega anterior otro asociado a la más moderna de las tres estatuas con
que allí cuenta su fundador.
Ya se ve que los rusos son dados a las supersticiones, hasta
el punto de que en la capital del país se erigió un monumento a las propias de
los estudiantes. Entre estos es muy popular la creencia de que para superar con
éxito los exámenes se debe llevar una moneda de 5 kopeks dentro de los zapatos, como se representa en la obra colocada en 2008 en el ribereño parque del distrito de Maryino.
Otro rito asociados a ese monumento en el que están
inscritos los nombres de las principales universidades del país, es lanzar una
moneda por encima del hombro con objeto de acertar con el del nombre del centro
en que se estudia Y otro más frotar el libro de calificaciones grabado con el deseado 5, que es la máxima en el sistema de puntuación
académica utilizado en Rusia.
Como el tema de hoy da para eternizarse, vamos a finalizar
nuestro recorrido por Europa con otro depósito de monedas en seco. Nos referimos a la costumbre asociada en Estocolmo a la figurita
llamada “Pojke som tittar på månen”
(Chico mirando la luna), más conocida simplemente como "Olle”. Esta pieza es obra del artista Liss Eriksson (1919-2000) que se inspiró en los recuerdos de su niñez cuando se
extasiaba contemplando la luna. Colocada desde 1967 en la placita conocida como
Bollhustäppan, también suele ser
vestida con complementos diversos, mientras la vecina Iglesia Filandesa, encargada de recolectar las monedas, trata de
desincentivar el depósito de las mismas en esta figurita a la que también suele
darse un palmadita para rematar el rito de petición de los deseos.
Así es que en unos lugares, los menos, con diferencia, se trata de disuadir el depósito de monedas y
en otros se incentiva, incluso con efectos sonoros, como ocurre en el
monumento dedicado en Sidney a uno
de los perros favoritos de la Reina Victoria
llamado Islay. Una grabación invita
a depositar monedas que son agradecidas con un gracias seguido de un ladrido, tal
y como puede verse en el video de este enlace.
Vamos a iniciar el brevísimo repaso de las variantes orientales de
los rituales con monedas en el Chinatown de Los Ángeles. El actual barrio chino fue erigido
en los años treinta, cuando la colonia asiática de la capital californiana fue
expulsada de los terrenos en los que se construiría la terminal ferroviaria Union
Station.
El hoy bastante decaído nuevo Chinatown (no confundir con el de San Francisco) se convirtió en uno de los primeros centros
comerciales de Estados Unidos y, para embellecerlo, se encomendó al artista Hong
Kay Lu la construcción de un "pozo" de la suerte que inspiró en el famoso paisaje del Parque de la las Siete Estrellas de la ciudad china de Guilin que alberga
una famosa cueva homónima. También aquí se optó por fomentar la habilidad, y así se dispusieron diversos objetivos asociados a deseos específicos a los que es posible lanzar las monedas, pero no se olvidó colocar uno de carácter genérico que permite dar cabida a los no contemplados en los blancos restantes. A continuación se muestra una imagen de su aspecto actual.
Estos inmigrantes chinos llegados a Estados Unidos como mano
de obra para el tendido del ferrocarril, también fueron los inventores de las “fortune
cookies”, las galletas de la suerte que llevan en su interior una tira de papel
que puede contener desde un augurio a una broma.
Esta creación americana, y no oriental, cuya autoría se disputan San Francisco y Los Ángeles, tenía como
objetivo suplir la ausencia de postres en las cartas de los restaurantes chinos donde se ponía fin a las comidas con un té que se servía acompañado con una de estas
galletas.
Esta preferencia oriental por los lanzamientos de precisión
también se pone de manifiesto en otros ritos practicados, ahora ya sí, en países asiáticos. Sirva como ejemplo el del
muy turístico Templo del Alma Escondida (Lingyin) de Hangzhou al que ya
hemos hecho referencia al tratar el frotado de las barrigas. Allí la costumbre es lanzar monedas al relieve ubicado en la parte
trasera del templo con el objetivo de que queden retenidas en el mismo. La
verdad es que no es difícil.
Algo máas lo es conseguir que las monedas queden enganchadas en un ritual cordón protector de los templos sintoístas conocido como shimenawa. Esta práctica es típica del pabellón Kaguraden del templo
Izumo Taisha que está dedicado
a Ōkuninushi-no-mikoto, una deidad matrimonial. Si la moneda queda atrapada, el casamiento es inminente, pero
si se cae es que todavía quedan años de soltería.
Llegados al muy
variado repertorio de los rituales sintoístas, que se han convertido en una parte ineludible de los deberes de los turistas que visitan Japón, la extensión alcanzada nos aconseja dejar para una próxima entrega el repaso de
los mismos.
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