domingo, 26 de julio de 2015

¿Se atrevería a criticar una práctica defendida por la comunidad gay?


Es llamativa la benevolencia con la que gran parte de la sociedad contempla la maternidad de alquiler, mas finamente llamada gestación subrogada, concepto ciertamente mas amplio porque en algunas ocasiones, muy pocas, es un "servicio" que se presta de forma altruista. Significativamente hay algún casos de madre que lo ha hecho para una hija que no puede gestar. Pero en general es una práctica que casi siempre cabe calificar como pura y simple explotación de seres humanos y, por ello, en España mas que prohibida es arriesgada, porque ese tipo de contratos son nulos de pleno derecho. Quizá pudiera abrirse algo la mano para contemplar algunas situaciones singulares, pero en todo caso con una homologación ética a la donación de órganos, o sea prohibiendo su retribución que es la auténtica fuente de la explotación de la que hablábamos.

Cuando es retribuída ya nos dirán en qué se diferencia desde el punto de vista ético de la por algunos tan denostada prostitución, salvo por la enorme mayor duración del “servicio” y, lo que es mas conflictivo, la desposesión del ser que se ha llevado dentro durante nueve meses (1). Así que en no pocos casos estamos ante otra paradójica asociación de posicionamientos como la que se produce entre los "partidarios del aborto-contrarios a la pena de muerte" y viceversa. Curiosos estos humanos, pensarán por alguna lejana galaxia.

A nosotros nos parece muy positivo, por tanto, que lo países que se habían convertido en paraísos de este lamentable negocio, como es el caso, por ejemplo, de Tailandia o la India, vayan actualizando sus legislaciones lo que, en particular, está llevando a la prohibición de la oferta de esos servicios a extranjeros. No quieren ser ni los burdeles ni los gesturdeles de Occidente. Y ese cambio legal es el que ha pillado a una pareja masculina hispanonorteamericana cuyo caso se asoma estos días a la prensa. Ahí nace la que el diario gijonés El Comercio titula como “La dura batalla de un español y su marido por sacar de Tailandia a su hija, nacida en un vientre de alquiler”(enlace a la noticia).

Suponemos que la noticia también podría titularse “La dura batalla de una tailandesa por el bebé que ha gestado”. Pero para la ética de los poderosos la cosa se queda en que como dice la crónica “la peor noticia para la pareja es que, según la normativa legal tailandesa, el futuro de Carmen está en manos de Patidta (la madre subrrogada)”. Fíjense que barbaridad. Y no se olvidan de aclarar que ella “no tiene vínculos biológicos con la niña”. Como al menos uno de los dos padres, añadimos nosotros.

Pero donde la causa de la tailandesa comienza a estar perdida ante la políticamente correcta opinión pública occidental es cuando nos cuentan que “la razón por la cual Patidta se niega a autorizar la emisión de los documentos se debe a sus "problemas" con la orientación sexual del matrimonio”. Si es cierto, lo que implicaría que en su día no la explicaron muy bien el trato, ¡quien se creería que era para saber esos detalles!, la cagaste Patdita. Has transgredido uno de los umbrales infranqueables por aquí. ¿Qué es eso de pretender que tu hijo gestado tenga una madre? Cobra y calla.

¡Anatemaaa! proclamaba la Inquisición. Y si tenías un pelín de mala suerte te quemaban. Pero nosotros somos tan civilizados...por mucho que hasta hace nada la mayoría de la humanidad viera la esclavitud con total normalidad.

Veremos cuanto nos lleva ver todo esto del alquiler de úteros como una barbaridad. Si es que llegamos a ello.




(1) una organización empresa que utiliza el confuso nombre de Agencia Española de Gestación Subrogada (AEGES), ¡estas denominaciones hay que prohibirlas señores gobernantes!, dice en el apartado de preguntas frecuentes de su webAEGES favorece que el parto sea por cesárea, pues facilita la programación, y evita el nacimiento de vínculos emocionales entre la madre gestante y el recién nacido.

Y sepan que en relación con la gestión de financiación hablan de hasta 60.000 €. Aquí hay un negocio importante.

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