La verdad es que no hemos estado muy atentos a las
elecciones de “la palabra del año” que
realizan diversas organizaciones vinculadas a la lengua inglesa. Si les extraña la prioridad que damos a ese idioma, sepan que en español es una práctica muy
reciente que, hasta donde conocemos, solo ejerce desde 2013 Fundéu, una entidad que suele anunciar
su decisión el penúltimo día del año. Así que todavía hay que esperar un poco
para ver cual es el término que sucede en nuestro idioma a selfi que fue el elegido en 2014,
mientras que en la primera edición celebrada en 2013 se dejaron seducir por una
moda que resultó efímera. Hace tiempo que apenas tenemos noticias de escraches.
Curiosamente selfie
también había sido la elección, cierto que un año antes, del Diccionario
Oxford (OED) que celebra el que probablemente sea el certamen de este tipo mas conocido. Y ellos, al igual que la fundación española, también cayeron en 2014 en
la trampa de las modas al optar por “vape” que equivale a nuestro vapear (un vocablo que en inglés también es sustantivo, o sea el propio artefacto que aquí solemos denominar cigarrillo
electrónico). Pero a la vista queda como han ido despareciendo con similar velocidad tanto las efímeras tiendas
especializadas como el uso de la terminología propia de sus productos. Así que nada que ver
con los respectivos éxitos de selfie y selfi. Y eso que cuando escribimos
nuestro primer apunte sobre ese término en el que comentábamos la elección de 2013
del OED, la ahora desaparecida "autofoto" todavía
llevaba una cierta delantera en castellano.
El caso es que ante el chasco del pasado año, en este 2015
los editores del prestigioso diccionario inglés han optado por la excentricidad al
elegir como “palabra del año”...¡un símbolo gráfico!, en concreto el que representa
el llanto de alegría. Ese al que tantas ocasiones de uso están dando a Piqué
sus compañeros de profesión afincados en Madrid.
La selección de ese concreto emoji tiene una base
estadística porque, como aclara la nota explicativa emitida, ha sido según una reputada consultora el mas utilizado del año
con una cuota del 20% en Gran Bretaña y 17% en USA. En España parece que depende bastante de si
incluye en la métricas a los jugadores del Barça. ¡Y que algunos quieran acabar con tanta diversión por un quítame allá una independencia!
En fin, no acaba de convencernos lo de convertir en palabra del año
a lo que no es una palabra. Nos gustan mas otro tipo de contradicciones lógicas. Y es que se empieza así y se acaba nombrando comunicador del año a la señal de STOP.
Ahora a ver con qué se descuelgan los de Fundeu, pero si optan por seguir la misma línea, el haberlo dejado para después de las elecciones es casi seguro que exigirá un cambio de emoji.
Ya para terminar, cambiamos de fuente de saberes léxicos porque, como ya comentábamos en un pasado apunte, el Diccionario en línea de la Real Academia ha incorporado el interesante concepto de la “palabra
del día”. Pero mucho nos tememos que la cosa ha debido quedar en manos de un
generador de números aleatorios, porque en otro caso no se entiende muy bien
que la de ayer fuera la completamente en desuso segunda acepción de pírrico cuando la
primera es una de las palabras peor utilizadas en nuestra lengua.
Repasen con un buscador cualquier hemeroteca y verán la enorme frecuencia con que se utiliza inapropiadamente ese adjetivo para designar una victoria de pequeño alcance. Y es que la clave del término es que el vencedor sufra mas daño del vencido, como la historia nos cuenta que le ocurrió al epónimo rey de Epiro.
En algunas facultades de periodismo esta merecía ser, cuando menos, palabra del cuatrimestre.
P.S.- Hay que constatar que en The New Yorker estuvieron atentos al ascenso de la popularidad de los emojis cuando decidieron dedicar una portada de marzo a un juego personalizado por Barry Blitt para Hillary Clinton.
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