martes, 8 de marzo de 2016

Demasiadas islas solitarias



La semana pasada se nos acumuló el material y dejamos sin comentar la portada de la revista The New Yorker. Pero nuestra admiración de su portadismo no es acrítica y no queremos dejar a sus editores sin un tironillo de orejas por el abuso del concepto de la isla solitaria. Cierto que todas las revistas repiten creatividades en sus tapas, pero en este caso ya van cinco veces en la última década y dos más en la anterior.

Además, nos ha llamado la atención que en el comentario semanal que esa revista publica sobre su ilustración de portada no se recopilen, como es habitual, otras tapas relacionadas y se incluyan, en cambio, una decena de viñetas basadas en ese concepto de la isla solitaria. Acompañamos la que más nos ha gustado que está firmada por Gregory (sigan el enlace anterior para ver el resto).

Igual hasta son conscientes de ese sobreuso que esta vez ha sido puesto al servicio de un tema también recurrente en su editorialismo gráfico: el cambio climático. La ilustración de Danny Shanahan, el autor de más de novecientas viñetas para esa revista, según nos dicen, conceptualmente es una repetición de lo ya expresado por Ian Falconer en agosto de 2012. Y, a su vez, el solitario Papa Noel de esa ilustración mostraba una expresión tremendamente similar a la del naúfrago creado por el mismo ilustrador tan solo el año anterior.

Algo más original era la levemente recursiva creatividad de Gahan Wilson para el número fechado el 27 de julio de 2009 mientras que tenemos que considerar a Bruce McCall el pionero en vincular problemáticas mediombientales con islas solitarias en las portadas del semanario neoyorquino (26 de noviembre de 2007). Entonces había transcurrido un sexenio desde la publicación de la ilustración de Eric Drooker que luce un urbanismo en línea con el de la isla de Manhattan que se atisba al fondo. Esta ya no era tan solitaria.

Y así llegamos en esta retrospectiva a la doble portada del número dedicado al comic fechado 7 y 14 de diciembre de 1998 firmada por Charlie Barsotti (enlace a la compilación de sus obras que le dedicó la revista con motivo de su muerte) que es el primer ejemplo que tenemos registrado de uso de este concepto creativo en las portadas de la revista neoyorquina. Deshacemos la sorpresa al publicarla íntegra, pero repárese en la ruptura del concepto de la soledad que se producía al dar la vuelta al ejemplar. En todo caso, siete islas en menos de veinte años, sinceramente, nos parecen demasiadas.

 
 
 

Comparativamente, son muy pocos los ejemplos de uso de este cliché en otras revistas que tenemos catalogados en nuestra colección, por más que el de Life que adjuntamos date nada menos que de mayo de 1921. Una creación, por cierto, de Rea Irvin, el primer director artístico de la revista The New Yorker y creador de su símbolo, el atildado Eustace Tilley. La ilustración de Cracked es del alma de esa revista John Severin, mientras que la isla del personaje Richie Rich no podía ser sino de monedas.

 
 








P.S.- Como ya está en la calle el siguiente número de la hoy criticada revista, insertamos el enlace al comentario de la ilustración de portada realizado por su autor Chris Ware. No estima necesario hacer referencia alguna al bastante evidente guiño a las tensiones raciales que ha vivido Estados Unidos en los últimos tiempos: la modesta controladora de tráfico escolar, negra como la inmensa mayoría de quienes desempeñan esa función, según nos explica, parando precisamente a un coche de policía con dos agentes...blancos, muy blancos.





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