Reanudamos con JM Nieto la reseña del humor del jueves ya incluida en buena parte en la primera entrega del recorrido semanal. Un divertimento sobre las manías de los solitarios que nos ha traído a la memoria una de nuestras viñetas favoritas de Quino. [1] Sigue la ironía de Sansón sobre esa moderna figura del internetal listo que todo lo sabe.
Tomás Serrano encabeza la sección de actualidad nacional del viernes con una magnífica recreación del cartel del film 'Rebelión a bordo' ('Mutiny on the Bounty', 1962). Sigue la visión de Peridis, que insinúa una nueva jugada de tahúr, sobre las queja de los barones encabezados por García Page cuyas repetidas bravatas fueron objeto de la ironía de Puebla.
Kap daba cuenta ayer de que la dirección de Esquerra consiguió sacar adelante esta vez, aunque fuera por apretado margen, su propuesta ante las ariscas bases de ese partido y Tomás Serrano tituló Sanchenator su visión de estado en que deja al Psoe el acuerdo. Siguen el desdoblamiento del Sánchez marido y presidente por García Morán y las estampas de veraneo de Javi Salado y JM Nieto.
Simone Biles comparece hoy tanto en la Perita Beach de Idígoras y Pachi como en la tira de Asier y Javier. [4] Fontdevila meramente la cita en su visión de la polémica que ha propiciado la rápida reconversión de algunos opinólogos en expertos endocrinos. Eso después de que en primera instancia tantos tomaran por trans a la boxeadora argelina Imane Khelif. Aquí la cuestión que también afectó a la velocista española María José Martínez Patiño es más compleja. Y, lo que es humor, quien lo puso sobre este asunto fue Santy Gutiérrez.
En el apunte de ayer ya incluimos una viñeta, la evocación del blackface de Dave Brown, sobre los desbarres de Trump en relación con la raza de Kamala Harris. Hoy complementamos el asunto con dos de las numerosas viñetas que hantrasladado la duda al anaranjado maquillaje tan característico del candidato republicano, dibujos de Ben Jennings y Bob Englehart, más la visión de Ann Telnaes de cómo está funcionando este ataque a la candidata demócrata.
Partidos que patrimonializan el Estado
Fernando Vallespín (El País, 4/8/24)
ERC y el PSC han cocinado el concierto catalán para satisfacer sus necesidades de poder sin mandato de la ciudadanía ni debate político
Además de velar por la protección de nuestros derechos, la principal razón para desear vivir bajo un régimen democrático es que las principales decisiones políticas se adoptan con el beneplácito de los ciudadanos, que estas pueden entenderse como producto de su voluntad mayoritaria. Quizá sea la distorsión de un politólogo, pero cuando me enteré del pacto al que llegaron el PSC —el Gobierno, más bien— y ERC no pude evitar suscitar una pregunta: ¿quién les ha dado el mandato para poner patas arriba toda la organización territorial del Estado? ERC al menos declaró legitimarla recurriendo a sus bases, pero no me consta que en algún momento el PSOE haya hecho lo propio con su partido o, y esto es lo más grave, con sus electores potenciales. ¿Votaron ustedes al PSOE sabiendo que iba a conceder el concierto económico a Cataluña? ¿Ha habido algún debate público al respecto? Lo cierto es que tampoco ocurrió con la amnistía, pero lo del concierto se me antoja más grave porque su efecto puede dejarse sentir en nuestra vida cotidiana. Con los dineros no se juega, y hay que entender que no solo los electores, sino las otras comunidades autónomas deberían tener algo que decir al respecto. Pues no señor, esto lo han cocinado dos cúpulas de partido para satisfacer sus necesidades de poder, el más potente afrodisíaco, en palabras sabias de Kissinger. No hay que olvidar que los partidos ejercen el poder político a través de una especie de pacto fiduciario con los electores, están vinculados por sus principales promesas, no son los propietarios del Estado sino sus meros gestores, aquel nos pertenece a todos.
Se ha dicho que nuestras dos nacionalidades históricas en el fondo no quieren la independencia, lo que desean es que desaparezca España de su territorio. Es lo más racional, obtienen todas las ventajas de ser cuasi-independientes y ninguno de los inconvenientes, como evitar la fractura social interna o tener que pasar un estadio transitorio fuera de la UE. Y, desde luego, manteniendo su representación en las instancias de poder estatal; es decir, condicionando las decisiones de los demás en función de sus intereses específicos. Es algo parecido a reivindicar una selección nacional propia, pero, eso sí, que el Barça juegue en La Liga. Si bien no es mi modelo de convivencia soñado, bienvenido sea siempre y cuando se atenga a dos condiciones, las propias de un federalismo bien entendido: una sólida lealtad al centro y el principio de solidaridad interterritorial, que los derechos de los ciudadanos sean igual de efectivos en toda España. Lo primero no es el caso de los partidos independentistas, la lealtad a la Constitución, a diferencia de lo que ocurre en otros federalismos, se la pasan por el forro; y lo segundo, por lo visto con los otros conciertos, dependerá de las necesidades de gobernabilidad de los dos grandes partidos en Madrid. Además, eso de concierto económico “solidario” apesta a excusatio non petita. Cuando algo necesita ser adjetivado, malo. Ahora entraremos en la espiral de las racionalizaciones, siempre con una única idea fuerza: no importa lo que hagamos, el adversario siempre es peor.
Al hilo de estos acontecimientos recibí un wasap de un amigo de la infancia recién jubilado. Decía más o menos lo siguiente: “Nuestra generación tiene la sensación de haber sido estafada. Todas esas ilusiones, convicciones y entusiasmos: la democracia, la reconciliación nacional, Europa... Eso que nos parecía llamado a perdurar porque era racional y equilibrado, porque no hacía sangre, porque todos cabían, todo esto puede acabar en el vertedero de la historia”. Cada vez me siento más afligido por el mismo síndrome.
Coda olímpica: El deporte elegido para el doodle de hoy es la gimnasia artística representada por la especialidad de anillas.
[1] El genial Guernica de Quino
Vergara incluía en su viñeta del 26 de noviembre una referencia al motivo de esa afirmación pero sin recurrir a la formulación parlamentaria que provocó la carcajada de Sánchez.
Tomás Serrano reeditaba el 18 de noviembre la psicopática carcajada del Congreso para dar cuenta de la entonces ya más que previsible salida del gobierno de Irene Montero y Ione Belarra.
Ya este año, Kiko da Silva le largó una pulla a Feijóo el 30 de abril con una inversión de la famosa afirmación puesta en boca de Sánchez.En su viñeta del 23 de junio, Fontdevila aplicaba el porque no quiero a la ausencia de Feijóo del acto de imposición a Milei de la medalla de la Comunidad de Madrid. Y el pasado 28 de julio era Vergara quien forzaba bastante para calzar tanto a Feijóo como la frase en una viñeta que desvirtúa unas inquietantes palabras de Maduro que auguró un baño de sangre si no ganaba.
[4] En el humor foráneo nos parece destacable la Kamala Harris gimnasta del austriaco Oliver Schopf
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