Hemos estado repasando algunas portadas de Marlene Dietrich para quitarnos el mal sabor de boca que nos ha dejado el “sorbetazo” de la sra. Minogue del que dimos cuenta en el último apunte. Cierto que el rostro de la actriz alemana no era un dechado de expresividad, pero ser una diva gay no da derecho a crear semejante versión en plan travelo. Les invitamos a desintoxicarse con nosotros (admitimos que en el Photoplay de noviembre de 1933 el ilustrador Earl Christy se pasó un poco):
De estas otras portadas solo hemos encontrado versiones de baja resolución:
Metidos en evocaciones de la diva alemana que impuso a Hitchcock con un seco “no Dior, no Dietrich” el modista (modisto es casi tan feo como azafato) que debía vestirla en la película “Pánico en la escena” (1950), no podemos dejar de hacer referencia a la versión del “Ángel azul” (pelicula de 1930 dirigida por Josef von Sternberg) protagonizada por Marylin Monroe. Es una de los 5 mitos del espectáculo que fueron recreados por el gran Richard Avedon en un reportaje titulado “Fabled Enchantresses” (seductoras legendarias) publicado en el número del 22 de diciembre de 1958 de la revista Life.
Esto es otra cosa. Las otras cuatro imitadas mañana.
P.S.- El caso es que nos proponíamos dedicar el apunte de hoy comentar el gazmoño talibanismo cada vez mas practicado en la política. Esta inquietante involución se ha concretado esta semana en la moción del PP de la localidad castellonenese de Nules pidiendo la dimisión de un concejal rival por publicar en su facebook la imagen que puede verse en el adjunto recorte de la noticia que hemos tomado del diario El Comercio. Ya son ganas de confundir grosero con machista.
No debe ser fácil llevar con dignidad la dimisión de un compañero tras la difusión de una foto en la que se le veía preparándose una raya de cocaína (enlace a la noticia), pero para actuar así hace falta ser muy hipócrita. Y encima el simple del censurado va y se disculpa. Ya se ve que el talibanismo lo primero que exacerba es el miedo. Pobre Libertad. Menos mal que nos queda Marilyn.
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