Toca la entrada seriecita de la semana. Y es que ya andan
por ahí las cifras de los Presupuestos
Generales del Estado para 2016 y comienzan a publicarse las primeras
valoraciones. No se ha aguantado Roberto
Centeno, qué verdades dice este hombre, pero cuanta credibilidad le quita
su habitual verbo crispado, y hasta ha interrumpido sus vacaciones para dejar
su comentario en El Confidencial.
Aparte de algún dato escalofriante que aporta, como que el
tipo impositivo efectivo de las empresas del Ibex fue el 6% en 2013, última cifra disponible, constatamos
que coincide con nosotros en el asunto de las pensiones (ver entrada). Ese gran tabú de la política nacional, convertido en este caso en descarada arma
electoral, sobre el que cita la autorizada opinión de la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) relativa a la
necesidad de financiar con impuestos las de viudedad y orfandad. Pero ya es sabido, se crea un órgano independiente para luego pasarse sus recomendaciones
por el arco del triunfo. Muy nuestro.
Enredando por la web de la citada Airef hemos encontrado un
interesante documento en el que se valoran las previsiones macroeconómicas de
los presupuestos. Lo que no nos gusta es el título que dan a la noticia porque entendemos que un organismo así debe manifestarse con
mayor propiedad.
Veamos. La Real Academia lo deja bien claro, avalar es "responder por la conducta de otro", y ellos creemos que no están para eso. Además, en su caso, ¿cómo
respondrían?, ¿quizá con la dimisión? Así que con que titulen que la AiReF considera
probables las previsiones del gobierno, basta.
En nuestra opinión, lo mas interesante del documento son los
gráficos que sirven para contestar a la pregunta de nuestro titular. Les
adjuntamos los tres mas interesantes porque mucho nos tememos que no van a
verlos en la prensa.
No vamos a decir que estas prognosis sean un ejercicio fácil, pero lo del déficit, con la excepción del pasado 2014, ha rozado el delito. Lo que sí resulta patente es que el gobierno es sistemáticamente mas optimista que el consenso de los analistas (salvo en el empleo de 2012).
Así que ¿y si privatizáramos este apartado de los Presupuestos?
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