El pasado 20 de octubre, coincidiendo con la celebración del Día Europeo de la Estadística (que en los años múltiplos de 5 es una celebración mundial auspiciada por la Onu), Eurostat presentó la publicación digital "La vida de las mujeres y los hombres en Europa: un retrato estadístico".
Si se animan a curiosear su contenido, les recomendamos que previamente pongan a prueba sus percepciones sometiéndose al test de 12 preguntas que se propone en el portal de acceso. A lo mejor se llevan alguna sorpresa sobre lo errado de alguna de sus creencias. Luego ya pueden pasar a leer esa publicación en la que, desde el mismo título, es patente el esfuerzo por practicar un estilo 'políticamente correcto'. Con todo, los datos masculinos lucen un tradicional azul, mientras que para los femeninos, inaceptable el rosa y aproximaciones, se ha optado por una suerte de cobrizo ámbar.
Ahora que ya están al corriente del código de colores, vean en los siguientes gráficos, cuyos datos ciertamente están un poquillo anticuados, la tragedia que viven, sin distinción de sexo, búlgaros y búlgaras (enlace a la fuente):
La escala vertical no tiene significado alguno y la posición sobre la misma es aleatoria. De hecho, cambia cada vez que se refresca el gráfico. |
Ayer mismo El Confidencial publicaba un artículo con el preocupante título Bulgaria, ante una de las mayores catástrofes demográficas del mundo en el que pueden explorar algunas de las claves de lo que allí está ocurriendo. No es una tragedia menor perder el 20% de la población en tres décadas.
Una vez hecho un llamamiento a ver que podríamos hacer entre todos para sacar de ese pozo de insatisfacción a los menguantes habitantes y habitantas de Bulgaria, ya podemos pasar a valorar la percepción que tienen sobre su situación los españoles (y españolas, faltaría más). Y como bien puede verse, nos posicionamos ligeramente por debajo de la media europea, con valores casi idénticos para ambos sexos, aunque las mujeres algo más cerca de la media porque en el conjunto continental ellas se declaran algo menos satisfechas que ellos.
Una vez hecho un llamamiento a ver que podríamos hacer entre todos para sacar de ese pozo de insatisfacción a los menguantes habitantes y habitantas de Bulgaria, ya podemos pasar a valorar la percepción que tienen sobre su situación los españoles (y españolas, faltaría más). Y como bien puede verse, nos posicionamos ligeramente por debajo de la media europea, con valores casi idénticos para ambos sexos, aunque las mujeres algo más cerca de la media porque en el conjunto continental ellas se declaran algo menos satisfechas que ellos.
Finalizamos este breve comentario de hoy proponiéndoles un ejercicio de observación. ¿No echan en falta nada en el siguiente cronograma que se han empeñado en llamar "línea de vida" (1)?
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