Mete miedo ver los dirigentes que han elegido los empresarios españoles en los últimos años. Después del sinvergüenza de Díaz Ferrán tenemos que aguantar ahora las estúpidas disculpas que nos larga en la tele su antes “cuñaooo”, ahora solo lejano concuñado, Arturo Fernández (no confundir con el repetidamente alisado gijonés).
Que el patrón de tantísimos negocios, no pocos próximos al poder político, salga con un “yo pensaba que Cajamadrid hacía las retenciones que tuviera que hacer” es tan infumable que merecería algo mas que la inmediata destitución de su vicepresidencia de CEOE. Vaya refundación que está pidiendo esa malhadada organización patronal.
Aquí han caído consejeros reales, políticos,financieros, una presidenta de golosísima fundación y unos cuantos cargos mas, pero esa patronal cómplice con los sindicatos del megaescándalo de la formación no siente la necesidad de tomar ninguna medida ante el atrincheramiento de este jeta en su cargo. Y luego se sorprenden del auge de Podemos y de que cada vez hay mas gente piense que hay que dejar que sean esos bolivarianos quienes pasen la escoba por el sistema.
En el terreno de los detalles simpáticos y una vez asumido que la responsable de la sanidad se apellide Mato, no nos digan que no tiene coña que uno de los excomunistas mas golfos de España se apellide Moral Santín.
P.S.- Desgraciadamente es que fácil que los antiguos consejeros de Cajamadrid ganen la demanda que parece que van a interponer contra la entidad por la deficiente comunicación de las cuantías de las percepciones (ver El Confidencial). El mas puro "no me entero de nada" que hizo a Mato ministra.
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