Otra secuela de nuestro ya lejano verano santanderino.
Quede claro desde el comienzo: no se conserva ningún retrato real del famoso navegante y cartógrafo Juan de la Cosa. Tan desafortunado contratiempo fue solventado por la imaginación del pintor Luis Fernández Gordillo que en 1979 realizó el óleo que pone cara al insigne cántabro en el Museo Naval de Madrid. Esta es la institución donde se conserva la primera carta naútica conocida en la que aparece representada América que fue la realizada en el año 1500 en el Puerto de Santa María por el cartógrafo nacido en Santoña a quien dedicamos este apunte.
Quede claro desde el comienzo: no se conserva ningún retrato real del famoso navegante y cartógrafo Juan de la Cosa. Tan desafortunado contratiempo fue solventado por la imaginación del pintor Luis Fernández Gordillo que en 1979 realizó el óleo que pone cara al insigne cántabro en el Museo Naval de Madrid. Esta es la institución donde se conserva la primera carta naútica conocida en la que aparece representada América que fue la realizada en el año 1500 en el Puerto de Santa María por el cartógrafo nacido en Santoña a quien dedicamos este apunte.
Resulta bastante llamativo el
gorro con que le tocó el pintor porque precisamente está copiado del que lucen
las representaciones antropomorfas de los vientos que ilustran la citada carta. Hoy en día resulta demasiado próximo a la iconografía de Papa Noel y, quizá por ello, el correo nicaragüense optó por cambiarle
de color en el sello emitido en 1984. También se optó por poblar visiblemente la barba, suponemos que para marcar distancias con la habitualmente
lampiña tez indígena.
Esta imagen es la que habitualmente se asocia con el famoso marino
puesto que ha sido la utilizada en elementos que han contado con notable
difusión como el sello emitido en España en 1987 o los murales conmemorativos
que pueden encontrase en las localidades mas vinculadas a su trayectoria vital.
panel alicatado conmemorativo colocado en las
escuelas Juan
de la Cosa de Santoña (Cantabria)
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Sin embargo, hay otra imagen asociada con el ilustre navegante que es la que fue plasmada por la
escultora gijonesa Cristina Carreño
en un busto que no hemos sido capaces de datar con precisión. Sí nos consta que
cuenta con copias en el Puerto de Santa
María (instalada en 1977), Valladolid
(Casa de Colón), Santoña (añadido en
1992 al monumento erigido al ilustre hijo de la villa en 1949) y Santander (desconocemos la fecha de la inauguración).
No hay mucha documentación pública sobre la obra de Cristina Carreño por lo que no sabemos que pudo mover a esta
artista a representar una fisonomía tan poco agraciada y, sobre todo, esa
mirada alucinada bajo la cual tendemos a sospechar que pocos serían los que se habrían embarcado. Se nos hace una
licencia artística excesiva que se ha visto favorecida por la inexistencia de
descendientes del representado que pudieran protestar. Véase el singular perfil:
Interesantes detalles pero parece que estamos condenados a quedarnos sin conocer la auténtica fisonomía de Juan de la Cosa.
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