Muy recomendable artículo el titulado “Viejos y nuevos intelectuales” publicado
el pasado 29 de diciembre en El País por Benito
Arruñada y Víctor Lapuente. Una llamada a evitar que este país vuelva a tropezar en
utopías desastrosas. Una invitación, en definitiva, a la aplicación del tantas veces cierto principio
de que lo bueno es enemigo de lo mejor.
La muy sensata sugerencia de compararnos con referencias próximas y no
irreales hace sumamente oportuno traer a colación unos gráficos sobre la corrupción que hemos encontrado en el think
tank “Institución Futuro”. El que sigue es el que compara la gravedad
de este problema en los diferentes países del mundo.
También hay otro que muestra la elevada correlación existente entre corrupción y economía sumergida. O sea, que los dirigentes de un país tienen un perfil moral en línea con el de sus electores. Unos se llevan la pasta y otros no lo entregan. Nada que debiera sorprendernos mucho, por mas que un curioso sesgo cognitivo nos predisponga de distinta manera contra acciones a la postre igualmente dañinas. Tenemos que comentarlo con Manuel Conthe.
Es curioso como España
está junto con el vecino Portugal en un punto medio que no nos
encuadra ni con los mejores ni con los peores. Nos falta un análisis dinámico:
¿hacia dónde estamos yendo?
Volviendo a la petición de Arruñada y Lapuente, está claro que no nos
comparamos tan mal con el mundo, pero sí con nuestro entorno natural. Y eso que la escala cromática que nos colorea con el mismo tono que a Francia no puede decirse que sea muy fina. Mas claro queda en el segundo gráfico el respectivo posicionamiento.
Con todo, la situación
descrita en este estudio del concreto problema de la corrupción que tan presente está en las actuales emociones electorales invita a coincidir con los citados
profesores en que la situación no justifica saltos al vacío.
La pena es que las cosas serían mucho mas fáciles si los dirigentes de un partido que ha
cometido tropelías como financiarse ilegalmente y, en el mejor de otros casos, mirar
para otro lado ante la presencia de conspicuas manzanas podridas, ¡ánimo Luis!, tuvieran la grandeza de
dar paso a nuevas figuras que no carguen con tan inaceptable lastre sobre sus espaldas.
No caerá esa breva. El bienestar de los ciudadanos solo
es un medio para asegurarse su status. Somos su prioridad dos. Así que persiste
el riesgo de que “la ciudadanía” decida recurrir a Podemos para desalojarles por alto que pueda ser el precio a pagar. Un factor
que echamos en falta en la demanda de sosiego del citado artículo.
Mariano & co. tienen en su
mano evitar el desastre, pero no parece que vayan a hacer lo único que cabría
esperar de gentes sensatas. Forzarán que nos la juguemos. Son temerarios e indignos.
Propina hispanolusa: adjuntamos una descorazonadora comparativa de razonamientos sobre infraestructuras. El primero "a la portuguesa" (recorte tomado de El Mundo de ayer) que acompañamos con otro "a la asturiana" (tomado de La Nueva España también de ayer).
Propina hispanolusa: adjuntamos una descorazonadora comparativa de razonamientos sobre infraestructuras. El primero "a la portuguesa" (recorte tomado de El Mundo de ayer) que acompañamos con otro "a la asturiana" (tomado de La Nueva España también de ayer).
Y todavía hay necios que miran por encima del hombro al vecino país. Menudas élites, y no solo políticas, nos gastamos (una plataforma de empresarios y profesionales se dice que reclama esta autopista sin tráfico).
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