sábado, 21 de septiembre de 2024

Lenguaje de la semana 38/2024

 

A falta de Martes Neológico en el Centro Virtual Cervantes, nuestro particular neologismo de la semana, muy vinculado además con nuestros habituales intereses humorísticos, es 'jajaganda'. Una adaptación de la palabra inglesa 'hahaganda' creada por Solvita Denise-Liepnice para elaborar un informe de la OTAN de 2017 sobre desinformación rusa. Enlazamos el artículo explicativo Narrativas principales de la desinformación pro-Kremlin. Quinta parte: «la jajaganda» y recordamos que en este blog denominamos cartoonfare a los ejercicios de jajaganda ad hominem.  

Adicionalmente, en Reminiscencias platónicas de José Luis Pardo Torío, publicado el pasado viernes 13 en El Mundo, hemos encontrado la oportuna paronimia "redes suciales", pero son otras las múltiples y buenas razones para leer ese artículo.

De lo publicado en el CVC vamos a destacar  Corrales de comedias del Siglo de Oro en el siglo xxi de Cristina Suárez Toledano que complementamos con una foto del famoso corral del siglo xvii de la villa de Almagro.

Un anuncio de Aena suscita La punta de la lengua ¿Cómo te quedas? que Álex Grijelmo dedicó en El País del miércoles a la gramática de las oraciones condicionales. Como es habitual, encontrarán esa recomendable lectura en el anexo a este apunte.

Pasamos al lenguaje de humor con el "bocadillo" que hoy transmite su mensaje desde la tira de Oroz sobre el Día Mundial del Alzheimer por medio de la mutación de sus formas. Una nueva pieza para nuestra colección de Juegos con globos de texto.

Pinto & Chinto recordaban el pasado domingo con una gráfica dilogía que la situación del mercado de la vivienda convierte los estudios superiores fuera del hogar en una carrera también inmobiliaria.

La suspensión de los conciertos del Bernabeú suscitó la enésima dilogía con la palabra concierto  que registramos en las secciones de humor. En este caso en la de  Ramón en los diarios de Vocento del lunes.

La equivalencia niños-mascotas de la viñeta de Idígoras del lunes invita a recordar que la expresión ser cuatro gatos es una proverbial referencia al carácter de minoría de los madrileños autóctonos (particularmente en los fuertemente inmigratorios años cincuenta y sesenta), conocidos con el sobrenombre de gatos a partir del dado al soldado que, según la leyenda carente de documental respaldo histórico, habría trepado la muralla de la fortaleza de musulmana para lanzar una soga que ayudara a franquearla a las tropas de Alfonso VI (más sobre la cuestionada "conquista" de la ciudad).

La vista de Feijóo a Giorgia Meloni inspiró a Gallego y Rey una paronímico menas a trois con más bien forzada presencia de Abascal para cuadrar el juego. Ese mismo asunto llevó la popular expresión abrir el melón a la viñeta de Miki y Duarte.

Alberto Calvo recordaba el lunes unas sonadas divagaciones formuladas por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ante el plenario de la Cumbre del Clima de Copenhague celebrada en diciembre de 2009: "La tierra no pertenece a nadie. Salvo al viento". Lo de "El universo es infinito" es mucho más reciente, forma parte de unas hiperestimulada intervención en un mitin celebrado en Pamplona en julio de 2023 (enlace vídeo) que remató diciendo "Somos el único sitio del universo [...] donde se puede leer un libro y donde se puede amar".

Kiko da Silva parafraseaba el martes las famosas palabras de Neil Armstrong al pisar la luna, pero lo de la nave de Elon Musk fue más una asomada que la caminata con que fue promocionada esa primera salida al espacio de un viajero espacial de pago.


Hoy es Pablo García quien adapta la famosa frase al sorprendente ataque de Israel contra Hezbolá.


El famoso 'Que te vote Txapote' ha vuelto a la sección de Peridis en la que había reaparecido con b el pasado 23 de abril. Debajo recordamos ese precedente recogido en nuestra colección de  'Txapoteos' humorísticos. ¿Quién tiene interés en no pasar esta página del manual de oposición a la oposición?

Padylla apuntó el tercer aniversario de la erupción erupción volcánica de La Palma apoyado en un recordatorio del viral "Hay tiempo de comer, hay tiempo de comer sin problema" (enlace vídeo) que una cámara grabó a un vecino del volcán. En la nota [1] rememoramos las viñetas que inspiró ese triunfo del hambre sobre el miedo.

En el apartado literario, contamos en primer lugar con una versión de la casa del bosque del cuento de Hansel y Gretel convertida por Dave Coverly en víctima de la presión urbanística.


Patrick Chappatte lleva hoy una hamletiana pieza a la primera página de Le Temps de Ginebra que está dedicada al rápido avance de la inteligencia artificial ( Ser o no ser ... / ¡Ya está, tenemos la respuesta!). Segunda aportación del dibujante suizo a nuestro monográfico Humor que enseña teatro. Debajo recordamos la precedente con una tuitera ironía apoyada en un célebre fragmento de Macbeth.

La presencia de Joyce y Tolstoi en la ilustración Get Smart (or:White Men Can’t Accessorize) de Barry Blitt publicada en The New Yorker nos proporciona una idónea justificación para concluir con esa singular galería de retratos.





[1] En La semana en viñetas 38/2021 (1ª parte) recogimos  dibujos de Padylla, Santy Gutiérrez , que lo combinó con el también viral "Yo voy a mear", y Manel Fontdevila que derivó el asunto hacia la expectativa de dimisión de Lesmes como presidente del CGPJ. 

Padylla volvería a buscar apoyo en la hambrienta pachorra en su viñeta del 20 de noviembre de 2021, así como en la del 2 de diciembre de 2023 sobre el lanzamiento del satélite ALISIO-1.






Anexo

 ¿Cómo te quedas?

Álex Grijelmo (El País, 18/9/24)

Cuando no se trata de una posibilidad improbable sino de una posibilidad más esperable, la concordancia cambia

Dice una publicidad difundida en redes sociales por la empresa aeroportuaria AENA y que tiene a David Bisbal como protagonista: “Si un día desaparecen los aeropuertos, ¿cómo te quedarías?”.

Yo desde luego me quedé extrañado, pero, más que por la posibilidad de que los aviones no tengan dónde despegar, por la concordancia verbal.

Con ese planteamiento de posibilidad abierta en la prótasis (oración subordinada) —es decir, “si un día desaparecen los aeropuertos…”—, el buen sentido del estilo habría hecho esperar en la apódosis (oración principal) el consecuente “…cómo te quedarás”. Ahora bien, en la opción de posibilidad improbable, tras “si un día desapareciesen los aeropuertos” sí encaja estupendamente “cómo te quedarías”.

La Nueva Gramática académica explica las pautas de las oraciones condicionales y concesivas en su apartado 47.8a y siguientes, con ejemplos como estos para las hipótesis improbables: “Si viniera, no le saludaría” (y no “si viene, no le saludaría”); “aunque se lo explicaran, no lo entendería” (y no “aunque se lo explican, no lo entendería”). Por el contrario, en las condicionales con las que expresamos una posibilidad más creíble hallamos estos otros: “Si viene, le saludaré”; “aunque se lo expliquen, no lo entenderá”. Es decir, en la primera cláusula se puede cambiar el pretérito imperfecto de subjuntivo por un presente; pero entonces en la segunda el condicional simple dejará paso al futuro simple. El Libro de estilo de la lengua española, de la RAE, también recoge todo esto, en las páginas 38 y 39.

Así pues, este tipo de oraciones son interdependientes: los rasgos de la subordinada (“aunque se lo explicaran...”, “si viene...”) muestran la mayor o menor confianza del hablante respecto a la posibilidad de que se ejecute realmente lo que expone; y los rasgos de la oración principal (“...no lo entendería”, “...le saludaré”) resultan consecuencia de aquella y ratifican el grado de verosimilitud en la conjetura. La elección ejecutada en la primera parte de la construcción condiciona la segunda. Y viceversa.

La frase “Si un día desaparecen los aeropuertos, ¿cómo te quedarías?” rompe con las pautas construidas durante siglos por escritores y hablantes, destruidas hoy por ciertos periodistas, ciertos políticos y ciertos publicistas.

Por tanto, la campaña de AENA resulta ajena al buen estilo, al encaje armónico que ha venido manteniendo esa relación entre los verbos de formaciones condicionales: “si me invitaran a cenar, iría”; “si me invitan a cenar, iré” (o “voy”).

El lenguaje semiculto de bastantes periodistas mezcla con frecuencia esas opciones. Y esto se oye mucho más en el periodismo deportivo radiofónico, algunos de cuyos profesionales siguen alejándose, partido a partido, de la expresión cuidada, para elegir una vía pretendidamente popular. Sin embargo, la gente, el pueblo, suele concordar mejor: “Si me tocara la lotería, me compraría un litro de aceite”. “Si vienes, te invito” (a un litro de aceite).

Estos informadores formulan continuamente conjeturas sin esmero gramatical: “Si España eliminase a Georgia, se enfrentará a Alemania” (en vez de la correlación adecuada “si España eliminase…, se enfrentaría”). “Toni Kroos jugaría su último partido si España gana a Alemania” (en lugar de “jugaría… si España ganase”).

Desde luego, sería un problema que desapareciesen los aeropuertos. En esto estamos con AENA. Pero también que disminuyeran los comunicadores cuidadosos con las sutilezas que la lengua necesita para volar alto.



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